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07may09
En España el crédito a las familias sigue en caída libre y crece ya sólo un 2%
Los mercados mayoristas de crédito -en los que se financian bancos y cajas de ahorros- continúan en proceso de normalización, pero el dinero sigue sin llegar a los agentes económicos. En particular a los hogares, el sector que, con diferencia, está siendo más afectado por la restricción crediticia. Un dato. Según las cifras que acaba de publicar el Banco de España, el crédito a las familias creció un 2,2% en marzo respecto del mismo mes del año anterior. Es decir, por debajo del 2,8% que registró en febrero o el 3,7% de enero. Se trata, con diferencia, de la tasa más baja desde que el banco central realiza este tipo de estadísticas, y refleja con nitidez el racionamiento del crédito. Sólo hay que tener en cuenta que en 2006, la financiación a los hogares creció un 19,6%, por encima del 12,5% de 2007 y a años luz del 4,4% con que se cerró el año pasado.
Las cifras son todavía más llamativas si se analiza la evolución del flujo efectivo, es decir, del dinero ‘nuevo’ que realmente llega a los hogares, que muestra una caída sin precedentes. No solamente no está llegando nuevo crédito al bolsillo de las familias, sino que está decreciendo. Dicho en otros términos, si en el primer trimestre del año pasado bancos y cajas prestaron a los hogares 12.240 millones de euros para cubrir sus necesidades financieras, en igual periodo de este año se ha producido una caída de 6.673 millones de euros, lo que da idea de la intensidad de la crisis. De hecho, el flujo efectivo acumula ya cuatro meses consecutivos de descensos.
El flujo efectivo es el indicador más representativo para conocer la evolución de la financiación de la economía, ya que no refleja el crédito concedido con anterioridad (el stock) sino su evolución real. Sirva como ejemplo lo que sucede con las estadísticas inmobiliarias, en las que lo relevante no es el número de casas ya entregadas a sus dueños (el stock de viviendas), sino las nuevas que se construyen, ya que esa cifra permite conocer la coyuntura económica.
Crédito e hipotecas
La caída del crédito a las familias es básicamente consecuencia del frenazo en la concesión de hipotecas, que de crecer un 4,5% al finalizar el año 2008, ahora lo está haciendo al 2,5%. Desde luego a una distancia sideral del 12,7% con que comenzó el año pasado. Y todavía más lejos del 20,4% del año 2006.
Como reconoce el Informe de Estabilidad Financiera publicado ayer por el Banco de España, la evolución del crédito depende de la situación de los mercados mayoristas, pero también del ciclo económico. Y en este sentido, recuerda que “las entidades aplican una mayor cautela en la valoración de los prestatarios ante una economía en recesión”. Es decir, que están siendo especialmente vigilantes en un contexto de fuerte destrucción de puestos de trabajo. De no tener ninguna aversión al riesgo han pasado a sobreactuar para poner a salvo su cuenta de resultados.
El banco central llega a una conclusión obvia. La desaceleración del crédito al sector privado está siendo más intensa en los sectores relacionados con el mercado inmobiliario, y en especial en las empresas de construcción y promoción inmobiliaria (creció un 36% en junio de 2007, un 21% en diciembre de 2007, un 10,3% en junio de 2008 y registró un ligero crecimiento del 2,9% en diciembre de 2008).
Tipos de interés reales extraordinariamente elevados
El desplome de la financiación a las familias también parece estar influido por la existencia de unas tipos de interés reales (descontada la inflación) extraordinariamente elevados. Mientras el IPC refleja tasas negativas cercanas al 1%, el tipo sintético de los nuevos créditos y préstamos concedidos a los hogares (en términos TAE) se situó en marzo en el 4,20%. Es decir, la economía de las familias funciona con tipos de interés reales superiores a los cinco puntos, mucho si se compara con los tipos negativos de los que disfrutó la economía española durante los años del ‘boom’ inmobiliario.
Los tipos de interés de las nuevas operaciones tienen, sin embargo una gran dispersión, ya que la media para la adquisición de una vivienda se sitúa en el 3,91%, mientras que en el caso de los créditos al consumo se llega a un espectacular 7,58%.
[Fuente: Cotizalia, Madrid, 07may09]
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