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08dic09
Los bajistas vuelven a cebarse con los bancos españoles ante el temido 2010 que se avecina
Parece un déjà vu, pero no lo es. Las posiciones cortas (bajistas) sobre los bancos españoles han vuelto a dispararse en el mes de noviembre y se acercan a los niveles del peor momento de la crisis, después de una tregua permitida por el fuerte rally que ha vivido el sector financiero en bolsa desde marzo. Pero los indicios de que el mercado ha tocado techo y el hecho de que no ha cambiado la negativa percepción del sector que tienen los inversores extranjeros -agravada con las negras previsiones para 2010- han reavivado la operativa bajista.
Según un análisis del broker portugués BPI a partir de los datos de la Bolsa de Madrid, la operativa bajista se incrementó de forma generalizada durante el mes pasado, con Banesto como valor más afectado: las acciones prestadas en la entidad que preside Ana Patricia Botín se dispararon un 102% en el mes. No obstante, el total sólo supone el 9% de su free float (capital que circula en bolsa y que no está en manos de accionistas significativos) y el 1% del capital total.
En este sentido, los favoritos de los bajistas siguen siendo Popular y BBVA. El banco de Ángel Ron continúa sin recuperar la credibilidad de los grandes especuladores, pese a sus esfuerzos para lanzar mensajes positivos como su intención de comprar en EEUU o la reorganización interna para robar clientes a las cajas: el 23% de su free float (14% del capital) está prestado en posiciones bajistas. Respecto a la entidad presidida por Francisco González, el 16% de su capital flotante (15% del total) está en manos de los bajistas.
Por el contrario, los mejor librados en noviembre fueron Sabadell y Bankinter, con una reducción de las posiciones cortas mensual del 17% y el 11%, respectivamente. Ahora bien, en ambos casos esto se explica por la fuerte corrección de su precio en bolsa.
Las posiciones cortas consisten en pedir prestadas acciones para venderlas en bolsa. Entonces, el inversor espera a que el valor baje y recompra esas acciones que ahora le costarán más baratas que cuando las tomó prestadas, y las devuelve a quien se las prestó. La diferencia es la ganancia de la operación, a la que hay que descontar las comisiones y el tipo de interés que hay que pagar al banco que presta las acciones.
¿Pero la crisis no había pasado?
Las posiciones bajistas se multiplicaron hasta niveles nunca vistos en la banca española entre otoño de 2008 y primavera de 2009 debido a la debacle financiera internacional y a la extrema rapidez con que estalló la crisis económica española. La situación llegó a tales extremos que el sector acusó a los grandes bancos de inversión de publicar informes negativos sobre las entidades españolas para hacer caer su precio y ganar con las posiciones cortas de sus fondos de inversión y hedge funds. Y pidió a la CNMV la prohibición total de esta operativa.
Sin llegar a esos extremos, el supervisor del mercado ha ido endureciendo la normativa sobre los cortos, con la obligación de comunicar este tipo de operaciones a partir del 0,1% del capital. Ésta ha sido una de las causas de la reducción de los cortos, aunque la más importante ha sido la fuerte recuperación de las cotizaciones desde marzo, que implica fuertes pérdidas para los bajistas. Para frenarlas, se ven obligados a cerrar sus posiciones, y como eso debe hacerse comprando las acciones, retroalimentan la subida de los precios.
Vuelve la desconfianza
Pero ahora la subida parece haber tocado techo ante la cada vez más clara incapacidad del Ibex 35 para superar los 12.000 puntos (y de Wall Street para rebasar los niveles equivalentes). En segundo lugar, la mayoría de los inversores sofisticados se mantienen bajistas en bolsa en todo el mundo porque no se fían de la recuperación económica; es decir, no se trata de un fenómeno exclusivo de la banca española.
En tercer y más importante lugar, las previsiones ya unánimes de que 2010 va a ser un año terrible para la banca española -caída de márgenes, explosión de la morosidad empresarial, fin de la provisión genérica, deterioro aún mayor de los activos tóxicos, fuertes vencimientos de deuda, mayores requerimientos de capital...- han reavivado la visión negativa del sector que nunca han dejado de tener los grandes analistas internacionales, pese a que los resultados del tercer trimestre les obligaron a mejorar sus expectativas.
"Los analistas extranjeros no consiguen comprender cómo es posible que, si las cajas están al borde del colapso, los bancos -sobre todo los puramente nacionales- aseguren que están más fuertes que nunca y que no van a tener ningún problema. La consecuencia es que no se lo creen, y la plasmación de esa desconfianza es el nuevo aumento de los cortos", concluye un analista español del sector.
[Fuente: Por Eduardo Segovia, Cotizalia, Madrid, 08dic09]
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