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15ene14
Telefónica enseña los dientes a Prisa en plena 'guerra fría' en la puja por Canal+
Paradojas de los negocios. La apuesta estratégica de Telefónica por relanzar en 2014 su televisión de pago con los mejores contenidos deportivos y de entretenimiento amenaza a medio plazo la posición de privilegio en el cerrado que mantiene desde hace años Canal+. Y es paradójico porque la compañía de César Alierta posee el 22% de la plataforma del Grupo Prisa y está desde hace meses en la pole position para tomar el control de la misma, en plena debacle financiera de la editora de El País. ¿Por qué hacerse la competencia a uno mismo? ¿Es su asalto a la Fórmula 1 y parte del Mundial sólo una medida de presión para cerrar la operación?
Diversas fuentes del sector, próximas a ambas empresas, niegan la mayor. De hecho, desligan cualquier relación entre la nueva hoja de ruta de la teleco y la compra de la plataforma de pago. Por el contrario, vinculan la iniciativa con la convicción del presidente de Telefónica España, Luis Miguel Gilpérez, de que necesita nuevos ganchos para retener -y enganchar- clientes más allá de los servicios telefónicos. Un anclaje para diferenciarse de los cableros que sólo tiene un pero. Y es que se trata de contenidos muy caros que, por ahora, la multinacional ofrece gratis. Tendrá que hilar muy fino en su hoja de ruta futura para que le salgan las cuentas allá donde otros claudicaron, como sabe bien la propia Prisa a tenor de su último acuerdo por el fútbol.
Aceptando esa tesis y a la espera de que se cierre -o no- la compra de Canal+, son obvios los efectos colaterales que la nueva apuesta de Telefónica tiene sobre una plataforma de pago que termine en otras manos. No en vano, la firma de los Polanco tendría que verse las caras por primera vez con un enemigo que atesora una potencia financiera que le resulta inabordable. Y no sólo quiere deportes, también otros espacios como series, donde la televisión de Prisa se ha hecho fuerte. El órdago puede ser, andando el tiempo, la puntilla para Canal+, incapaz de parar la sangría de abonados y con permanentes deterioros de su valor que terminarán afectando a las cuentas de la propia Telefónica y a Mediaset, su otro accionista de referencia.
Sea como fuere, la escenificación se produce en un momento muy delicado en las relaciones Telefónica-Prisa. "La teleco está muy interesada por Canal+, pero no está claro lo que va a pasar. No comprará a cualquier precio y, entretanto, no puede poner todos los huevos en la misma cesta", exponen fuentes conocedoras de los contactos. Los capos de ambos imperios, Alierta y Juan Luis Cebrián, han dado por cerrada la transacción en más de una ocasión. Sin embargo, los problemas han surgido al bajar al terreno, en el ámbito operativo, sin duda por una cuestión de precio. Un punto muerto que ha abonado cierta desafección. Prisa abría recientemente un proceso de ofertas vinculantes para subastar su activo, una forma de meter premura a Telefónica para que diera un paso al frente. Todo un impasse de recelos que no se desbloquea.
Jaque a las cadenas en abierto
"La presencia de Telefónica en el mercado de la televisión de pago podría tener dos efectos -explica un analista del sector-. En primer lugar, introduce un operador más agresivo en la compra de derechos premium (sobre todo relacionados con deportes) que hará más difícil que las televisiones en abierto retengan ciertos contenidos. (…) La segunda cuestión afecta directamente a los operadores de televisión de pago, en tanto el músculo financiero de Telefónica hace difícil que Canal+ pueda retener la exclusividad de ciertos espacios". No es casualidad que Prisa cayera un 6,4% en bolsa el día del anuncio. Respecto a las cadenas en abierto, Antena 3 ya ha dejado claro que no renovará su apuesta por la Fórmula 1 a los precios que desembolsó en la anterior temporada, que la situaban cerca de las pérdidas.
El planteamiento puesto en marcha por Movistar TV difiere radicalmente del que desde hace años ofrece Canal+, que se basa en la contratación de paquetes, con un coste medio por usuario que supera los 40 euros. La televisión de Telefónica se orientará más hacia el pago puntual del espacio que se quiere consumir. Así podrá verse este año el torneo de tenis de Roland Garros, evento para el que tiene los derechos en exclusiva. Es más, la multinacional ya ha dejado claro que incidirá en esta hoja de ruta y que anunciará este año nuevos desarrollos de su propuesta televisiva por internet. "No es una política contra Prisa, aunque puede llegar a confrontar y provocar efectos indeseados", reconocen otras fuentes próximas a la sociedad.
Para más escarnio, 2014 es el año en que Telefónica pasará a formar parte del accionariado de la matriz, de la propia Prisa, al entrar en vigor la emisión de bonos convertibles por 100 millones de euros que la teleco suscribió a mediados de 2012. Todo dentro del plan de recapitalización de compañía que también supondrá la presencia en el capital de La Caixa y Santander. De fondo, siempre en este enredo, la posición del Gobierno. Y es que está por ver que otorgue luz verde a que Canal+ acabe en manos de una suerte de Al Jazeera. No en vano, el Ejecutivo de la no intervención en medios ya ha demostrado que los principios están para cambiarse según interese. Basta recordar la integración por Antena 3 de la Sexta.
[Fuente: Por Daniel Toledo, El Confidencial, Madrid, 15ene14]
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