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22jul06
Hallan el cuerpo despedazado de un banquero italiano del Opus Dei.
Ha causado una profunda impresión en Italia, sobre todo en el dorado mundo de los negocios, el descubrimiento del cadáver hecho pedazos del banquero Gianmario Roveraro, 70, que había sido secuestrado el 5 de este mes. Roveraro, que fue procesado por su vinculación con el multimillonario "crack" financiero de la multinacional agroalimentaria Parmalat, era uno de los laicos italianos más conocidos entre los miembros de la organización conservadora católica Opus Dei.
El cuerpo destrozado de Roveraro, en avanzado estado de descomposición, fue encontrado en un terraplén junto al camino provincial 308, cerca de la ciudad de Parma por los carabineros y un magistrado.
Hasta el lugar, los investigadores fueron llevados por uno de los tres responsables del secuestro que habían sido arrestados en la madrugada de ayer. Emilio Toscani, un experto informático de Parma. "Ha sido un crimen particularmente cruel", dijo un oficial de carabineros.
Entre los altos yuyos junto al camino provincial el cuerpo mutilado y seccionado en dos del financista milanés había sido escondido, pero no enterrado.
Los investigadores creen que "algo" ocurrió el 10 de este mes, cinco días después del secuestro, que llevó a los captores a matar y mutilar salvajemente el cuerpo de Roveraro, un hombre tranquilo, reservado, padre de tres hijos, que en 1957 fue campeón italiano de salto en alto, el primer atleta de la especialidad en perforar la barrera de los dos metros.
El cerebro organizador del secuestro y según su propia confesión el autor material del asesinato fue el consultor financiero de Parma Filippo Botteri, 43. Botteri era socio de negocios de Roveraro, quien después del "affaire" Parmalat había entrado en una fase de decadencia refugiándose en una sociedad inmobiliaria, la Yard de Milán.
Según los investigadores, Botteri dijo que había invertido 2,5 millones de euros en una sociedad austríaca creada por Roveraro para especular con inmuebles. Esperaba ganar 10 millones de euros pero los negocios anduvieron mal y perdió toda la inversión. Botteri había cultivado un gran rencor contra Roveraro y lo había amenazado en varias oportunidades. Convenció al informático Emilio Toscani, 43, y al comerciante de Bolonia Mario Baldi, 50, a que se convirtieran en sus cómplices.
Mario Roveraro fue secuestrado en la puerta de su casa en la noche del 5 de julio en Milán. Venía de una reunión del Opus Dei en el centro de la ciudad donde se habían proyectado dos películas destinadas a los nuevos miembros de la Prelatura Personal. Una de ellas era el encuentro que el santo Josemaría Escrivá de Balaguer, fallecido en 1975, mantuvo un año antes en el teatro San Martín de Buenos Aires ante una nutrida concurrencia.
Poco antes de las nueve de la noche, Roveraro se despidió de sus amigos del Opus Dei y regresó a su casa en subterráneo. Un vecino lo vio llegar desde su ventana a 50 metros de la casa. Roveraro llamó en la madrugada a su mujer y le dijo que no se preocupara, que había viajado al exterior por negocios. En la mañana su secretaria recibió un fax que le ordenaba disponer de un millón de euros. Alarmadas, ambas mujeres llamaron a la policía.
Durante muchos años Gianmario Roveraro fue uno de los protagonistas de la llamada "finanza blanca" italiana, de matriz católica. Sobre todo cuando con un centenar de inversores fundó el banco de negocios Akros, que las malas lenguas consideraban una especie de caja fuerte financiera del Opus Dei. Pero en 1997 Akros, volcada a grandes negocios inmobiliarios, sufrió grandes pérdidas y Roveraro debió abandonar su criatura.
En los últimos diez años su figura parecía haber entrado en un cono de sombra. Pero ya en la época de oro de la banca de negocios Akros se había ocupado de movilizar en el mercado las acciones de Parmalat, que terminaron en el vértigo del "crack" financiero más grande de la historia italiana y Roveraro quedó involucrado en el proceso que se está llevando a cabo, con miles de accionistas que han perdido sus ahorros.
"Nos sentimos vecinos a su familia y respetamos su dolor. Gianmario era un hombre de gran delicadeza. Rezamos por él", dijo ayer Giuseppe "Pino" Corigliano, el portavoz del Opus Dei, que era amigo del banquero asesinado.
[Fuente: Clarin, Bs As, Arg, 22jul06]
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