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21sep09
Sólo siete bancos pusieron dinero para intentar salvar a Nozar del concurso
La inmobiliaria Nozar necesitaba imperiosamente una nueva línea de crédito 70 millones de euros para poder mantener la actividad y evitar el concurso de acreedores. Pero, a la hora de la verdad, sólo siete entidades financieras estuvieron dispuestas a poner el dinero que les correspondía de esa cantidad, según fuentes de las negociaciones. Y la negativa de las demás a tomar más riesgo en la empresa fue la que impidió su salvación, pese a los denodados esfuerzos de los hermanos Nozaleda para reunir esa cantidad.
Según las fuentes consultadas, Banco Popular se comprometió a aportar 10 millones de euros, Sabadell, BBVA y Caja Madrid pusieron ocho millones cada uno, Caja Duero ofreció seis millones, Caixa Galicia cuatro millones y La Caixa, tres. En total, 47 millones. A última hora se sumaron otras cuatro instituciones, aunque con cantidades muy inferiores: CAI y Banco Espirito Santo pusieron 750.000 euros cada uno, Deutsche Bank aportó 400.000 y la Kutxa, 262.000. Con estas aportaciones se llegó hasta 49,162 millones, también insuficientes para cumplir la condición del plan de viabilidad de la empresa.
Entre los que no quisieron rascarse más el bolsillo, los que debían aportado mayores cantidades eran Banesto, Pastor e Ibercaja, con tres millones de euros cada uno según la propuesta de Nozar, JP Morgan con dos millones, Barclays con 1,5 millones y la extinta Cajasur (en proceso de absorción por Unicaja), 1,4 millones. Prácticamente todos los demás acreedores de Nozar debían aportar cantidades menores y no lo hicieron, entre ellos Caja Granada, Caja Vital, Kutxa, Caixa Sabadell, Caixa Geral, Caja España, BBK y Caja Segovia, siempre según estas fuentes.
Y entre los que sí se mostraron dispuestos a hacer un esfuerzo, no todos llegaron a las cifras que contemplaba el plan de viabilidad de la inmobiliaria, aprobado por el asesor de las entidades, KPMG. Así, BBVA debía poner nueve millones y se quedó en ocho, Caixa Galicia sólo aportó cuatro de los seis que le correspondían, Espirito Santo se quedó a 250.000 euros del objetivo (un millón) y Kutxa comprometió 262.000 de los 750.000 euros que le tocaban.
Aparte de estas aportaciones a este nuevo crédito de 70 millones, los acreedores de Nozar debían aceptar una importante refinanciación de la deuda que mantenía la inmobiliaria con ellos. Las fuentes explican que no eran los mismos los que se negaron a aportar nuevo crédito que los que se opusieron a la refinanciación, sino que hubo una casuística muy variada: entidades que ponían dinero y refinanciaban, otras que aportaban su parte pero no estaban dispuestas a refinanciar la deuda (al menos en su totalidad), otro grupo que refinanciaba pero no aportaba un euro más, y finalmente los que no estaban dispuestos ni a lo uno ni a lo otro. Asimismo, hubo entidades que variaron su postura a lo largo de las negociaciones, incluso varias veces.
Las razones para no poner más dinero
¿Cómo se explica tantas reticencias a aportar ese dinero que necesitaba Nozar para sobrevivir? "Los bancos a veces tienen un comportamiento que raya la idiotez", aseguran en una entidad. Porque "el concurso no interesaba a nadie y cualquier otra solución habría sido mejor", añaden. Porque, con la declaración del concurso, todas las entidades deben provisionar ahora el 27,8% de su deuda en el plazo de un año, según la normativa española. Y el resto, en los 12 meses siguientes.
En otra apuntan que "no se entiende que apoyemos a ciertas compañías que han tenido un comportamiento deplorable y que hayamos dejado tirado a Nozaleda, que se ha portado muy bien". La profesionalidad y buen comportamiento de los gestores de Nozar es algo reconocido unánimemente, incluso en el auto judicial que declaraba oficialmente el concurso el viernes pasado.
La explicación más extendida es que los bancos reticentes pedían garantías adicionales que Nozar no estaba en condiciones de aportar, porque tenía pignorados todos sus activos, tanto inmobiliarios como financieros. Pero en realidad la historia es más compleja. Hay entidades -entre ellas las extranjeras, pero no solamente ellas- que han dado orden de no poner ni un euro más en el ladrillo español, lo que significa condenar a las inmobiliarias que necesitan más dinero para seguir vivas. Aunque eso signifique tener que afrontar fuertes provisiones.
"Lo que pedía Nozar era poner dinero malo sobre dinero malo; era incrementar un crédito que ya había que refinanciar y que, al final, seguramente habríamos perdido de todas formas o, al menos, tendríamos que haber asumido una quita muy importante. En esas circunstancias, es mejor ir al concurso y recuperar lo que se pueda antes de que la bola se haga todavía más grande. De hecho, Nozar tenía que haber ido a concurso hace cuatro meses", se justifican en una de las entidades que se negó a aportar su parte.
[Fuente: Por Eduardo Segovia, Cotizalia, Madrid, 21sep09]
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