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09ago11


EEUU y Europa declaran la 'guerra total' a las agencias de calificación


Lejos de remitir y relajarse, la disputa entre los Gobiernos y las agencias de calificación crediticia alcanzó ayer un nuevo punto de inflexión: Standard & Poor's ha levantado la veda y hoy la calificación crediticia de Estados Unidos ya no es intocable. Había avisado, pero nadie creía que las amenazas fueran firmes. Desde entonces, el cruce de declaraciones de unos y otros ha sido constante.

Si el pasado sábado era el presidente de S&P, Deven Sharma, el que en una entrevista en The Wall Street Journal acusaba al Ejecutivo norteamericano de "inacción". Ayer, fue el inquilino de la Casa Blanca el que rompió su silencio. El presidente de EEUU, Barack Obama, en una comparecencia de apenas quince minutos, se ponía ante las cámaras para calmar a los mercados con un discurso más voluntarioso que técnico. "Estados Unidos siempre será una economía triple A", explicó en clara relación a las agencias de rating. Y, por si a alguien se le escapó la indirecta, Obama recalcó poco después que su país "no necesita a nadie que le diga cómo reducir su déficit, porque ya sabemos cómo hacerlo".

Lo que sí pidió el presidente es tiempo para implementar las reformas fiscales que tienen por objetivo reducir las pérdidas del balance soberano, siempre al hilo del "sentido común y no de los recortes irreflexivos". Pero, si esto no funciona, los expertos consideran que la Reserva Federal también puede arrimar el hombro y lanzar un tercer 'quantitative easing', es decir, el tercer paquete de medidas para la compra de deuda pública. Quizá hoy, tras la reunión que mantendrá la Fed esta tarde, se aclare el camino elegido. No obstante, esta tercera flexibilización "sería sólo un parche a corto plazo", apunta Soledad Pellón, estratega de IG Markets.

La decisión de S&P no ha sentado bien en Estados Unidos. Uno de los primeros en reaccionar, mucho antes que el propio presidente, fue Timothy Geithner, secretario del Tesoro. En su opinión, S&P ha tomado una decisión "terrible" y, de paso, ha demostrado "una asombrosa falta de conocimiento sobre la matemática básica del presupuesto fiscal". Según explicó en una entrevista transmitida la noche del domingo por la cadena CNBC, la agencia de rating cometió un "error de dos billones de dólares"en sus predicciones.

En esta línea de pensamiento podríamos encuadrar al famoso inversor Warren Buffet, quien asegura que su opinión sobre Estados Unidos no ha cambiado, "si acaso habrá cambiado mi opinión sobre Standard & Poor's". "Para mí la deuda americana tiene una 'cuádruple' A y, si tengo que comprar bonos a un 0% de interés, lo haré", sentenció el fundador de Berkshire Hathaway. La vehemencia de sus palabras causan menos sorpresa si se tiene en cuenta que Buffet es uno de los principales accionistas de Moody's. Sin embargo, dentro del sector financiero norteamericano, existen voces discordantes. Bill Gross, presidente de PIMCO, la mayor gestora del renta fija del mundo, ha salido en defensa de S&P calificando su comportamiento de "vertebrador".

Un enemigo común con Europa

Pero si las agencias de rating son un nuevo enemigo para Estados Unidos, en Europa descubrimos hace unos meses del peligro que conlleva una mala nota. Desde que estallase la crisis de deuda griega, estas instituciones han rebajado la calificación de Grecia, Portugal, España, Italia... y cada decisión se ha tomado en un momento más crítico que el anterior. Así, el Viejo Continente no ha podido sino rebelarse ante la dictadura del Big Three (S&P, Moody's y Fitch) norteamericano, que le golpea metódicamente cada vez que trata de levantarse. Casi todos los organismos comunitarios se han expresado contra ellas, desde Durao Barroso, que considera que "añaden especulación al mercado", hasta la canciller alemana Merkel, que estaría dispuesta a apoyar la creación de una agencia de rating europea.

Si este es el principio del fin del oligopolio de las tres grandes calificadoras solo el tiempo lo dirá, pero lo cierto es que sus decisiones siguen pesando como losas en los mercados: ayer el Dow Jones, a pesar de las palabras de Obama, se desplomó un 5, 55%. Tanto voces europeas como norteamericanas vienen reclamando desde hace meses una mayor transparencia sobre los socios que controlan las Big Three, algunos, como BlackRock o Capital Group, presentes tanto en el accionarido de S&P como de Moody's, y a su vez con intereses en otros negocios financieros y de inversión.

[Fuente: Por Mayte Medrano y Alfredro Pascual, Cotizalia, Madrid, 09ago11]

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