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24ene11
División entre los Mora-Figueroa por la venta de Coca-Cola en Andalucía
Forma parte de la familia dominante de Rendelsur, la compañía que gestiona y explota el negocio de embotellado y distribución de Coca-Cola en Andalucía, Extremadura y Ciudad Real. Un negocio redondo en el que Fernando Mora-Figueroa Domecq, que comparte accionariado con sus hermanos Ramón, Silvia y María, y con otras familias de la aristocracia andaluza (Domecq, Argüelles…), ha decidido hacer caja con la venta de un porcentaje de su participación, según fuentes directas del entorno familiar.
La inicitaiva de Fernando Mora-Figueroa Domecq ha provocado el rechazo frontal de sus tres hermanos. La venta de un paquete de acciones ha puesto en la tesitura al resto de tener que comprar para que la cuota de poder del clan Mora-Figueroa no se diluya en Rendelsur, compañía que factura 600 millones de euros y donde Ramón es presidente. Además, como problema añadido, está la cuestión del precio a pagar, punto en el que también existen diferencias insalvables entre ambos.
El cisma entre los Mora-Figueroa no termina solo con los deseos de hacer caja de Fernando. El hermano vendedor tiene a su favor el hecho de que otra de las sagas accionistas de Rendelsur, la familia valenciana Gómez-Trenor, sí está dispuesta a pagar un sobreprecio para hacerse con la participación en venta, según fuentes familiares implicadas. De esta manera, a pesar de estar en juego un paquete minoritario, las relaciones de poder dentro de la compañía podrían alterarse.
Todo por el golf
Nada de esto hubiera ocurrido de forma tan precipitada si la necesidad de liquidez no apremiara a Fernando Mora-Figueroa, que no ha querido ofrecer su versión de los hechos. Su incursión en el mercado inmobiliario durante los últimos diez años como exitoso promotor de campos de golf en la provincia de Cádiz, en los que desarrollaba zonas residenciales de lujo, como un Polaris World para ricos, ha terminado sin cumplir las expectativas generadas durante los años del boom.
Pasado el año 2000, Fernando Mora-Figueroa se asoció con la promotora estadounidense Landmark, especializada en el desarrollo de comunidades golfísticas, para llevar a cabo la idea de convertir la zona sur de Cádiz en la meca del golf residencial. Así nació Arcos Gardens, el complejo turístico ubicado en el municipio gaditano de Arcos de la Frontera, el primero en ver la luz de una serie de proyectos que la crisis económica ha congelado por la caída brusca de la demanda también en este segmento.
Sólo las 172 hectáreas de Arcos Gardens tenían previsto recoger un hotel y 525 unidades residenciales. Al final sólo se han desarrollado 80 casas y 32 villas, entre medianas y grandes, que todavía faltan por vender. La componente inmobiliaria de esta aventura ha obligado a Fernando Mora-Figueroa, reconocido internacionalmente por su iniciativa golfística, a recurrir a su patrimonio de Coca-Cola para seguir alimentando su faceta como promotor, que lleva a cabo a través de su sociedad familiar Inversora Fain.
El maná de llenar botellas
La familia Mora-Figueroa, una de las mayores propietarias de tierra de Andalucía, ha consolidado su fortuna como terrateniente con el negocio industrial de Coca Cola, que se reparte por distintas zonas geográficas dentro de España. Este parcelamiento se remonta a licencias exclusivas concedidas hace más de medio siglo por la marca estadounidense a distintos empresarios de la época, un negocio concesional que ligado al éxito comercial del producto ha permitido a sus herederos continuar exprimiendo un negocio millonario.
Aunque la cara visible de Coca Cola, de la matriz estadounidense, sea el portugués Marcos de Quinto, los verdaderos propietarios del negocio en España son las familias Urrutia (Casbega), que controlan la zona de la Península; Daurella (Cobega), que se reparten Cataluña, Baleares, Canarias y Andorra; Gómez-Trenor (Colebega), dueños de los mercados de Levante, Galicia y Portugal; y Mora-Figueroa (Rendelsur), que se reparten los mercados de Andalucía, Extremadura y Ciudad Real.
Además, todos ellos mantienen participaciones cruzadas entre sí y son a su vez inversores, de forma conjunta, de la matriz estadounidense, lo que les convierte en uno de los principales accionistas privados del gigante mundial de los refrescos. ¨El modelo español es único¨, explica un financiero vinculado con las familias. ¨En el resto de países, Coca Cola iba comprando a sus distribuidores una vez que el negocio estaba consolidado. Aquí, sin embargo, las familias no han sido vendedoras nunca¨.
[Fuente: Por Carlos Fernández, El Confidencial, Madrid, 24ene11]
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