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23jun15
Estas son las ocho claves del documento que ha desbloqueado las negociaciones
En la jornada de ayer, en Bruselas, se reunieron todos los actores clave para tratar de llevar a puerto en cuestión de días la negociación para la finalización del segundo programa de rescate griego.
Por la mañana, los ministros de Finanzas, en un nuevo Eurogrupo extraordinario. Por la tarde, los jefes de Gobierno de la eurozona, en una Eurocumbre también extraordinaria, convocada el jueves por el presidente del Consejo, Donald Tusk.
Técnicamente hubo pocos avances, porque las propuestas helenas llegaron en la medianoche del domingo y en la mañana del propio lunes.Como los documentos los tienen que analizar los técnicos del Grupo de Bruselas (que reúne a los integrantes de BCE, FMI y la Comisión) y después se estudian en el Grupo de Trabajo del Eurogrupo, y no hubo tiempo material para hacerlo en condiciones, los ministros apenas tuvieron nada de que hablar, y tras poco más de una hora reunidos, desconvocaron.
Sus jefes tampoco profundizaron, pero el mensaje que mandaron todos ellos (Dijsselbloem, Hollande, Merkel, y un buen número de ministros) es que por primera vez en semanas e incluso meses, la nueva propuesta griega tiene el contenido suficiente para conseguir un acuerdo "en cuestión de días". Por eso convocaron un nuevo Eurogrupo para mañana miércoles y se volverá a hablar de ello si hace falta cerrar flecos el jueves y el viernes en Bruselas, en el seno de la Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno que lleva meses prevista.
Pero, ¿qué tiene el documento de 11 páginas que envío Atenas el fin de semana para haber logrado "cumplir el 90% de lo que se pedía", según fuentes Europeas citadas por Financial Times.
1) La autoría.
El documento griego viene presentado y firmado por Alexis Tsipras, y eso es fundamental. No hay tablas sin contexto, no es un papel de trabajo, ni una propuesta de unos técnicos que necesitan consultar antes de tomar decisiones.
Es la oferta firme del jefe de Gobierno, que asume el contenido y se hace responsable de los compromisos. Hasta ahora ha habido quejas, por ambas partes, de que los delegados enviados no tenían poder de maniobra. Y que eso retrasaba el proceso.
Lo dijo Yanis Varoufakis el pasado jueves en Luxemburgo, cuando dijo que los miembros del Grupo de Bruselas no podían negociar, y que eso impedía que Grecia pudiera hacer propuestas firmes, tal y como estaba estipulado en el Acuerdo del 20 de febrero. Y lo ha denunciado en privado la Comisión Europea desde el principio, e incluso el Eurogrupo, pues muchas veces tenían que interrumpirse las rondas para que los diplomáticos helenos llamaran a Tsipras a pedir indicaciones.
2) Superávit primario
Los números que aparecen en la propuesta de Tsipras anticipan unos recursos adicionales para las arcas públicas de 2.692 millones de euros en 2015 y de 5.207 en 2016. Grecia aceptaría un superávit primario (sin contar los intereses de la deuda) del 1% este año y del 2 y el 3% los dos siguientes, tal y como pedía Bruselas, tras haber rebajado el objetivo inicial, que según el programa que está en marcha era 3,5% ya en 2015 y del 4% en 2016. En el anterior documento enviado a Bruselas, Atenas peleaba por un 0,6%, pero Varoufakis ya dijo el jueves que un bloqueo por esas diferencias era impensable.
3) Las pensiones
De acuerdo a su propuesta, Atenas no tocaría las pensiones más bajas, no habría recortes, pero aceptaría retrasar la edad de jubilación paso a paso hasta los 67 años y limitar drásticamente las prejubilaciones. La Comisión Europea, en nombre de las instituciones, defendió hace dos semanas que nunca ha pedido un recorte de pensiones, y menos de los que tienen ingresos más bajos, sino que quiere la sostenibilidad del sistema.
El documento heleno tiene una tabla en la que asegura que cortando las jubilaciones anticipadas logrará recaudar 60 millones de euros adicionales este año y 300 el que viene. Y subiendo un punto las contribuciones de salud haría ingresar 135 millones más este año y 250 el que viene. Así como una polémica nueva subida de las contribuciones sociales (cerca del 4% cada año) que podría aportar algo más de 350 millones de euros este año y 800 millones de euros el que viene.
En porcentaje, sumando todas las partidas, el cambio es importante. Las instituciones pedían en su última reivindicación un ajuste del sistema que supusiera un ahorro del 0,5% del PIB este año (porque estamos ya en junio) y del 1% anual a partir de 2016. Y la respuesta de Atenas, según se quejaron en voz alta, era del 0,04%, apenas 71 millones de euros el año que viene, y del 0,08% (142 millones) a partir de 2017. En la tabla de ayer, en cambio, los ajustes del sistema supondrían algo menos de un 0,4% este año y ya un 1,05% en 2016, además de un 1,1% en 2017.
Además, se retrasaría la edad de jubilación y a partir de 2018 se pondría en marcha una paulatina eliminación del EKAS, el complemento para las pensiones de jubilación más bajas, que desaparecería del todo en 2020.
El coste de las pensiones griegas, respecto al PIB, es de las más altas de Europa, con entre un 16 y un 17%. Es cierto, pero también que el PIB griego se ha reducido un 25% desde el inicio de la crisis de deuda, y hay que tener en cuenta tanto el numerador como el denominador.
4) El IVA
Una de las dos grandes líneas rojas helenas estaba, y está, en el IVA. La última propuesta defiende a capa y espada el mantener tres tipos diferentes (normal, reducido e súperreducido, como en España), y no bajar a dos, como quieren las Instituciones. Los tipos serían del 6, el 13% y el normal, del 23%. En el primero se quedaría el material escolar, libros y productos hospitalarios y sanitarios. En el 13%, la energía, el turismo (hoteles) y el grueso de los productos alimenticios. Además, Grecia propone revisar el estatus especial de las islas del Egeo, que tienen un descuento del 30% para fomentar el turismo con precios competitivos.
Según los cálculos de la propuesta, de esa manera se aumentaría la recaudación fiscal en 660 millones en 2015 y 1.360 millones de euros en 2016, algo menos que los casi 1.800 que querían las instituciones. Atenas está dispuesta a seguir llevando al tipo normal nuevos grupos de productos y a posteriores retoques (ya ha habido una revisión respecto a lo defendido hace unas semanas) para cubrir esos 200 millones de diferencia.
Las instituciones quieren llevar al 23% el IVA de hoteles, restaurantes y catering, algo que desde Grecia se denuncia como una locura, durante una recesión y especialmente con la llegada del verano y millones de turistas. Y es uno de los puntos de más fricción ahora mismo.
5) Otros impuestos
El grueso de la propuesta helena se sustenta en nuevos impuestos, más que en recortes. Por ejemplo, un nuevo impuesto del 12% para los beneficios en 2014 de las empresas a partir de los 500.000 euros con el que esperan recaudar más de 900 millones de euros este mismo ejercicio y más de 400 el que viene.
Hay también un impuesto a la publicidad televisiva (100 millones al año) o, contra todo lo que se habla en Europa, una subida del Impuesto de Sociedades del 26 al 29%, que aportaría, a partir del próximo ejercicio, 410 millones de euros a las arcas públicas.
También subir el impuesto sobre productos de lujo (del 10 al 13%), incluyendo yates, para recaudar 47 millones de euros más cada ejercicio. Unaumento de la Tasa Solidaria para los hogares con ingresos superiores a 50.000 euros al año, mientras se rebajaría la de los hogares con menos de 30.000 euros de ingresos.
6) Privatizaciones
La redacción del texto es contundente: "las autoridades griegas están comprometidas a aprobar y proceder con un ambicioso programa de privatizaciones", pero con cinco condiciones: un nivel mínimo de inversiones garantizadas con cada privatización. Protección de los derechos de los trabajadores. Compromiso de que haya beneficios para las economías locales. Que haya una "significativa pero seguramente minoritaria" participación pública en el accionariado. Y la que se asegura la protección del medioambiente y la herencia cultural.
Con ello, Atenas tiene el objetivo de ingresar 1.400 millones en 2015, 3.700 millones de euros en 2016 y hasta 1.200 más en 2017.
Grecia promete "pasos irreversibles" para la venta de aeropuertos regionales (Atenas Hellinikon) y para "finalizar los términos de la venta de los puertos del Pireo y de Tesalónica, así como del operador de trenes", así como a negociar una extensión del concurso para mantener al operador del Aeropuerto de Atenas.
Igualmente espera 350 millones de euros al año que viene con venta de licencias para operadores móviles y ahorrar 200 millones en Defensa.
En su propuesta, tal y como ha defendido estos meses, Tsipras deja fuera las privatizaciones de la gestoria de energía de propiedad estatal (ADMHE) así como la empresa eléctrica (Public Power Corporation, PPC) y la de telecomunciales OTE.
El ministro de energía, Panagiotis Lafazanis ha sido rotundoe sos meses: "no va haber ninguna privatización de DHE, DEPA (la distribuidira de gas) o ELPE (la perolera). Las instituciones insisten en las energéticas, y no hasta ahora en la empresa de telecounicaciones, y seguirán presionando en los próximos días, pues parte del acuerdo habla de una reforma integral del sistema energético.
7) Deuda griega
La deuda es un elemento esencial. La propuesta de reestructuración (con o sin quita) está encima de la mensa desde el primer día. Lo han dicho Tsipras y Varoufakis desde antes de llegar al poder. Y el FMI está de acuerdo en que con una previsión como la última de la Comisión, de que Grecia cerrará 2015 con una deuda equivalente al 180% del PIB, la sostenibilidad es prácticamente imposible. Las instituciones, con el Mede a la cabeza, defienden lo contrario, y explican que como Atenas no debe pagar intereses hasta 2023, y hay un periodo de carencia muy largo para los préstamos europeos, la deuda se puede pagar.
Ya en el acuerdo de 2012 se contemplaba un nuevo análisis y medidas sobre la deuda. Los socios eran conscientes entonces, y lo son ahora, de que el nivel es muy alto. No quieren oír ni discutir siquiera la posibilidad de una quita, pero tal y como dejaron ver anoche Angela Merkel y François Hollande, una vez que se llegue a un acuerdo se podría estudiar retrasar más los vencimientos, nuevos cálculos en los tipos o una extensión de la carencia. Nada está cerrado, como no lo estaba en 2012. Pero Tsipras quiere algo concreto. En el anterior acuerdo se habló de medidas cuando Grecia llegara a superávit primario. Llegó en 2014, y no se hizo nada al respecto.
Merkel anoche aseguró que el lunes nos se habló de la sostenibilidad de la deuda, pero que sin duda será parte del proceso. Como es lógico, porque todos los modelos que usan las instituciones y el Gobierno tienen que calcular el impacto en la deuda (así como en el déficit y todas las variables) de cada ajuste. El FMI ha advertido por ejemplo de que cambiando el objetivo de superávit primario hasta el 1% este año y el 2% el que viene (en lugar de 3,4 y 4%) hace muy difícil esa sostenibilidad.
8) Quedan pendientes más asuntos
Incluidos en el documento (como la reforma del sistema energético o de la administración pública, la creación de una agencia fiscal independiente y de mayor independencia para el Instituto Estadístico Nacional. Así como la exigencia de las Instituciones de cambios en el mercado laboral, en la Agencia Tributaria y en el sistema judicial.
Hasta el momento, las Instituciones han abogado por congelar la situación laboral hasta más adelante, pero Syriza presiona muy fuerte para que vuelvan a introducirse los convenios colectivos. El 12 de febrero de 2012, el Parlamento griego aprobó, como parte del acuerdo sobre las medidas de austeridad, la eliminación de los convenios y su sustitución por acuerdos individuales entre trabajadores y empresario. Tsipras quiere recuperarlos, como prometió. Y esta misma mañana el ministro de Trabajo, Panos Skurletis, ha asegurado que volverán a ser aceptados.
[Fuente: Por Pablo R. Suanzes, Bruselas, El Mundo, Madrid, 23jun15]
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