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12mar15
De 'hombres de negro' de la Troika a los 'hombres invisibles'
Atenas ha recibido a los 'hombres de negro' de sus acreedores. Fue la primera vez tras la victoria de Syriza en las urnas. Mucho ha cambiado desde su última visita. Al conjunto formado por el Banco Central Europeo, la Comisión Europea y el Fondo Monetario Internacional ya no se le puede llamar "Troika". Es una palabra proscrita para las nuevas autoridades griegas. Ahora son las "instituciones", un curioso "toque de maquillaje" con el que los izquierdistas pretenden hacer ver que la situación cambió con los comicios.
A los funcionarios de esas "instituciones" no se les pudo ver oficialmente en dependencia gubernamental alguna. Más que 'de negro', parecían haberse camuflado para pasar desapercibidos. Esa precisamente era la intención de Syriza: "hemos acordado que no entrarán en los ministerios ni en las salas pertenecientes a los ministerios" explicó el portavoz del gobierno, Gabriel Sakellaridis.
Tampoco se reunieron, sobre el papel, con ningún alto cargo de la administración. Los enviados son, según los izquierdistas, expertos de bajo rango y sólo debatirán con funcionarios de bajo rango durante su estancia en el país. Esa ha sido otra de las condiciones impuestas por Atenas a una visita impopular para parte del electorado y también para el ala más izquierdista de Syriza.
Su primera misión es la de recaudar los datos macroeconómicos de la economía helena, como explicó el ministro de Finanzas, Yanis Varufakis. Bautizó la operación como una "misión de descubrimiento de datos" y explicó el 'modus operandi' del proceso: funcionarios helenos llevarían los documentos directamente a los hoteles donde se hospedan los enviados de los acreedores. Servicio de habitaciones. Allí se celebrarían también las reuniones con las personas designadas por Grecia como interlocutores.
También recabaron información fiscal sobre el país. No han tenido acceso a esos datos en los últimos meses, por la interrupción de las negociaciones debido al proceso electoral. Entre los acreedores preocupa, y mucho, el déficit de 1.000 millones de euros en recaudación registrado en enero. Sobre todo en un contexto de falta de liquidez alarmante en Atenas, aunque tanto Varufakis como Tsipras aseguraron ayer tener medios para pagar las obligaciones del país en marzo. Podrían recurrir a las reservas de varios organismos estatales, al seguir cerrado el grifo europeo.
Los datos recabados serán enviados al denominado "Grupo de Bruselas", formado por la antigua Troika, los negociadores helenos y también -y por primera vez- por el Mecanismo Europeo de Estabilidad (Mede). La capital comunitaria será la sede de las discusiones políticas y técnicas entre los ministros y los altos cargos de los acreedores del país, tal y como pidió Atenas como requisito para la vuelta de los 'hombres de negro' al país. Las próximas visitas serán para recabar datos sobre las reformas y los bancos. El objetivo es acelerar las reformas y también el desembolso de fondos de los rescates.
"No me siento como si tuviera una soga al cuello. Siento que Grecia tiene la voluntad para salir adelante", señaló ayer Tsipras en París. Lo hizo tras firmar un acuerdo de cooperación con la OCDE. "Proveerá el conocimiento para diseñar e implementar las reformas prioritarias para el gobierno", explicaron fuentes gubernamentales sobre el pacto.
Para Varufakis, por el contrario, las políticas del BCE sí pueden ser consideradas como "asfixiantes". Hizo esas declaraciones antes de conocer que la institución presidida por Mario Draghi había ampliado la línea de liquidez de emergencia para los bancos helenos en 600 millones de euros para un total de 69.400 millones. Fráncfort aprieta, pero permite respirar.
[Fuente: Por Héctor Estepa, El Mundo, Madrid, 12mar15]
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