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11feb14
El BCE cita a las 'big four' el día 17 para repartirse los bancos en el test de estrés
El Banco Central Europeo (BCE) ha convocado a las cuatro grandes auditoras mundiales -Deloitte, KPMG, PwC y Ernst & Young- en su sede de Fráncfort el próximo 17 de febrero para repartir entre ellas los 130 bancos europeos que se someterán a los test de estrés y que pasarán a ser supervisados por el instituto emisor. Ese día sabremos a quién le corresponderá examinar a cada uno. Las big four serán las encargadas de revisar en profundidad los balances de estas entidades en el proceso llamado AQR (asset quality review), sobre el que se podrá exigir ya capital adicional y que servirá de base para los ejercicios de resistencia.
Aunque el asesor del BCE en todo el examen a la gran banca europea es Oliver Wyman, el mismo que diseñó los test de estrés para el rescate español en 2012, la ejecución del trabajo correrá a cargo de las auditoras. "Se trata de una auditoría a gran escala" en la que se examinará el 50% de los APR (activos ponderados por riesgo) de las entidades. De hecho, una de estas cuatro firmas comentaba hace unos días que "si por nosotros fuera, cuanto más grandes sean las muestras, mejor", porque así su evaluación será más acertada. Ese mismo día el BCE les comunicará la metodología que debe aplicar, según fuentes conocedoras de la situación.
El proceso dará comienzo formalmente con el reparto de las entidades entre las cuatro auditoras el día 17 en la citada reunión en la sede del BCE, aunque las entidades ya han rellenado una serie de plantillas con la información básica. A partir de este reparto, el trabajo de campo comenzará en marzo y se espera que la revisión de las carteras se prolongue hasta el verano, para posteriormente (o incluso de forma simultánea durante algún tiempo) acometer los test de estrés, que deben concluirse en octubre porque el BCE asumirá la supervisión en noviembre. En España, serán sometidos a este ejercicio 16 entidades: BBVA, Santander, La Caixa, BFA-Bankia, Sabadell, Banco Popular, Banco Mare Nostrum, Bankinter, Ibercaja, Ceiss, Cajas Rurales Unidas, Catalunya Banc, Kutxabank, Liberbank, Unicaja y NCG Banco.
Tras el sonoro fracaso de los test de estrés de 2011, sobre todo por culpa del derrumbe de la banca española, el BCE ha querido hacer un ejercicio mucho más serio y amplio que el de entonces, que se limitó a aplicar un modelo a unas "hojas de Excel". Además, no quiere que salte ninguna sorpresa en los 130 bancos que va a supervisar, sino que todos lleguen perfectamente capitalizados y sin agujeros ocultos. Para ello, ha iniciado este megaproceso de revisión de los balances, inspirado en parte en el ejercicio español de 2012, pero mucho más completo y con un enfoque mucho más global; los test de Oliver Wyman pusieron el acento en la exposición inmobiliaria. Un proceso que pondrá de manifiesto los posibles déficits de capital, que deberán ser subsanados inmediatamente mediante ampliaciones privadas o inyecciones públicas.
Este proceso consta de tres partes. La primera, que ya está en marcha, es el supervisory risk assessment (SRA, evaluación del riesgo supervisor), que pretende clasificar a las entidades en tres categorías: riesgo bajo, medio o alto. La segunda es el AQR citado, que es donde se concentra el trabajo de las grandes auditoras. Aunque todavía faltan por conocerse con detalle las normas del ejercicio, ya se sabe que examinarán el 50% de los APR de cada entidad, incluyendo los activos fuera del país de origen y fuera de la UE para bancos como Santander o BBVA.
Además, las auditoras evaluarán si las provisiones son adecuadas y que detectarán si hay un déficit de capital sobre el 8% (nivel calculado con las normas de Basilea III vigentes, no totalmente aplicadas; es decir, lo que se conoce como phased in, no fully loaded). Ese déficit deberá ser cubierto de inmediato. En tercer lugar, se realizarán los test de estrés, en los que se someterán estas carteras revisadas a un escenario adverso con hipótesis económicas extremas para comprobar si, aun en ese caso, tendrían capital suficiente para asumir las posibles pérdidas. El colchón de capital para aprobar ese ejercicio se ha situado en el 5,5%.
Dudas sobre cómo se va a penalizar la deuda
La polémica para los test de estrés se ha desatado con la penalización para las carteras de deuda pública, que han aumentado exponencialmente en los últimos años en la banca española. El temor a este castigo es lo que ha provocado ventas masivas en los últimos meses, para salir mejor en la foto de cierre de 2013 (que es la que se va a tener en cuenta para el ejercicio).
Aquí hay cierta confusión. Según algunas fuentes, los test de estrés no afectarán a las carteras de trading (con la que operan los bancos para conseguir beneficios) y disponible para la venta (se usa para cubrir el riesgo de tipos pero se puede vender en cualquier momento si las condiciones de mercado lo aconsejan y es la que más volumen tiene), ya que se respeta la exención que aprobó el Banco de España al inicio de la crisis de que no hace falta apuntarse las pérdidas -ni beneficios- contra fondos propios. Sin embargo, otras fuentes aseguran que deberá valorarse a precios de mercado (mark to market).
Respecto a la cartera a vencimiento (no se tiene que valorar a precios de mercado porque se mantiene hasta que vencen los bonos), la primera de las fuentes asegura que esta cartera consumirá capital en los test de estrés, es decir, tendrá penalización, mientras que la segunda asegura que no estará afectada por el ejercicio. La respuesta definitiva la conoceremos el día 17.
Este proceso consta de tres partes. La primera, que ya está en marcha, es el supervisory risk assessment (SRA, evaluación del riesgo supervisor), que pretende clasificar a las entidades en tres categorías: riesgo bajo, medio o alto. La segunda es el AQR citado, que es donde se concentra el trabajo de las grandes auditoras. Aunque todavía faltan por conocerse con detalle las normas del ejercicio, ya se sabe que examinarán el 50% de los APR de cada entidad, incluyendo los activos fuera del país de origen y fuera de la UE para bancos como Santander o BBVA.
Además, las auditoras evaluarán si las provisiones son adecuadas y que detectarán si hay un déficit de capital sobre el 8% (nivel calculado con las normas de Basilea III vigentes, no totalmente aplicadas; es decir, lo que se conoce como phased in, no fully loaded). Ese déficit deberá ser cubierto de inmediato. En tercer lugar, se realizarán los test de estrés, en los que se someterán estas carteras revisadas a un escenario adverso con hipótesis económicas extremas para comprobar si, aun en ese caso, tendrían capital suficiente para asumir las posibles pérdidas. El colchón de capital para aprobar ese ejercicio se ha situado en el 5,5%.
Dudas sobre cómo se va a penalizar la deuda
La polémica para los test de estrés se ha desatado con la penalización para las carteras de deuda pública, que han aumentado exponencialmente en los últimos años en la banca española. El temor a este castigo es lo que ha provocado ventas masivas en los últimos meses, para salir mejor en la foto de cierre de 2013 (que es la que se va a tener en cuenta para el ejercicio).
Aquí hay cierta confusión. Según algunas fuentes, los test de estrés no afectarán a las carteras de trading (con la que operan los bancos para conseguir beneficios) y disponible para la venta (se usa para cubrir el riesgo de tipos pero se puede vender en cualquier momento si las condiciones de mercado lo aconsejan y es la que más volumen tiene), ya que se respeta la exención que aprobó el Banco de España al inicio de la crisis de que no hace falta apuntarse las pérdidas -ni beneficios- contra fondos propios. Sin embargo, otras fuentes aseguran que deberá valorarse a precios de mercado (mark to market).
Respecto a la cartera a vencimiento (no se tiene que valorar a precios de mercado porque se mantiene hasta que vencen los bonos), la primera de las fuentes asegura que esta cartera consumirá capital en los test de estrés, es decir, tendrá penalización, mientras que la segunda asegura que no estará afectada por el ejercicio. La respuesta definitiva la conoceremos el día 17.
[Fuente: Por Eduardo Segovia, El Confidencial, Madrid, 11feb14]
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