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04nov21
Alemania se enfrenta a la «pandemia de los no vacunados»
Rozando los 34.000 contagios diarios, con 165 muertos en las últimas 24 horas y con una incidencia de 154 nuevos casos por cada 100.000 habitantes en siete días. Alemania no veía cifras como estas desde diciembre del año pasado, cuando el gobierno decidió cerrar todos los comercios y servicios no esenciales. El ministro de Sanidad, Jens Spahn, ha bautizado esta nueva ola como «la pandemia de los no vacunados», atribuyendo así el repunte a la baja tasa de vacunación en Alemania en comparación con otros países europeos. Hasta el pasado martes, el 66,8% de la población alemana había recibido la pauta completa. Otros expertos destacan que casi la mitad de los mayores de 60 años que son hospitalizados por coronavirus están completamente vacunados y que la principal causa del rebrote es que la protección de la vacunación disminuye, especialmente en los pacientes de mayor edad.
Sea cual sea la causa, Merkel es partidaria de imponer restricciones a los no inmunizados, como está haciendo Austria, según ha declarado en una reunión interna de la directiva de su partido, la CDU. El problema es que Merkel es ya solamente canciller en funciones y en teoría no debe tomar grandes decisiones de gobierno mientras el ganador de las elecciones, Olaf Scholz, negocia un tripartito que le permita ser investido canciller. El vacío de poder aumenta por el hecho de que este mes, además, termina el Estado de Emergencia y las competencias de lucha contra la pandemia quedarán de nuevo exclusivamente en manos de los gobiernos regionales. Los ministros regionales de Sanidad se reúnen a partir de las 16:00 horas en Lindau, junto al Lago Constanza, para intercambiar impresiones y evaluar diferentes medidas posibles. Algunos han comenzado ya a actuar por su cuenta, como Baviera, que ha puesto en marcha un semáforo de restricciones que funciona de acuerdo al nivel de ocupación de las camas UCI.
La Conferencia de Ministros de Sanidad (GMK) debate sobre un documento que afirma que es necesario «promover y llevar a cabo con prontitud la campaña de vacunación de refuerzo». El ministro federal Spahn ha solicitado a los Länder que reabran los centros de vacunación, que fueron cerrados en septiembre, para facilitar el acceso a la tercera dosis, que puede administrarse si han pasado seis meses desde la segunda o cuatro semanas en el caso de las vacunas Johnson & Johnson. También hay sobre la mesa una reactivación de los «equipos móviles de vacunación» que durante la primera campaña acercaron la vacuna a sus domicilios a personas de riesgo o con dificultades de movilidad. Sin embargo, la Comisión de Vacunación Permanente se ha mostrado escéptica acerca de la conveniencia de generalizar la tercera dosis, lo que frena a algunos Länder.
El documento sobre el que trabajan hoy las regiones alemanas contempla también la posibilidad de generalizar los test obligatorios en las residencias de ancianos, para evitar la prohibición de visitas y mantener la seguridad. Tanto los residentes como los empleados siguen sometiéndose a test dos meses por semana, independientemente de su estado de vacunación, y se sumarían a ellos los visitantes, con una PCR de no más de 24 horas de antigüedad. Esta sería la posibilidad blanda, mientras que la más dura implicaría imponer la norma 2G en el acceso a las residencias, que significa que solo podrían entrar personas vacunadas o que puedan acreditar haber superado ya la enfermedad.
El caso es que todavía existen diferencias regionales considerables en el nivel de vacunación. Bremen tiene la mayor proporción de vacunas con un 81,2% de su población, mientras que otros 14 estados federados han alcanzado la marca del 60%. Solo Sajonia queda por debajo con el 59,1%.
En este contexto, Alemania vuelve los ojos hacia los partidos que están negociando la coalición de gobierno, que se espera que esté lista a mediados de diciembre. Olaf Schoz ha dicho públicamente que suscribirá cualquier decisión que tome Merkel mientras tanto como si fuera suya, pero una declaración pública como esta no supone una total garantía de legitimidad legal. El líder de Los Verdes, Robert Habeck, está presionando para que se reintroduzcan cuanto antes los test rápidos gratuitos, que fueron eliminados en octubre como medida de presión para aumentar las vacunaciones, debido a la renovada escalada de la situación. «Ya fue un error en su momento eliminarlos, era una medida para motivar negativamente a los no vacunados, pero en olas anteriores han demostrado ser un método muy efectivo y no debemos privar a la población ahora de ese instrumento», ha dicho en el programa 'Frühstart' de RTL. Habeck está abierto, además, a aplicar restricciones para las personas no vacunadas. «La tasa de vacunación está por debajo del 70 por ciento, la variante Delta es más contagiosa que las variantes anteriores, y el resto son matemáticas», ha justificado. «La situación es grave», ha corroborado el ministro de Cancillería y hombre de confianza de Merkel, Helge Braun, «ya no solo miramos el número de infecciones, miramos en particular lo que está sucediendo en los hospitales. En los estados federales más afectados, en Turingia y Sajonia, ya existe una carga masiva. La vacuna masiva es la única forma de pasar un invierno relajado».
[Fuente: Por Rosalía Sánchez, ABC, Madrid, 04nov21]
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