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01ene06
La muerte de un notario usurero desata escándalo en Ecuador.
Era considerado un respetable notario pero su muerte, ocurrida en una madrugada de sexo, alcohol y drogas, desencadenó una tétrica historia de usura que, incluso, llevó a varios perjudicados a profanar su tumba para comprobar si estaba enterrado allí.
Casi enseguida se desencadenó un escándalo sobre funcionarios públicos y altos miembros de las fuerzas armadas y de la policía, entre otros, luego de revelarse que el notario José Cabrera recibió dinero de más de 30 mil personas, durante dos décadas, otorgando intereses que iban de 7 al 10 por ciento mensual, mientras las entidades bancarias operan con tasas activas de 9 por ciento y pasivas de 3 por ciento anuales.
''Llegó a manejar alrededor de $800 millones, lo que indica que a su muerte se quebró el segundo banco del país'', dijo el diputado Carlos González, que investiga el caso. Se ha informado que Cabrera manejaba un tipo de entidad bancaria paralela que captaba depósitos ilegalmente superando al banco de Guayaquil, el segundo del país, que registra $700 millones en depósitos.
Cabrera, un abogado de 71 años de edad, murió de un infarto la madrugada del 26 de octubre del año pasado en un lujoso hotel de Quito, cuando estaba acompañado de Jéssica Valles, de 18 años, con la que mantenía relaciones amorosas desde hace dos años. Murió luego de fumar ''cigarrillos con polvo blanco'', tomar whisky y ponerse a dormir después de haber tenido relaciones sexuales, según relató Valles a la policía.
''Don Pepe'' o ''Doctorcito'', como se conocía a Cabrera, se desempeñaba desde hace cuatro décadas como el notario segundo de Machala, a 370 kilómetros de Quito.
Su ejercicio profesional y su buen trato lo habían convertido en un personaje respetable, adinerado y depositario de la confianza de gente de todas partes del país. Recibió dinero de jueces, políticos, militares, policías, migrantes y comerciantes, entre otros.
Con la noticia de la muerte de Cabrera, cientos de personas se apostaron en las afueras de su oficina para recuperar el dinero depositado, mientras policías y militares custodiaban el lugar pero luego se denunció que los uniformados también buscaban recuperar su dinero.
[Fuente: Miami Herald, Us, 01ene05]
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