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09nov07
Una novedad que producirá un importante cambio en la región, Brasil multiplica por dos sus reservas petroleras
Hace 30 años, Brasil ambicionaba autoabastecerse en petróleo. Era la gran ilusión perseguida después de la crisis de los años 70. Ayer cambió el contenido de los sueños: ahora el país se sitúa como un futuro gran exportador, según dicen en el gobierno, a la altura de Nigeria y Venezuela. Es que las grandes reservas de crudo de la mejor calidad (cercana al Brent) en una nueva área en el estado de San Pablo, incrementan de un golpe en más de la mitad las reservas ya existentes. Esta novedad implica un salto de calidad que coloca en otra perspectiva al gigantesco país sudamericano.
Con los 8.000 millones de barriles de existencia ya probados en el yacimiento Tupí, ubicado en la cuenca de Santos, los brasileños ganan estatus internacional: llegan a los 23.000 millones de barriles de stock en sus tierras. Claro que el crudo hay que buscarlo en profundidad y con un esfuerzo de trabajo realmente impresionante: se encuentra entre 5.000 y 7.000 metros abajo del nivel del mar, con un lecho de sal y piedras que lo contiene por arriba. De acuerdo con el presidente de Petrobras, José Gabrielli, con el nuevo descubrimiento Brasil subirá del lugar 24 del ranking de las mayores reservas del mundo al privilegiado puesto 8.
El descubrimiento se venía gestando desde hace largo tiempo. Claro que sólo tuvo efecto impactante a partir de un dato irreversible: el barril de petróleo ya está en 98 dólares y no demorará en situarse por encima de los 100, como había anticipado el presidente venezolano Hugo Chávez. Esos precios están para quedarse debido al ciclo largo de la economía que significa el crecimiento de China y de la India lo que le da a la inversión seguridad en el largo plazo.
El precio es un elemento central: el crudo hay que extraerlo a un costo lo suficientemente alto como para que su explotación tenga sentido si los valores finales del barril continúan en el nivel actual. Como las reservas están localizadas a grandes profundidades, es preciso revisar los procedimientos de explotación de Petrobras en esa área. "Debemos tener tratamientos diferentes a los que se dispensan para sectores con reservas menores que hoy se explotan en aguas planas", sostuvo Dilma Rousseff, la ministra de gabinete de Lula da Silva. En otras palabras; "Tendremos que alterar los métodos de explotación; esto es, modificar nuestro paradigma geológico".
Con estos datos, queda demostrado que América del Sur nada en petróleo. O sea, cuenta con el suficiente combustible como para garantizar un crecimiento económico sostenido. También revela que Brasil ha decidido ser dueño de su destino energético y esto quedó evidenciado cuando suspendió, inmediatamente, la licitación al capital internacional de 41 área adyacentes al gigantesco yacimiento encontrado. Aquí no dudan de que el petróleo es "una cuestión de seguridad nacional" sobre la que no se negocia y no se detienen en cuestiones retóricas sino en elementos notoriamente prácticos, nada menos que no perder la capacidad de decisión.
[Fuente: Clarin, Bs As, Arg, 09nov07]
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