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28dic12
Dilma exige a las empresas que inviertan para evitar falta de abastecimiento de electricidad
La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, atribuyó ayer a una falla humana el apagón que afectó el miércoles a la noche al aeropuerto internacional de Río de Janeiro, atestado de turistas por las fiestas, y prometió aumentar la fiscalización sobre las empresas distribuidoras de energía, a las que exigió mayor eficiencia para poner fin a los frecuentes cortes.
En un desayuno con periodistas en el Palacio del Planalto (sede del Gobierno), en Brasilia, la mandataria aseguró que el gobierno será "implacable" en su esfuerzo para poner fin a las interrupciones en el suministro de energía y obligar las empresas a invertir en el sistema.
El apagón en el aeropuerto Tom Jobim (más conocido por su antiguo nombre, Galeao) dejó por 10 minutos totalmente a oscuras las dos terminales y provocó un caos, tras un día agobiante en que se llegó al récord de 43,2 grados, la temperatura máxima registrada en Río desde 1915.
Según Dilma, las razones del corte fueron dos: "Falla humana, porque debieron cambiar el aire condicionado que estaba viejo, y, sobrecarga, por la temperatura". Ayer, pese al restablecimiento de la energía, miles de pasajeros aún protestaban y transpiraban en el aeropuerto porque el aire acondicionado no funcionaba bien.
"El sistema eléctrico del Galeao entero deberá ser cambiado", remarcó Rousseff. Y rechazó las explicaciones que hablan de fenómenos climáticos. "El día en que les digan que se cayó el sistema eléctrico porque cayó un rayo, ríanse. Caen rayos todos los días en este país.
El rayo no puede desconectar el sistema. Si hubo un corte, fue una falla humana . No es serio decir que la culpa es del rayo. Nuestra lucha es impedir que cuando caiga un rayo el sistema pare", enfatizó.
Además, descartó que haya una crisis energética en Brasil. "El país debe anticiparse, planificar.
Me parece ridículo decir que tenemos riesgo de racionamiento " de energía, afirmó.
Rousseff aseguró que, a partir de ahora, el gobierno reforzará la fiscalización sobre el mantenimiento del sistema de electricidad, en manos de empresas privadas a las que acusó de no invertir el monto necesario para adecuar los equipos ante posibles riesgos.
Para la presidenta, quien fue ministra de Minas y Energía entre 2003 y 2006, durante el gobierno de Lula da Silva, hay que ser "implacable" con las interrupciones del servicio eléctrico.
"No podemos aceptar convivir con eso ", insistió. Además afirmó que el gobierno invertirá en el mantenimiento de la red en 2013.
En septiembre y octubre, tres grandes apagones dejaron sin electricidad a millones de personas en el norte y nordeste de Brasil, así como en la capital, Brasilia.
Tras el corte del miércoles, que además del aeropuerto afectó a algunos barrios de Río, el servicio fue restablecido completamente después de dos horas. Se registraron atrasos en 19 vuelos pero ninguna cancelación, según la empresa estatal de Infraestructura Aeoroportuaria (Infraero).
Brasil está invirtiendo millones de dólares en la modernización de su deficiente infraestructura de transporte de cara al Mundial 2014 y los Juegos Olímpicos 2016 que se llevarán a cabo en Río de Janeiro. El aeropuerto de Galeao en Río y el de Belo Horizonte (en Minas Gerais) serán otorgados en concesión a privados en 2013, anunció hace pocos días la presidenta.
El problema de los apagones no es nuevo en Brasil . El ex presidente Lula también debió ocuparse del tema. En noviembre de 2009, un gigantesco corte de energía afectó a 18 de los 27 estados del país durante varias horas y dejó a oscuras a cerca de 70 millones de usuarios. En esa oportunidad, el gobierno aclaró que no se volvería a la situación del año 2001, cuando los brasileños sufrieron durante ocho meses un estricto racionamiento que los obligó a seguir un esquema riguroso de ahorro energético porque el sistema no podía abastecer a todo el país.
Además del tema energético, en su desayuno con la prensa, que duró cerca de una hora y media, Rousseff habló ayer de varios otros temas, en especial de economía, y pronosticó un crecimiento para el año próximo.
"Brasil en 2013 va a crecer. Nosotros estamos abriendo el camino a las oportunidades con un salario mínimo de 678 reales (339 dólares), con la reducción de impuestos, con infraestructura", enumeró. También desmintió que piense en reemplazar al ministro de Hacienda, Guido Mantega, muy criticado por haber afirmado que este año el país crecería cerca de un 4% y finalmente cerrará con una expansión del 1% del PBI.
Ante las preguntas de los periodistas, Dilma se negó a hablar de su posible reelección en 2014. Y prometió que mientras continúe en el Planalto seguirá trabajando "con el mismo empeño" con que lo hace desde que llegó al poder en enero de 2011.
[Fuente: Clarín, Afp y Dpa, Bs As, 28dic12]
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