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Hoy, como ayer, Persistiendo por la vida.
Redes de Inteligencia y Exterminio en Barrancabermeja, COLOMBIA 1999.
A los barranqueños hacedores de vida que a través del tiempo construyen con su trabajo los caminos de paz y justicia en este pueblo ribereño y en las aguas del gran río Yuma(1). A las víctimas que han aportado sus sueños, sus esperanzas, sus esfuerzos y sus vidas a la utopía de poder vivir con justicia y dignidad.
Indice
Manifestaciones de la violencia y el conflicto armado
Esfuerzos por la paz y la convivencia.
Propuestas desde la sociedad y el Estado
Introducción." ¿ Cómo rescatamos la memoria de nuestros mártires? Empecemos a llenar la respuesta de contenido: hay que levantarles efigies, hacerles pinturas, reproducirlos en retratos, convertirlos en poemas y en canciones; pero lo fundamental es que cada monumento, cada cuadro, cada palabra, tengan raíces en nuestro espíritu, en nuestra conciencia, en nuestra sangre." (2)
El presente texto se publica dentro del marco de los cincuenta años de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, momento que paradójicamente nos pone de presente el camino que aún debemos recorrer en la búsqueda de su aplicación en países como Colombia, donde el ejercicio arbitrario del Poder no se compadece con sus postulados éticos y humanitarios para la convivencia pacífica.
"El ejercicio criminal del poder supremo del Estado, sin estar sometido a control alguno, mediante un sistema organizado y alentado desde sus estructuras para ef logro de sus fines, es lo que se ha dado en llamar "Terrorismo de Estado". Esto es precisamente lo que ha existido en Colombia en .las últimas décadas: eliminación sistemática de los opositores, criminalización de amplios sectores de la población, práctica masiya del asesinato político y de la desaparición, generalización de la tortura, poderes exorbitantes de los cuerpos de seguridad, legislación de excepción, etc.
"En más de una década el objetivo ha sido conseguido: El terror se ha instaurado. Disentir puede significar tener que abandonar la región, luchar por reivindicaciones puede conducir a ta tortura, protestar puede acarrear la muerte, y militar en la oposición Ileva posiblemente a la desaparición. Nadie está a salvo, ni siquiera el juez que intenta develar el crimen. El terror se instala en cada espacio, invade toda la sociedad y reina imponiendo el silencio corno la única regla de convivencia humana."(3)
Desde tiempos de la conquista los habitantes de las riberas del río Magdalena, quienes hoy se identifican como el resultado de una mezcla de culturas amerindias, europeas y mestizas, han inventado sus prácticas de vida para contrarrestar la represión que históricamente ha soportado la región. En algunas ocasiones la naturaleza les ha mostrado el camino; en otras, las necesidades les han conducido a la búsqueda y construcción de caminos presentes y futuros. Los habitantes del Magdalena medio se pueden identificar como sus propios constructores de espacios y derechos a través de la lucha.
El informe que presentamos a continuación en el resultado del seguimiento a los hechos y circunstancias que constituyen crímenes de lesa humanidad, que sucedieron en el Magdalena Medio como consecuencia de la presencia de la Red No.07 de Inteligencia de la Armada Nacional, durante el año 1992. Los datos contenidos en este libro están soportados en las investigaciones adelantadas por la Procuraduría General de la Nación, la Justicia Penal Militar, los Jueces Regionales y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos; en las que obran las declaraciones de miembros de Ja Armada Nacional, de sicarios contratados por ésta, informes de inteligencia, fotografías, artículos de la prensa y testimonios.
Con esta obra buscamos la verdad al restituir la memoria a sus dimensiones históricas y culturales, con su sentido colectivo de incorporación de valores, de recuerdos edificantes o ejemplares del pasado, necesarios para vivir el presente. Por ello identificamos a las víctimas de las violaciones, recuperamos su valor, su dignidad y sus luchas para explicar el cómo y el porqué de los crímenes cometidos y los responsables, para abrir un debate social sincero sobre lo acontecido. Este episodio de la realidad es la muestra de que en Colombia el Estado ejecuta a sus conciudadanos y crea horribles formas de frenar el desarrollo colectivo de sus habitantes. Estas acciones no son producto del azar pues se desprenden de una tenebrosa planificación destinada a la represión, denominada "guerra sucia".
El principio del fin de la legalidad y del Estado de Derecho en Colombia se dio cuando se calificaron las expresiones de protesta social, organización sindical, defensa de los derechos humanos, prensa libre y en fin, resistencia popular no armada, como "bandolerismo", "rebelión", y últimamente "terrorismo".
Estas categorías van siendo moldeadas en las normas penales y en las tendencias interpretativas de los funcionarios judiciales. Son el reflejo de la ineficiencia del Estado en el reto que supone mantener el poder sin abusar de su ejercicio y procurar un bienestar material para todos.
La estrategia del Estado ante estos levantamientos es suprimir físicamente al opositor. Ante una comunidad organizada y con lideres cada vez más cualificados, corresponde la simple tarea de eliminarlos, desestabilizar las ciudades y regiones que muestren mayor movilización de sus comunidades, ejercer el terror con listas de amenazados, desplazamientos forzosos, masacres y desapariciones colectivas.
Los allanamientos, detenciones arbitrarias, enjuiciamiento penal contra sindicalistas y demás maniobras que en principio son explicadas como una necesidad para "mantener el orden público"; están en realidad dirigidas a golpear sistemáticamente las formas organizativas de resistencia popular, como ha sucedido continuamente en esta región durante las últimas tres décadas, con la estigmatización y persecución de las que han sido víctimas los trabajadores petroleros y las organizaciones comunitarias.
Sin embargo, el ejercicio criminal del poder del Estado colombiano ha sido una idea que se ha venido madurando con los tiempos. Desde la época en que se formaron los primeros sindicatos, pasando por la violencia política contra el pueblo en la mitad de este siglo, cuando "chulavitas" y "pájaros" mataban opositores políticos, ya se gestaba una concepción de contrainsurgencia. La consigna es: no importa que esté dentro o fuera del Estado, como agente de la fuerza pública o como sicario, lo realmente importante es que sea eficaz para controlar al "enemigo interno".
Por medio de este documento se demuestra cómo el dolor y la desesperanza pretenden empañar la fuerza vital de los habitantes de Barrancabermeja y el Magdalena Medio. Sin embargo, podremos comprender a través de estas páginas que el proceso no se detiene, que es fácil sentir la resistencia y esperanza de este pueblo. Pero, por otra parte, el lector se encontrará con la perversa mentalidad de quienes desean negarles su presencia viva y activa.
En el primer capitulo se da una rápida mirada sobre algunos aspectos históricos, geográficos, políticos y sociales del Magdalena Medio, al igual que se examina la violencia como una constante en la región, reseñándose los procesos de organización social que han estado encaminados a enfrentar la exclusión política, económica y social, para alcanzar la paz.
En el capítulo segundo se describe la Red de Inteligencia de la Armada Nacional y se relata la creación de las redes, su estructura organizativa, jerárquica; área de operaciones y la forma en que promovieron el surgimiento de grupos sicariales compuestos por civiles bajo su dirección. También se reseñan los actos de guerra sucia adelantados contra Saulo Segura, que dan lugar a su delación y al esclarecimiento de estos crímenes. Un hilo común de las redes de inteligencia en su papel de fuentes de sicarios para la fuerza pública, descubrirá el lector al reconocer tanto sus fuentes de financiación, como sus integrantes.
En el capitulo tercero el lector encontrará cómo cada uno de los asesinatos perpetrados por los sicarios de la Red, apuntaba a un blanco concreto previamente investigado por los organismos de inteligencia y en la mayoría de las veces destinado a acallar las voces de protesta y la capacidad de organización de la comunidad. Estos casos evidencian la participación de agentes del Estado colombiano, en especial de aquellos que pertenecían a la Red 07 de inteligencia de la Armada Nacional con sede en Barrancabermeja, de la Dirección de Inteligencia de la Armada Nacional con sede en Santafé de Bogotá, miembros del Ejército Nacional acantonados en el Batallón Nueva Granada, así como diversos civiles que no pertenecían orgánicamente a ninguna de las estructuras de la fuerza pública pero que trabajaron ejecutando sus órdenes.
Los crímenes fueron dirigidos a desestabilizar la región, las organizaciones sindicales, la actividad política, la defensa de los derechos humanos y la actividad periodística. Por esta razón se discriminan en el informe cada una de las masacres en acápites sucesivos, acordes con las causas del crimen.
En el capitulo cuarto se muestra el carácter criminal con que los autores intelectuales asumieron el papel destinado a limpiar los pasos de las acciones asesinas. Se devela la estructura jerárquica de la Red 07 de Inteligencia y sus sicarios, el área de operaciones y la forma de vinculación con los grupos paramilitares. Aparece aquí la acción criminal contra Saulo Segura, que da lugar a la delación y el esclarecimiento de estos crímenes.
A medida que se describen los hechos y aparecen las pruebas legales, el lector conocerá cómo las redes de inteligencia, utilizadas como fuente de sicarios para la fuerza pública, tienen en común tanto los orígenes de su financiación, como sus integrantes.
Las "cuentas de gastos reservados", manejadas a libre arbitrio del Jefe de la Red y que permitieron una disponibilidad de recursos sin control para estos crímenes, son reveladas por las investigaciones oficiales. Además, la investigación
establece el método empleado por los autores intelectuales para vincular personal civil, verbalmente, a la manera de la contratación temporal; lo que permite a los jefes de área ya los responsables de la inteligencia disculpar gastos con la sola mención de un seudónimo o una firma ilegible en los recibos, sin que haya una estabilidad en la nómina de los informantes, de modo que puede contratarse para cualquier operativo a una persona a quien es imposible identificar. Este es uno más de los artificios de la impunidad para los sicarios y ante todo, para quienes le contratan, señalan el blanco a ejecutar y les pagan con dineros de los contribuyentes. La coartada es vender información, la realidad es que venden la muerte.
Las redes de inteligencia son una forma de implementar el sicariato al servicio de los intereses de las Fuerzas Militares, permitiendo llevar a cabo el "trabajo sucio" mientras que los autores intelectuales quedan amparados por el fuero militar y legitimados por la Justicia Penal Militar, ya que estas organizaciones no tienen un control de sus actividades por parte de la Procuraduría o de la Defensoría del Pueblo y, por el contrario, cuentan con el aval que les brinda la prevalencia de una política de terror estatal. La compartimentación de la Red 07 de Inteligencia, la clandestinización de sus miembros, la contratación de sicarios encubiertos bajo seudónimos, el uso de seudónimos por parte de miembros activos de las fuerzas armadas, el montaje de empresas fachada para la organización de los planes asesinos, etc., hacen parte del arsenal de tretas que usa el Estado colombiano en la implementación de la guerra sucia.
Por último, el capítulo quinto relativo a la impunidad -entendida como la ausencia de castigo para quien ha planeado un crimen y por tanto es el principal responsable del hecho, como una abierta negación del derecho a la justicia ya la verdad- nos muestra la dificultad que enfrentan los familiares de las víctimas para encontrar a los responsables y obtener la reparación integral por estos hechos sangrientos.
Los procesos adelantados en las diferentes instancias de control judicial y disciplinario, enseñan cómo se impone la mentira y la absolución de los militares implicados en la Justicia Penal Militar, que se evidencia ella misma como el mecanismo más importante en la máquina de la impunidad, máxime cuando se condena por la Justicia Civil a los sicarios pagados por los primeros y bajo sus directas ordenes, mientras que a los militares contra quienes los mismos procesos evidencian pruebas irrefutables de su autoría intelectual y modus operandi, se les exonera de los cargos probados y se les amonesta con una ridícula "reprensión severa", dejando desprotegidos a los ciudadanos frente al crimen, legitimando conductas que destruyen de raíz la convivencia civilizada, informando así a la sociedad que no hay campo para la resolución democrática de los conflictos ni para el ejercicio pleno de los derechos humanos en Colombia.
Con la impunidad se pretende deformar la conciencia que de su propia historia tienen los pueblos, se quiere reemplazar a la verdad con la amnesia sembrada con el terror; por ello, con esta obra se busca abrir un espacio a la verdad, a la justicia ya la reparación integral, aspiraciones irrenunciables de las víctimas.
Capítulo 1. Magdalena MedioGuardamos la fe de llegar algún día a precisar el olor de la región, su color de piel, su quehacer cotidiano, para que a través de una visión antropológica, reconozcamos en la historia nuestras luchas, los avances y retrocesos, las experiencias que nos permitan avanzar, así como no olvidar los crímenes que pretendieran acallar las voces de sus habitantes con el propósito de no permitir que se repitan; para que sea posible construir un espacio de identidad en donde nos encontremos con todas nuestras diferencias.
La región que se conoce como el Magdalena Medio se encuentra ubicada en el centro de Colombia, entre las cordilleras Oriental y Central y según estimativas oficiales cubre 386 kilómetros del curso medio del río Magdalena. Está conformada por varios municipios de los departamentos de Antioquia, Caldas, Cundinamarca, Bolívar, Boyacá, Santander, Norte de Santander, Cesar y Magdalena
Tiene alrededor de 900 mil habitantes y una extensión territorial aproximada de 60 mil kilómetros cuadrados. Su localización permite el acceso por diversos medios de comunicación por tierra, agua y aire y desde cualquier parte del país. Está conformada por cerca de treinta municipios, pero sus ejes económicos, políticos y sociales se concentran en Puerto Berrío, Antioquia; La Dorada, Caldas; Puerto Boyacá, Boyacá; y Barrancabermeja, Santander.
Su ubicación geográfica en el corazón de Colombia la hace pieza fundamental y necesaria en las actividades económicas y políticas de importantes capitales de departamento como Bucaramanga, Barranquilla, Medellín, Tunja y Bogotá. La industria, el comercio y el turismo utilizan las vías terrestres (Troncal del Magdalena Medio, carretera a la costa Atlántica), también las férreas (con limitado uso), aéreas y fluviales (navegación de poco calado por el río Magdalena).
Sus grandes riquezas naturales la convierten en una de las zonas privilegiadas del país, lo cual ha generado diversos intereses económicos y conflictos sociales.
En el Magdalena Medio además de la explotación y refinación de hidrocarburos se vive de la comercialización de la pesca, la ganadería, carne y lácteos, la agricultura (cultivos de yuca, plátano, maíz, cacao y frutas), la agroindustria de la palma africana, cementos y carburos, la arena sílice y recientemente se han descubierto yacimientos de carbón, gas, oro y esmeraldas.
El Magdalena Medio apunta dentro de los planes de desarrollo económico y social del país a ser pieza fundamental para el siglo XXI. La ampliación de la infraestructura vial y otros medios de comunicación, aunados al potencial de sus recursos naturales, permitirá en el futuro fortalecer el intercambio y desarrollo industrial y comercial nacional e internacional.
La ciudad de Barrancabermeja en el Departamento de Santander, se destaca como la capital natural de la región por ser el mayor centro de servicios y consumo en todo el Magdalena Medio y su influencia es considerable en la zona como punto de desarrollo económico y social.
La Región de Magdalena Medio
Ubicación en Colombia
Departamentos y Municipios que la Componen
El Magdalena Medio es una de esas regiones cuya reciente definición ha sido el resultado de varios procesos que a través de la historia la han configurado como espacio de conflictos sociales y políticos, de diversas expresiones culturales que la caracterizan como una región pluriétnica.
Localizada en pleno centro de la geografía nacional comienza a ser pensada como región a partir de 1950. En estos años se suceden transformaciones significativas motivadas por la violencia desatada en los campos desde 1946 hasta 1964.
Tal situación política determinó su intenso y generalizado poblamiento en los últimos cuarenta años, por parte de gentes provenientes de la Costa Atlántica, el viejo Caldas, los santanderes y el Tolima, entre otras zonas. La colonización fue un proceso social que permitió la apertura de esta región de frontera interior a par1ir de la tala de la selva y la organización de economías campesinas con una agricultura de subsistencia y en algunos casos para el mercado local. Desde entonces las disputas entre campesinos y terratenientes en torno a la propiedad de la tierra han sido el eje de conflictos y tensiones.
En la década de los sesenta no sólo el conflicto agrario caracterizará a la región, también tienen presencia las luchas obreras del petróleo en Barrancabermeja organizadas por la Unión Sindical Obrera -USO- y por otra parte, los movimientos insurgentes(4) de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia Ejército del Pueblo -FARC-EP, el E.P.L. y el Ejército de Liberación Nacional-ELN.
Esta confluencia de situaciones hacen decidir la intervención del Estado. Aunque la represión oficial se ha manifestado cruelmente contra esta región durante las últimas tres veces, sólo a partir de la década de los ochenta se ha elevado a una mayor sistematización, incluyendo la delimitación geográfica del área de operaciones que da origen al nombre que recibe hoy la región. En este sentido el ejército se reúne en la Base Militar de Palanquer(5) para diseñar estrategias de control. Es en esta coyuntura cuando aparece institucionalmente el nombre de "Región del Magdalena Medio". Dicha denominación de origen militar se generaliza y desde entonces se le asocia con hechos de violencia y conflicto.
Estas realidades se han generado como consecuencia de la marginalidad social, el aislamiento, despojo, pobreza, exclusión y desatención de los centros de poder y decisión. Una mirada a la historia del poblamiento del Magdalena Medio permite apreciar su configuración como una sociedad de resistencia. Pobladores rebeldes primero, movilizaciones sociales y movimientos políticos después.
La primera mitad del siglo XX atraerá hacia el Magdalena Medio a nuevos pobladores y con ellos surgirán nuevas formas de presión y resistencia social.
Con la construcción de los ferrocarriles y sus terminales portuarios a lo largo del río se dinamiza la navegación fluvial y se activa e! comercio de las exportaciones agrícolas y de las importaciones necesarias al incipiente, desarrollo industrial del país. También se instalan los enclaves petroleros producto de la inversión de capital extranjero. La ciudad de Barrancabermeja será desde entonces la sede más representativa de la explotación y refinación de hidrocarburos, ocasionando amplias migraciones de gente de diversas partes del país atraídos por las posibilidades laborales que conforman un amplio sector obrero.
Una clase trabajadora compuesta por obreros ferroviarios, braceros y proletariado petrolero habitan en puertos comerciales y campamentos mineros. La difusión de las ideas socialistas influye a favor de su organización sindical; desde ellas y por el mecanismo de la huelga presionarán ante los empresarios y el Estado por mejores condiciones de vida. Sus luchas sociales lograron ser significativas en el ámbito regional y nacional por cuanto las reivindicaciones alcanzadas generaron su reconocimiento y protagonismo en el concierto de las movilizaciones obreras del país en el período entre 1920 y 1950.
En la década del sesenta en pueblos como San Vicente de Chucurí y Simacota nace un grupo insurgente que cuestiona la política del Estado acude a las armas como método de lucha. Es el movimiento guerrillero del Ejército de Liberación Nacional -ELN.
El grupo insurgente de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia FARC, también hace presencia en la región para esta época en áreas de poblaciones del sur de la región como Puerto Berrío, Antioquia y Cimitarra. En 1980 se desplazarán hacia el norte, en acción conjunta con el ELN y con la presencia del Ejército Popular de liberación -EPL, actuarán como Coordinadora Nacional Guerrillera.
Los campesinos colonos se movilizarán como sector social a través de las Juntas de Acción Comunal y de la Asociación Nacional de Usuarios Campesinos -ANUC, desde la cual lucharán por el derecho a la tierra. La organización sindical de los trabajadores petroleros y la agroindustria no cesará en la lucha reivindicativa de sus intereses ante los empresarios.
Campesinos y obreros han reclamado su derecho a la ciudadanía y ejercicio de la política en movimientos y partidos diferentes a los tradicionales. Sin embargo, las acciones represivas y el para militarismo desmovilizan la capacidad de organización social y política de la población civil que se resiste a la falta de garantías para el libre ejercicio ciudadano.
Se hace necesaria una claridad histórica sobre autodefensas y para militarismo, para lo cual citamos este párrafo de las memorias del Taller de Trabajo Iniciativas de la Sociedad Civil para la Negociación del Conflicto Armado:
"Las formas de autodefensa para oponerse a la vacuna, al secuestro de la guerrilla y los grupos propiamente paramilitares, surgieron en su mayoría, por iniciativa o con el apoyo de las fuerzas armadas y directamente vinculados a los ejes de contrainsurgencia. Estos grupos son diferentes a las bandas armadas al servicio de los narcotraficantes." (6)
A través de la historia colombiana los grupos paramilitares han surgido con el reconocimiento legal por parte del Estado. El Decreto de estado de sitio 3398 de 1965 convertido en norma permanente por medio de la Ley 48 de 1968, autorizaba en su artículo 25 al Ejercito a formar grupos de autodefensa para contribuir "al establecimiento de la normalidad" y se permitió distribuir a los particulares armas privativas de las fuerzas militares.
Retomando el hilo del proceso histórico de la región del Magdalena Medio vemos como la concertación política y la atención de necesidades vitales de la población educación, salud, vivienda, carreteras, asistencia agrícola, créditos- no han sido objetivos realizables en los programas de acción estatal. La presencia del Estado se torna precaria.
Manifestaciones de la Violencia y el Conflicto Armado
La violencia en la región ha sido estimulada por los períodos históricos de los conflictos en Colombia, que originaron procesos de colonización de territorios inexplorados. La ausencia real del Estado para procurar el beneficio social de la mayoría de los habitantes de Barrancabermeja y su área de influencia en el Magdalena Medio, ha sido una constante generadora de conflictos.
Conflictos que subsisten y se alimentan de las soluciones represivas asumidas por el Estado ante los reclamos de la población. Este es hoy, quizá el mayor factor de violencia en la región. Allí operan algunos de los batallones adscritos a la II División del Ejército y tienen su radio de acción frentes guerrilleros de las FARC, el EPL y el ELN.
Durante el proceso de paz de la administración de Belisario Betancur, a mediados de la década de los ochenta, los habitantes de Barrancabermeja fueron testigos de la desmovilización de líderes de la guerrilla y su incorporación a la vida civil.
Como consecuencia de la conformación durante este proceso de paz, del movimiento político Unión Patriótica se da inició a lo que se ha denominado "La Guerra Sucia" contra los sectores populares y demócratas, que para los ideólogos de extrema derecha son equiparados como "auxiliares de la guerrilla".
Dos de las máximas expresiones de la guerra sucia entran en escena: el para militarismo y el sicariato. Como consecuencia se presentan asesinatos selectivos de dirigentes gremiales, cívicos, sociales, populares, educativos, campesinos y comunales.
Importantes líderes regionales del Magdalena Medio caen víctimas de las balas de sicarios en las principales calles de Barrancabermeja. Personajes como Leonardo Posada, Orlando Higuita, Álvaro Bustos, Manuel Gustavo Chacón, Hamet Consuegra, Sandra Rondón Pinto, testigo del atentado al líder comunista Cesar Martínez, Humberto Hernández, Julio Cesar Berrío, Ligia Patricia Cortes, Ismael Jaimes, Blanca Valero de Durán, Parmenio Ruiz, René Tavera, David Nuñez Cala, el ex alcalde liberal Rafael Fernández Fernández y el dirigente ganadero Alipio Ortíz, entre otros.
Además, en la primera arremetida paramilitar fueron asesinadas cientos de humildes campesinos, dirigentes cívicos, sindicales y populares en la región.
Asesinatos indiscriminados que en ese momento parecían no tener destinatarios fijos o determinados.
Los mapas que a continuación se reproducen, nos muestran el grado de desarrollo del conflicto y los actores que en él se desenvuelven.
En las décadas ochenta y noventa los operativos contrainsurgentes se incrementan y con estos la violación de los derechos humanos de la población vil: torturas, ejecuciones extrajudiciales, allanamientos sin orden judicial, detenciones arbitrarias, montaje de pruebas, desplazamientos silenciosos éxodos masivos y masacres como las de La Rochela, La Llana Caliente en San Vicente e Chucuri, La Tata en Cimitarra y Pozo Azul en San Pablo.
Según las delaciones de dos suboficiales que la integraron, entre 1991 y 1993 )era en Barrancabermeja la Red de Inteligencia No.07 de la Armada Nacional, institución a la que se acusa de ser la causante del homicidio por lo menos sesenta y ocho personas en las masacres de "El Tropezón", "9 de Abril", "El erro", "Billares Versalles", "La Rampla", "El Cincuentenario", "La Shanon", "El número de Mayo" y otras asesinadas selectivamente. Estos son los hechos sobre los cuales trata este documento.
Con la puesta en marcha de la justicia sin rostro se incrementan las detenciones arbitrarias contra los sectores y dirigentes populares, en lo que se ha denominado criminalización de la protesta popular. Se encuentran tras las rejas bajo el señalamiento de testigos sin rostro, muchas personas inocentes, campesinos de región considerados potenciales subversivos, habitantes de barrios populares 1 el sur y nororiente de Barrancabermeja, que para las fuerzas militares son zonas de apoyo y base social de la insurgencia.
En noviembre de 1996 el Ministro de Defensa Fernando Botero, anunció la creación de Cooperativas Rurales de Seguridad -CONVIVIR, un mecanismo que dotaba de legitimidad a los grupos particulares armados bajo la dirección y asesoría de la fuerza pública. Tal política del Estado aviva la violencia en la región.
Las infracciones al Derecho Internacional Humanitario se dan por parte de los actores del conflicto. Se presentan enfrentamientos en el perímetro urbano. Los cascos urbanos son invisibles socialmente por el trabajo de los agentes de inteligencia que no permiten el libre y natural ejercicio del pensamiento y la palabra.
Las CONVIVIR y los Paramilitares en Colombia
Cantidad de CONVIVIR por Departamento
y ubicación de los denomidados paramilitares
Desplazamiento Forzado en Colombia
Regiones Generadoras y Receptoras
Región de Magdalena Medio
Presencia de Grupos Denominados Paramilitares y Desarrollo de sus Ejes de influencia
Esfuerzos por la Paz y la Convivencia
Durante el proceso de paz de Belisario Betancur a mediados de la década de los ochenta se creó el movimiento político Unión Patriótica, que logró importantes espacios en la vida pública regional y nacional.
En la administración de Virgilio Barco Vargas se desmoviliza el M-19, que también logra importantes espacios en la vida pública regional y nacional. Durante el gobierno de Cesar Gaviria se desmoviliza una fracción del EPL, conocida hoy como "Movimiento Político Esperanza, Paz y Libertad", y un sector del ELN, conocido como Corriente de Renovación Socialista. Estos últimos logran importantes espacios en el ámbito nacional, más no así a escala regional, sin embargo, tienen representación política.
Procesos Generados. En 1972 se conforma el Comité Privado de Desarrollo, que concreta esfuerzos de la clase dirigente de Barrancabermeja, directivos de Ecopetrol y autoridades locales, para buscar soluciones a la situación de abandono de la región ya sus múltiples necesidades, por medio del diálogo con los entes de poder departamental y nacional.
También en 1972 nace la Organización Femenina Popular -O. F.P. en una parroquia del sector nororiental de Barrancabermeja. La O.F.P. aparece en un momento histórico en el que 'a mujer popular se hace consciente de la injusticia social y de la falta de equidad en las relaciones entre hombres y mujeres. Así, como una respuesta a estas condiciones y con el objeto de construir comunitariamente alternativas que permitan a la mujer recuperar su dignidad, igualdad y justicia como mujer y como parte del pueblo en general. Durante estos veintisiete años la O.F.P. ha adelantado estrategias de capacitación, formación, organización y movilización.
En 1975 se conforma el Movimiento Cívico, Obrero y Campesino, que reúne esfuerzos de las organizaciones populares y del pueblo de Barrancabermeja, para movilizarse y protestar ante el Estado por la deficiencia en la prestación de los servicios públicos (acueducto, alcantarillado, teléfonos, iluminación y pavimentación), las fallas del sistema educativo, la situación del Hospital municipal, las carreteras a Bucaramanga y Puerto Wilches y la represión contra los campesinos.
En 1980 se conforma la Coordinadora de Solidaridad, en donde participan los sectores populares y predomina el carácter sindical. Por medio de esta Coordinadora, se acompañan y apuntalan las luchas populares contra el Estatuto de Seguridad, el alto costo de la vida y también se expresa solidaridad con los presos políticos y los pueblos de El Salvador y Nicaragua.
En 1981 se conforma la Coordinadora del Sector Nor-oriental; se trata de un proceso organizativo de los barrios populares del sector de Barrancabermeja, para movilizarse y exigir respuestas a las múltiples necesidades sociales de servicios públicos, transporte y protección ambiental. Así mismo, se prepara la participación en el Paro Cívico Nacional de 1981.
En 1982 se conforma la Coordinadora Popular, espacio que pretende ser representante estable de los intereses y necesidades de la ciudad de Barrancabermeja y su zona de influencia, a través de la vocería de las organizaciones populares. Surge en la coyuntura de la realización de un nuevo paro cívico nacional, con la participación de los comités de los barrios, los sindicatos, la organización campesina, los partidos y movimientos políticos y organizaciones populares.
En 1984 se crea la Comisión de Veeduría, para vigilar la situación de seguridad campesina, como consecuencia de los acuerdos con el Procurador General de la Nación y el Comisionado para la Paz en el Magdalena Medio, ante la marcha campesina a Barrancabermeja en octubre de 1982 y ante el éxodo hacía esta misma ciudad, de 700 campesinos de varios municipios de la región, en busca de seguridad y protección para sus vidas.
En ese mismo año, se conforma la Coordinadora Campesina del Magdalena Medio, que aglutina a los campesinos del sur de Bolívar, con el propósito de llevar a cabo movilizaciones de protesta y demandas ante el Estado.
En 1987 se crea el Comité Regional para la Defensa de los Derechos Humanos CREDHOS, impulsado y promovido desde la Coordinadora Popular, a partir de las iniciativas presentadas por el abogado Jorge Gómez Lizarazo, quien fue su primer presidente: CREDHOS obtiene la Personería Jurídica en julio de 1988 y en la actualidad está constituido como una corporación. Debemos recordar que en el primer semestre de 1982 se conforma un comité de derechos humanos que no prosperó por la carencia de participación de todos los sectores sociales.
En 1987 aparece la Asociación de Trabajadores Campesinos del Carare, que se convierte en el primer esfuerzo concreto de una población victimizada por distensionar una zona específica para que sirva de espacio de reencuentro, trabajo y reconciliación. Este proyecto de la ATCC, ha sido puesto en peligro con el asesinato de sus máximos dirigentes en 1990 y hoy apenas se mantiene debido a las presiones violentas de sectores que están interesados en acabarlo.
En 1988 nace el Frente Común por la Vida, la Paz y la Democracia, integrado por representantes de los gremios, la administración y el Consejo Municipal, las instituciones, las organizaciones populares y la Iglesia. El Frente Común surge para tratar de generar soluciones políticas para la paz, se intenta recuperar la tolerancia, la solidaridad y la convivencia ante la grave situación de violencia que la región y en particular la ciudad de Barrancabermeja, que en esos momentos se encontraba enlutada por múltiples y permanentes asesinatos, amenazas de muerte, atentados contra dirigentes y testigos ocasionales de hechos; es decir, lo que luego se reconocería como la guerra sucia.
En 1991 se conforma el Comité Cívico de Convivencia Ciudadana, 1ntegrado por representantes de la administración municipal, los gremios, los partidos políticos y el Ministerio Público. El Comité Cívico de Convivencia surge como una propuesta para responder a los requerimientos de la población frente a la crisis social ya la situación de violencia que vivían Barrancabermeja y su zona de influencia. Su acción se desarrolla alrededor de las propuestas de diálogo regional y participación ciudadana por la paz, la emergencia social para el desarrollo y la protección ciudadana a través de la creación y fortalecimiento de los organismos gubernamentales de justicia, de derechos humanos y de investigación.
En 1992 sesionó el Comité Nacional Antisicarial, para tratar de frenar los múltiples homicidios y mas acres que se presentaron en ese año en Barrancabermeja; muchos de los cuales son objeto de estudio en esta publicación. Fue este período el mismo durante el cual operó la Red 07 de Inteligencia de la Armada Nacional.
En 1993 se logra la creación del Consejo de Desarrollo Socio - Económico CODES, como respuesta de la administración municipal a la presión de las organizaciones populares por generar un espacio de participación, decisión y acción ante la situación social y política de la ciudad. Al interior del CODES los actores sociales son divididos en siete comisiones de trabajo: orden público; los actores sociales son divididos en siete comisiones de trabajo: orden público, derechos humanos y paz; educación, cultura, recreación, deporte y turismo; salud, seguridad social y protección al empleo; medio ambiente y desarrollo industrial; desarrollo agropecuario; e infraestructura urbana, servicios públicos y vivienda.
La convocatoria para conformar estas comisiones se realiza con el propósito de construir y concertar los criterios y estrategias de desarrollo con el gobierno departamental y nacional, la elaboración e implementación del documento CONPES para la ciudad y su zona de influencia. Pero el documento ya estaba elaborado desde los centros de poder central y solo se pedían a estas comisiones sugerencias para cambiar algunas inversiones, de las cuales incluso muchas estaban ya hechas. De nuevo, la ausencia de un compromiso concreto y real del Estado y su expresión local, niega la participación de la sociedad civil con sus propias propuestas para recrear una realidad cotidiana que desborda el discurso oficial, concentrado en un país visto desde las oficinas, carente de legitimidad nacional.
En 1995 se reactiva la Coordinadora Popular de Barrancabermeja, con los mismos propósitos históricos de su creación, tratar de generar soluciones a la grave problemática social y política de la región, ya la crisis de violencia, desde los sectores populares.
El 29 de julio de 1995, se instala el Encuentro de Reconciliación Regional por Caminos de Paz, evento de participación abierta.
El Programa de Desarrollo y Paz Para el Magdalena Medio -PDPMM, nació en 1995 de una iniciativa que presentó la USO a las directivas de ECOPETROL para que los recursos que genera la explotación del petróleo fueran invertidos en desarrollo social y no en la guerra. Actualmente el PDPMM está en proceso de consolidación en el marco de su reconceptualización a escala geográfica, regional. de la situación de los derechos humanos y los niveles de desarrollo de la región. Hasta ahora no se puede medir el real impacto de este programa gubernamental.
En septiembre de 1.996, se organiza el Movimiento Regional por la Paz, retomando una propuesta de la USO en el Congreso Petrolero ya raíz de las marchas campesinas provenientes del Sur de Bolívar y el Valle del Río Cimitarra.
Propuestas desde la Sociedad y El Estado
Integración coyuntural de las diferentes fuerzas vivas de los sectores y población perjudicada por la situación.
Estructuración y organización de procesos y movimientos populares y cívicos que reivindican sus derechos sociales y ciudadanos, se solidarizan con las víctimas de la guerra y reclaman su derecho a la convivencia y la paz.
Participación y movilización de la población civil a partir de sus necesidades sociales y políticas presionando el diálogo y la concertación de compromisos con los diferentes actores causantes de la situación: gobierno, Fuerzas Armadas, paramilitares y guerrilla.
Acuerdos a partir de diálogos zonales con los actores del conflicto, que logran en comienzo pacificar la zona del Carare - Minero (A.T.C.C.), frenando los enfrentamientos armados y abusos contra la población civil.
Asambleas y reuniones de las diferentes fuerzas vivas civiles convocando unidad de la población y búsqueda de soluciones alternativas a la situación de violencia para que se recupere el ambiente de convivencia y tolerancia.
Realización de encuentros, foros, seminarios, marchas, plegarias, concentraciones populares, paros cívicos de rechazo a Ja violencia, en favor de la paz en la región del Magdalena Medio.
Realización de reuniones para intercambiar conceptos con la Consejería Presidencial para la Paz, consejos de seguridad y sesión del Comité Antisicarial en Barrancabermeja.
Las diferentes propuestas presentadas por la sociedad civil y los compromisos fundamentales que asume el gobierno central y departamental en concertación con los representantes de los habitantes de la región, no se concretan y se dilata su responsabilidad y acción en el cumplimiento de las medidas acordadas.
Se percibe falta de voluntad política de los centros de poder nacional estatal en la creación de condiciones favorables para la convivencia, el trabajo y la paz, desconociendo o pasando por encima de las iniciativas que permanentemente ha generado la población civil de la región.
Los efectos que se han sentido luego de la realización de los Consejos Departamentales de Seguridad y la Comisión Antisicarial son el incremento de la presencia y el pie de fuerza militar en la región; operativos militares, detenciones arbitrarias, asesinatos, torturas físicas y sicológicas a la población civil y desarmada, señalamientos y amenazas de muerte por móviles políticos; la implantación absoluta del fenómeno de la impunidad; el incumplimiento de las medidas y compromisos concertados con el gobierno y sus incipientes respuestas, fragmentarias de la realidad regional, por lo tanto carentes de legitimidad.
También permanece el accionar indiscriminado de los grupos de oposición armada, dificultando un clima propicio para la reconciliación.
El panorama no es claro para la paz de los colombianos y habitantes del Magdalena Medio. La presencia del Estado tiene que verse reflejada en lo que la sociedad civil denomina paz integral: soluciones concretas para generar empleo, seguridad social, una distribución equitativa de la riqueza, garantías para los movimientos políticos de izquierda y oposición, democratización de las Fuerzas Armadas, respeto a los derechos fundamentales de los ciudadanos y ante todo, una vida digna.
Un secreto a gritos para lograr la paz: permitir la mediación y participación de la sociedad civil con propuestas concretas desde la realidad nacional y regional. Un objetivo a corto plazo: lograr que los actores del conflicto respeten a la población civil, humanizar la guerra.
Notas:1. Nombre que los indígenas Yarigüíes daban al río Magdalena
2. Corporación Colectivo de Abogados " José Alvear Restrepo". "Impunidad y Memoria" Ensayo publicado en el libro "Memoria frente a los crímenes de Lesa Humanidad", pág. 198. Bogotá, 1998
3. O.c.t.t., Aaj, Fedefam, Pax Cristhi International, Comission of The Churches on Internatinal Affaires, Rechtvaardigheid en Dresde, Comission Justice et paix, Cncd, Broederlijk Denle, "EL TERRORISMO DE ESTADO EN COLOMBIA" Ediciones Ncos, Bruselas, 1992.
4. Algunos tienen origen en las guerrillas liberales de la década de los cincuenta, que devinieron en grupos de oposición armada de extrema izquierda
5. Ubicada en Puerto Salgar. Departamento de Cundinamarca.
6. Taller de trabajo Iniciativas de la Sociedad Civil para la Negociación del Conflicto Armado
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