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15ago12
Tras el caso Sigifredo, ¿cómo queda el Fiscal General?
La palabra renuncia empezó a gravitar en las redes sociales y en influyentes líderes de opinión tras la decisión de la Fiscalía de ordenar la libertar del exdiputado del Valle Sigifredo López. Es casi seguro que el Fiscal General, Eduardo Montealegre, no vaya a dar este paso, pero lo que sí es una certeza es que desde hoy debe emprender una labor titánica para volver a levantar su imagen.
La libertad de López no fue un hecho sorpresivo. Al contrario, cuando fue trasladado a Cali, en detención domiciliaria, se interpretó que esto iba a ocurrir y que era una forma de ir bajándole presión mediática a una decisión ya tomada. Lo realmente inesperado fue como Montealegre, uno de los más brillantes abogados penalistas del país y quien dispone de una nómina de 22 mil personas, hubiera terminado ordenando su captura en un abierto desafío al sentido común.
En la historia judicial del país, pocos acusados han recibido tanta solidaridad. Entre otras cosas por los vientos que corren en Colombia a favor de las víctimas y en donde todas las instituciones están, al menos teóricamente, volcadas en su defensa. Hasta el día de su captura López era una víctima más. Ahora tiene el récord de haber estado secuestrado por las Farc y luego entre rejas por el Estado.
López es el único sobreviviente de los 12 diputados del Valle plagiados por las FARC en una acción realizada por un comando guerrillero que, disfrazado con prendas del Ejército, irrumpió a sangre y fuego el 11 de abril del 2002 al edificio de la Asamblea Departamental del Valle, se llevó a los políticos, atravesó Cali y se internó en las montañas bajo la desesperada persecución de las autoridades que disparaban desde los helicópteros, como se vio casi en directo por televisión.
Preguntas necesarias
Como se preguntó semana.com el día de su detención, en caso de que López hubiera urdido el secuestro, ¿qué necesidad había tenido de haber ido ese día a la corporación a exponer su vida en el cruce de disparos? ¿No habría podido faltar a la sesión como lo hizo el entonces también asambleísta Juan Carlos Abadía, quien se salvó del plagio? Además, entre el momento del secuestro y el asesinato de los 11 diputados -18 de junio del 2007- López vivió un cautiverio, según las pocas pruebas de vida que las FARC entregaron a sus familiares, igual de inclemente y doloroso. Si él hubiera sido el autor, ¿no habría podido, por ejemplo, simular una fuga y no haber estado tanto tiempo? Desde el momento en que trascendió el asesinato colectivo y su liberación -5 de febrero del 2009- pasaron casi dos años. ¿Había necesidad de 'autosecuestrarse' tanto tiempo? ¿No habría podido 'irse' antes y ahorrarles tan tremendo dolor a su familia y amigos?
López está casado con Silvia Patricia Nieto y tiene dos hijos: Lucas Guillermo y Sergio Alejandro. Los colombianos fuimos testigos en vivo y en directo de la expresión en el rostro de él cuando volvió a ver a sus hijos ¿Entre todas las liberaciones que se han dado en el país ha habido una más emocionante, más conmovedora? ¿Alguien que sea padre puede planear una estrategia tan malévola que implique el alejamiento de los hijos? ¿Dejarlos cuando son casi niños para volver a verlos casi adultos? ¿Se hicieron en la Fiscalía estas preguntas antes de ordenar su detención?
Con esos testigos...
El Fiscal Montealegre reclama que "cuando se decretó la medida de aseguramiento existían cuatro testimonios en su contra, y en ese momento la Fiscalía no tenía motivos para dudar de su veracidad". ¿Quiénes eran estas personas a las que se les dio tanta credibilidad para tomar una decisión de semejante tamaño? Los exguerrilleros Édver Fajardo, alias 'Camilo'; María Eugenia Mina, alias 'Johanna'; César Salazar, y el vendedor Diego Antonio López. 'Camilo' dijo que el día del secuestro el exdiputado se había comunicado, a través de un teléfono satelital de la guerrilla, con el expresidente Andrés Pastrana y el general Ernesto Canal para pedir que se suspendiera la persecución de la Fuerza Pública. Con una sola llamada al exmandatario y al exoficial del ente investigador, como lo hicieron varios periodistas, hubiera bastado para demostrar que esto era mentira.
Según 'Johanna', que fue parte de la seguridad de los diputados secuestrados, ella presenció los privilegios que tenía López en cautiverio. Otra mentira según las transcripciones de los computadores a varias comandantes de las Farc -Jojoy, Cano- en los que se refieren con dureza a López. Salazar dijo que el exdiputado primero habló del secuestro con el ELN y luego con las Farc en una posible colaboración. En el momento del secuestro, los dos grupos guerrilleros estaban en abierta confrontación en el Valle. Y el cuarto testigo, el vendedor, el propio Montealegre dice ahora que su testimonio es "irrelevante".
Cuando se produjo la captura, con la excepción de un familiar, el resto de seres queridos de los once diputados asesinados se unieron para decirle respetuosamente al Fiscal que creían en la administración de justicia pero que con López estaban cometiendo una equivocación. Por si todo esto fuera poco, el detenido jefe de la columna Manuel Cepeda de las Farc Gustavo Arbeláez, alias 'Santiago', quien hizo parte de los secuestradores, le dijo a semana.com que López nunca participó en el plan. Versión que fue ratificada a la Justicia por Jorge Giraldo, el guerrillero que conducía el vehículo en el que fueron secuestrados los diputados y que también negó cualquier participación del exdiputado en el plan.
Montealegre argumentó que tenía una prueba más que debía ser cotejada. Un vídeo en donde se aprecia el rostro de una persona dando instrucciones sobre cómo asaltar la Asamblea. Semana.com en su momento llamó a media decena de cirujanos plásticos. Hubo unanimidad, a simple vista, de que esa no era la nariz del diputado. Luego el FBI descartó técnicamente también la que era considera prueba reina.
¿Por qué Montealegre puso todo su prestigio en este caso? Las respuestas solo las tiene él. Sin embargo, ya empezaron las inevitables comparaciones. La Fiscal Viviane Morales no le tembló el pulso para decretar valientes medidas contra influyentes personalidades con rango ministerial del gobierno Uribe -por los casos de las chuzadas y Agro Ingreso Seguro, entre otros- mientras su sucesor hasta ahora lo único que ha mostrado en público es un caso en el que la opinión general estaba a favor del acusado por las razones mencionadas. Y eso mina la credibilidad de un funcionario en el que la confianza vale su peso en oro. Solo él con lo que haga desde hoy puede recuperarla. Todo esto mientras se discute si fue electo para un año o un periodo de cuatro.
[Fuente: Revista Semana, Bogotá, 15ago12]
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