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14oct07
Las huellas que llevaron a la condena de Santofimio
Debieron pasar 18 años para que la justicia colombiana dictara sentencia para resolver uno de los crímenes que más conmoción ha causado en la larga historia de horror y sangre nacional: el magnicidio del candidato presidencial Luis Carlos Galán Sarmiento.
Aunque no se puede afirmar que ese capítulo, abierto la noche del viernes 18 de agosto de 1989, esté cerrado definitivamente con la condena a 24 años de prisión contra del ex senador Alberto Santofimio Botero, porque esta decisión será apelada la semana que inicia, lo cierto es que por fin, la justicia llegó.
En 93 páginas se condensa lo que podría denominarse como un ‘cara a cara’ entre John Jairo Velásquez Vásquez, alias ‘Popeye’ y el sexagenario Alberto Santofimio Botero, ambos cercanos al capo del cartel de Medellín, Pablo Escobar Gaviria; el primero, en calidad de lugarteniente; y el segundo, como su "asesor político".
Esos nexos fueron precisamente los que se encargó de probar el juez, para quien la cercanía entre Escobar y el dirigente tolimense fue mucho más que una mera casualidad. "Este juzgado... estima notoriamente incoherentes e inverosímiles las argumentaciones ... que se centran en tratar de hacer ver que su relación (de Santofimio) con Pablo Escobar fue infortunada y circunstancial".
Y es que la alianza Escobar-Santofimio tuvo inmersos objetivos con claros intereses personales. En el caso del capo, bloquear la extradición que impulsaba con tanto ahínco el caudillo liberal; en el del senador, alcanzar sus objetivos políticos cifrados en la presidencia de la República, a los que siempre se opuso Galán Sarmiento.
"Es claro que el tema de la extradición no fue el que movió al doctor Santofimio a la eliminación del doctor Galán Sarmiento, sino que utilizó este problema grande que tenían "Los Extraditables", de manera artera, para empujar principalmente al capo máximo Escobar en ese crimen", afirma la decisión.
De esta manera capos del narcotráfico como Escobar y Gonzalo Rodríguez Gacha, alias el ‘Mejicano’, verían cristalizados sus sueños de impunidad, mientras Santofimio, "asesor político del grupo", satisfacía "el rencor que tenía en su mente desde aquella expulsión del movimiento Nuevo Liberalismo, que de paso afectó su buena imagen ante la opinión nacional", reconoce la providencia.
"Las pruebas demuestran la existencia de una comunidad de intereses en múltiples aspectos" señala el funcionario judicial, y añade: "nos atrevemos a llamar una afinidad electiva, entre Pablo Escobar Gaviria y el doctor Alberto Santofimio Botero, dentro de lo que se asimilan algunos gustos y opiniones muy seguramente basado en el apoyo económico que aquél ofrecía a éste, a cambio de la opinión y asesoría política que la experiencia de éste le aseguraba en sus aspiraciones".
Cabos Sueltos
Pero Santofimio no fue el único responsable de la muerte del candidato presidencial. Según la decisión del juzgado especializado, es claro que el asesinato del dirigente liberal fue fraguado, no sólo por narcotraficantes y ejecutado por sicarios, sino que el hecho fue producto de un consenso de voluntades entre las que estuvieron las de políticos que no compartían los planteamientos galanistas.
Para el juez, Pablo Escobar no adoptó individualmente la decisión de ordenar la muerte de Luis Carlos Galán y agrega que esa macabra idea ni siquiera fue maquinada exclusivamente por Santofimio Botero.
"Las evidencias permiten advertir que el crimen lo ejecutaron integrantes del denominado grupo de extraditables en asocio con otras fuerzas armadas ilegales y aun con la participación de políticos que no querían que el caudillo liberal ocupara la primera magistratura", señala la sentencia al calificar el asesinato como un "homicidio con fines terroristas".
No obstante, fueron los conocimientos políticos de Santofimio, al considerar que la víctima sería seguro ganador a la presidencia de la República, los que irritaron al capo hasta el punto de lograr que el extraditable pusiera en funcionamiento, de una vez por todas, un grupo de sicarios a su servicio para acabar con la vida del candidato.
La conclusión del juez fue clara. "Los integrantes del cartel de Medellín, incluidos los ejecutores, sicarios entrenados y quienes tomaron la decisión, sumaron voluntades en forma libre, además compartida". Esta consideración fue la que permitió que se configurara la calidad de coautores, delito que hoy, además de la condena contra Santofimio, lo obliga al pago de más de dos mil millones de pesos y lo inhabilita por 10 años para ejercer cargos públicos.
Los oscuros intereses de esta alianza criminal se sellaron en la plaza principal de Soacha, a donde llegó Luis Carlos Galán Sarmiento para adelantar su campaña, ese 18 de agosto. Allí se concretó el plan de silenciar a quien cuestionaba duramente que la política estuviera al servicio de las mafias, crítica a la que fue convocada la sociedad para tomar conciencia.
Popeye: testigo clave
Considerado uno de los hombres de confianza del extinto Pablo Escobar Gaviria, John Jairo Velásquez Vásquez, más conocido con el alias de ‘Popeye’, es quien hoy tiene tras las rejas y a punto de purgar una condena a 24 años al dirigente del Tolima, Alberto Santofimio Botero.
A pesar de los múltiples testimonios recibidos, este hombre fue la columna vertebral para que el juez especializado, quien por más de un año llevó el caso del magnicidio de Galán, impartiera la reciente condena. No en vano, alias ‘Popeye’ es considerado por las autoridades como "uno de los camaradas de Pablo Escobar".
A lo largo del proceso se logró comprobar que él hacía parte de la organización ilegal dedicada al narcoterrorismo. Hoy, está recluido en una de las cárceles del país luego de confesar los crímenes que cometió mientras hizo parte del grupo criminal.
El nombre de John Jairo sonó duro en el caso Santofimio el 28 de abril de 2005, cuando bajo juramento lo sindicó de haber sido quien instigó a Escobar Gaviria para asesinar a Galán.
La cercanía entre ‘Popeye’ y Pablo fue corroborada por Luis Carlos Aguilar Gallego, alias "El Mugre", otro de los sicarios que estuvo a órdenes del jefe del cartel, al igual que por los extraditados jefes del cartel de Cali, Miguel y Gilberto Rodríguez Orejuela.
Estos y otros testimonios fueron para el juez prueba suficiente para dar plena credibilidad a lo dicho por quien fuera considerado el jefe de sicarios, quien por su posición privilegiada en el interior del cartel de Medellín, tuvo acceso a varias de las conversaciones que su patrón sostuvo con Alberto Santofimio, a quien llevó "en forma sigilosa a los lugares donde se guarecía el jefe máximo" de la organización.
‘Popeye’ pudo "escuchar conversaciones como la relacionada con la decisión de que se asesinara al doctor Luis Carlos Galán Sarmiento", añade la sentencia, por lo que "no cabe duda de la calidad del testigo en mención".
"Creemos que el señor John Jairo Velásquez Vásquez sí conoció y escuchó en forma directa de aquellos hechos que ha puesto en conocimiento y que han permitido residenciar en juicio criminal al señor Santofimio Botero y hay razones para creerle como lo apreciara el señor fiscal", dice la providencia.
El silencio que por tanto tiempo guardó el sicario fue excusado por el juez en el miedo que, sostuvo, "lo invadía", tal como lo afirmó el 29 de abril de 2005. Ese día "dijo que temía por su vida, dado el poder que para ese entonces no solo tenía el denominado grupo criminal al cual perteneció, sino por la calidad que ostentaba Santofimio Botero". Esto, se señala, "encuentra respaldo en el hecho indudable que la organización criminal ... no admitía actos desleales, como es la ley que imponen estructuras de esta calaña"
El jueves pasado, mientras los hijos de Luis Carlos Galán se pronunciaban sobre la condena, el abogado de Santofimio, Jorge Arenas Salazar, señalaba, entre otros, a los medios de comunicación como responsables en gran parte de la suerte de su cliente.
Las consideraciones del juez señalan todo lo contrario, porque tal y como se ve en la providencia, si algo pesó contra Santofimio fueron las evidencias recolectadas paso a paso, hasta demostrar el vínculo del dirigente político con los tenebrosos carteles del narcotráfico.
[Fuente: Informe de Colprensa, publicado en La Opinión, Cúcuta, Col, 14oct07]
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