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12sep07
Relato de como fueron encontrados los cadáveres de los 11 diputados del Valle.
La odisea.
Cambio revela detalles del diario que escribió álvaro Leyva sobre cómo y dónde fueron encontrados los cuerpos de los 11 ex diputados del Valle.
El Sábado 8 de septiembre a las 18:28 horas fue depositado en una bolsa blanca el último de los 11 cadáveres de los ex diputados del Valle que murieron en poder de las Farc. Así quedó consignado en un diario que escribió álvaro Leyva, integrante de la comisión especial encargada de tan dramática tarea.
Cambio tuvo acceso a la bitárora, cuya versión en inglés será entregada este viernes a la OEA en Washington, para que sea incorporada en el informe final que debe entregar la comisión internacional de forenses encargada de las autopsias.
Leyva hizo las anotaciones en un cuaderno Jean Book. En él se lee que las fosas fueron encontradas el jueves 8 de septiembre en un campamento abandonado que, según lo que observaron los siete miembros del Comité Internacional de la Cruz Roja y el propio Leyva, podía haber sido el lugar donde las Farc los tuvieron cautivos. Después de cuatro días de búsqueda, era la primera señ:al de que allí podían estar enterrados los cuerpos.
La búsqueda empezó el lunes 3 de septiembre. La comisión partió desde Bogotá en un helicóptero con la esperanza de regresar esa misma noche con los cuerpos. Poco antes, habían recibido llamadas de algunos familiares de los ex diputados que les suplicaban hacer lo que estuviera a su alcance para que terminara su angustia.
Los comisionados despegaron llenos de confianza en cumplir ese día con su misión. Pero cuando el helicóptero aterrizó en el sitio que indicaban las coordenadas que le entregaron al piloto, sintieron que las provisiones dispuestas para el viaje serían insuficientes. La selva inhóspita deparaba muchas dificultades.
Cuando empezaron a buscar el lugar donde supuestamente estaban enterrados los cadáveres, descubrieron que las coordenadas que tenían los miembros del CIRC no coincidían con las de Leyva. Estaban perdidos. "Nunca se nos señ:alaron las coordenadas exactas", se lee en el diario. Leyva dice que sólo sabían que debían llegar a un punto donde había un campamento "con hojas caídas debajo de unas tablas en las que están los cuerpos". Cristoph Wong, un oficial de campo, y un médico iniciaron la búsqueda pero no encontraron nada. La delegación terminó durmiendo en un cambuche que, según anotaciones en el diario, medía 4x5 metros. Ahí se acomodaron.
El martes en la mañ:ana continuaron la búsqueda. Caminaron y caminaron hasta que encontraron algo que les pareció un campamento. La humedad era del 90%, la temperatura llegaba a 30 grados, llovía, la tierra era un pantano... No había rastros de fosas. Nueva desilusión. Una noche más en la selva.
El miércoles volvieron a tomar el helicóptero, debían buscar otro sitio para aterrizar. "Este día sí va a ser", pensaron cuando avistaron los que les pareció otro campamento y allí aterrizaron. Los delegados del CICR cogieron por un camino, Leyva por otro. Terminaron andando en círculos, ni un rastro de fosas después de tres días de búsqueda infructuosa. Volvieron al cambuche que habían encontrado el lunes y allí pasaron su tercera noche.
Por fin.
El jueves amanecieron con el ánimo en el suelo, con apenas un hilo de esperanza. Decidieron buscar campesinos de la región para pedirles ayuda y como no encontraron a nadie en los alrededores, tomaron de nuevo el helicóptero y tras 25 minutos de vuelo avistaron gente, descendieron y allí lograron que 17 hombres los acompañ:aran y les sirvieran de guías. Volvieron al punto de partida y reiniciaron con ellos la búsqueda.
Al final de la mañ:ana encontraron un sendero que los condujo a lo que parecía otro campamento, un área de 25x25 metros. Allí descubrieron unas tablas encima de unas hojas de árbol grandes, que era la referencia que les habían dado. En un extremo del campamento vieron una zona que les llamó la atención, la tierra parecía un poco distinta, de color amarillento. La comisión delimitó el área con una cinta amarilla.
A eso de las 3:00 p.m. empezaron a explorar cuidadosamente el terreno. Una hora y 35 minutos después encontraron la primera fosa. Fue la primera señ:al alentadora, en medio de una situación trágica y difícil, de que allí podía haber más fosas, de que era posible que, por fin, encuentraran todos los cuerpos. Hicieron un croquis. Uno de los campesinos se echó la bendición. La tarde languidecía, había poca luz. Decidieron dejar la tarea de excavar para el día siguiente y regresaron al cambuche, muy lejos de allí.
En el camino oyeron en el radio de uno de los campesinos que el Gobierno había puesto un plazo para la recuperación de los cadáveres. Se miraron desconcertados y poco después, ya en el sitio donde iban pasar la noche, se comunicaron por un teléfono satelital con monseñ:or Augusto Castro, presidente de la Conferencia Episcopal, y le pidieron que se comunicara con las familias para avisarles sobre el hallazgo, que les dijera que había una esperanza.
A primera hora el viernes, salieron rumbo al lugar donde habían encontrado la fosa para empezar el trabajo de exhumación. Comisión y campesinos se turnaron las palas para excavar. A 70 centímetros de profundidad encontraron el primer cadáver en una bolsa negra, envuelto en una manta. Para sorpresa de los forenses aún conservaba tejido blando y tenía las manos casi intactas.
Un campesino se arrodilló, se echó la bendición y comenzó a rezar: "ánimas del purgatorio, quién las pudiera aliviar, que Dios las saque de penas y las lleve a descansar". Algunos de los comisionados extranjeros también pronunciaron una oración. Luego fue el silencio. "Había mucha tristeza y dolor en ese momento", recuerda Leyva.
Minutos después, pusieron el cuerpo en una bolsa blanca que marcaron con el número uno. La exhumación fue hecha según los estándares internacionales de la ONU, guiada por un delegado experto en la materia que los acompañ:aba. Tomaron las huellas dactilares e hicieron la carta dental. En el diario figura en detalle dónde y en qué estado fue hallado éste y cada de los otros 10 cuerpos.
A las 12:33 p.m. ya han sido exhumados cinco cadáveres. Cada uno llevaba una etiqueta que lo identificaba con un número. El sábado en la mañ:ana realizaron la exhumación de los otros seis cuerpos. A las 6:28 p.m. terminó la misión. "Ojalá hagamos por los vivos lo que hicimos por los muertos", dijo un delegado del CICR. Una comisión internacional de forenses hizo en Cali las necropsias de los 11 cuerpos que la comisión de la Cruz Roja encontró en un lugar aún no especificado entre los municipios de Policarpa, Cumbitara y Magüí Payán, en el departamento de Nariñ:o.
Múltiples disparos.
El martes 11 a las 8:20 p.m., la comisión internacional de forenses ya había confirmado la identidad de los 11 cuerpos de los ex diputados. Los entregaron a sus familias para que los pudieran enterrar.
Pero la verdad aún no ha sido revelada. Lo único que hasta ahora se sabe es que los ex diputados "murieron a causa de múltiples impactos de arma de fuego", según dijo el investigador internacional James Young.
Las necropsias les pudieron haber revelado a los forenses la distancia a las que hicieron los disparos, el tipo arma y la trayectoria de las balas, para saber si fueron asesinados en medio de un combate o ejecutados. El dictamen se mantiene en reserva. La comisión de forenses entregará este viernes a la OEA, en Washington un informe con los resultados. "El secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, determinará qué parte se publicará y cuándo -aseguró Young-. El Gobierno colombiano sabrá el momento apropiado para darlo a conocer".
Juan Carlos Narváez, Francisco Javier Giraldo, Carlos Alberto Charry, Ramiro Echeverry, Alberto Quintero, Jairo Hoyos, Carlos Barragán López, Nacianceno Orozco, Edinson Pérez, Héctor Fabio Arizmendi y Rufino Varela descansan en paz. Sus familias pueden empezar a hacer el duelo, pero aún desconocen la verdad de lo que sucedió.
[Fuente: Cambio, Bogotá, Col, 12sep07]
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