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07sep13
Tensión en la cuerda: Constituyente o referendo en Colombia
La propuesta de someter a referendo un eventual acuerdo de paz tensa las conversaciones entre las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) y el Gobierno de ese país suramericano, que reinician sus negociaciones aquí.
Aunque ambas partes expresaron su decisión de mantenerse en la Mesa de Diálogo con sede en Cuba, también evidenciaron diferencias en torno a la iniciativa, radicada ante el Congreso por el Gobierno de Juan Manuel Santos.
Todo comenzó el pasado 22 de agosto, cuando el mandatario presentó ante el Legislativo el proyecto de ley que busca refrendar un posible acuerdo final mediante ese mecanismo en un día que coincida con las elecciones del próximo año.
Un claro síntoma de las contradicciones emergió el 23 de agosto, cuando la delegación insurgente anunció su decisión de realizar una pausa en las pláticas para analizar la propuesta.
Tres jornadas más tarde, la insurgencia reinició las conversaciones con su contraparte, no sin antes manifestar su rechazo a esa iniciativa al tacharla de unilateral.
"Un acuerdo de paz no es asunto que se pueda resolver o definir de manera unilateral, así como el mecanismo de refrendación no es aspecto que pueda ser resuelto solamente por el Gobierno", aseveró en un comunicado leído por el jefe de la delegación, Iván Márquez.
A su juicio, "tomarse esas atribuciones es flagrante violación del acuerdo general" firmado en esta capital, y que guía las pláticas para poner fin a más de medio siglo de conflicto armado en esa nación de Suramérica.
No acompañamos esa iniciativa, ni sujetamos los diálogos y sus resultados a dicha decisión unilateral, refirió el representante en el capitalino Palacio de las Convenciones, sede permanente de los acercamientos desde noviembre último.
La guerrilla ha insistido igualmente en que un tratado de paz supera las posibilidades de ese mecanismo, ya que -en su opinión- los caminos hacia una verdadera solución política demandan una creatividad en los diseños institucionales que satisfagan a las partes y al pueblo.
Las FARC-EP denunciaron que se está pretendiendo un ente de cuyas funciones no se desprenden acciones como una reforma a la justicia, la consagración en la Constitución de la independencia orgánica de la jurisdicción, o la seguridad jurídica que requiere el futuro de la paz.
Además, reiteraron que la administración Santos le teme a una Asamblea Nacional Constituyente, considerada por la guerrilla como el camino viable, pues "en dicho escenario sí se logra todo lo que puede garantizar larga duración a la paz nacional".
La Constituyente sería el camino para alcanzar un verdadero tratado de paz, justo y vinculante, que funde la reconciliación, "rija el destino de la nación y la encauce hacia las cumbres de la democracia real", han dicho varios miembros de la delegación de las FARC-EP.
Al respecto, el delegado del equipo guerrillero Andrés París refirió en recientes declaraciones a Prensa Latina la necesidad de "ese mecanismo como un final seguro de este proceso".
Sin él no es posible llegar a acuerdos de paz definitivos, aseveró e insistió en la importancia de cambiar las estructuras políticas.
Las FARC invitaron al Congreso a valorar la necesidad de acudir a la sede de las conversaciones para contribuir a la resolución de las contradicciones que la actuación del gobierno ha generado innecesariamente al echar a andar iniciativas unilaterales como ésta, según expuso la guerrilla en su último comunicado.
Retomar el punto
Aunque en el comunicado conjunto divulgado al final del decimotercer ciclo de conversaciones ambas partes coincidieron en que se continuó avanzando en la construcción de los acuerdos en torno a la participación política, la insurgencia invitó al gobierno a "retomar con celeridad el segundo punto de la agenda".
Iván Márquez explicó que se discutieron varios temas que si bien están en la agenda de la mesa, corresponde su discusión a otro momento de las pláticas.
Tal es el caso de la implementación, verificación y refrendación de los acuerdos, que corresponde al sexto y último punto de las conversaciones y que, según detalló el comunicado conjunto, fueron presentadas visiones sobre el mismo.
Las drogas ilícitas, también pactado para discutir más adelante, fue abordado en este período, debido a un foro -en el que no participarán ni el gobierno ni la guerrilla- que buscará propuestas de la sociedad civil colombiana en aras de hallar soluciones al espinoso asunto.
Sobre las víctimas del conflicto -penúltimo punto de la agenda- también se adelantaron varias cuestiones, sobre todo vinculadas a la propuesta de las FARC-EP de crear una comisión para investigar la verdad sobre los hechos de violencia partidista.
Dicho aparato debe conformarse por expertos nacionales y extranjeros en aras de investigar la historia, precisó en esta capital el equipo insurgente. La pesquisa -añadieron- también alcanzaría el origen de la actual contienda como resultado de dicho enfrentamiento fratricida, el por qué del surgimiento de las guerrillas y el desencadenamiento desde entonces del conflicto social armado interno.
Dicha comisión debería lograr establecer la verdad y señalar responsabilidades, agregaron.
A pesar de la multitud de asuntos tratados, Márquez valoró los avances de concretos y consideró que se entregaron a la mesa instrumentos que posibilitarán un futuro acuerdo.
Habrá que esperar para comprobar si la invitación hecha al Gobierno para que centre el diálogo en la participación política se haga realidad en el decimocuarto ciclo de las pláticas, que se inicia el lunes 9 de septiembre en el Palacio de Convenciones de esta capital.
[Fuente: Por Lianet Arias Sosa, Prensa Latina, La Habana, 07sep13]
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