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06dic07
Uribe llamó a 11 presidentes buscando apoyo para su posición ante la ruptura de negociaciones con las FARC
Después de la abrupta interrupción de la mediación de Hugo Chávez para liberar a los rehenes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), el presidente colombiano, Alvaro Uribe, decidió emprender una ofensiva diplomática a gran escala y se puso en contacto con 11 presidentes para obtener su respaldo en las negociaciones con la guerrilla.
En tanto, mientras pierde fuerza la posibilidad de una participación directa del presidente francés, Nicolas Sarkozy, en las tratativas con las FARC, el mandatario brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, comienza a perfilarse como un posible mediador con la guerrilla.
A pesar de las nuevas gestiones diplomáticas de Uribe, los familiares de los rehenes de las FARC otorgaron un mandato escrito al presidente venezolano, Hugo Chávez, para que persista en su labor de mediador, lo que deja las puertas abiertas a nuevos cruces entre Caracas y Bogotá.
"Reitero ante los colombianos y ante la comunidad internacional la determinación de hacer el intercambio humanitario", declaró Uribe, que en los últimos días se puso en contacto con los presidentes de Estados Unidos, Francia, México, Brasil y la Argentina, entre otros.
En sus comunicaciones con los mandatarios de otros países, que comenzaron el pasado 27 de noviembre con el mexicano Felipe Calderón y con el presidente Néstor Kirchner, Uribe detalló las dificultades que encontró en sus negociaciones con las FARC.
Uribe, que también habló con los presidentes de Uruguay, Ecuador, Perú, Chile, El Salvador y Costa Rica, transmitió "la decisión política y humanitaria de su gobierno para lograr la liberación de los rehenes" y explicó cómo las FARC "han dado portazos y han faltado a la verdad".
Así, el mandatario buscó justificar ante la comunidad internacional las idas y vueltas de una negociación que por el momento no dio resultados y que tomó un tinte todavía más dramático el viernes pasado, cuando se dieron a conocer las impactantes imágenes de 16 rehenes que están en manos de la guerrilla.
La ofensiva diplomática de Uribe se hizo pública un día después de que el presidente anunciara, en otro giro inesperado, su intención de reunirse personalmente con las FARC.
A pesar de que en un primer momento se dio a entender que Sarkozy, interesado en la liberación de la política franco-colombiana Ingrid Betancourt, también podría participar de las negociaciones directas con las FARC, el gobierno de París solicitó ayer mayor prudencia. Envió, además, un mensaje a la guerrilla pidiéndole "solemnemente" la liberación de Betancourt (ver aparte).
En forma casi simultánea, el gobierno de Brasil expresó ayer su intención de tomar un papel más activo en las tratativas con las FARC. Marco Aurelio García, asesor de Lula en temas internacionales, declaró que "Brasil tiene pautado ofrecer sus buenos oficios para la resolución de temas humanitarios en Colombia".
En la misma línea, el diputado oficialista Doctor Rosinha declaró que Lula "tiene el liderazgo suficiente en América latina" para "contribuir" al canje humanitario con las FARC.
Según informó la prensa brasileña, Lula y Uribe analizarán el tema el próximo lunes en Buenos Aires, en el marco de la ceremonia de asunción de Cristina Kirchner. El primer ministro francés, François Fillon, que también asistirá a la asunción de Cristina Kirchner, aprovechará su visita a la Argentina para tratar el tema de los rehenes de las FARC con Uribe. Los familiares, con Chávez
En tanto, familiares de los rehenes de las FARC, que siempre expresaron su desconfianza ante las iniciativas políticas de Uribe, solicitaron de forma escrita a Chávez y a la senadora colombiana opositora Piedad Córdoba que continuaran con su labor de mediadores, a pesar de que Bogotá los desautorizó hace dos semanas.
"Tienen ustedes toda nuestra confianza y el mandato expreso para adelantar las diligencias, conversaciones, reuniones y, en general, las actividades necesarias e indispensables en el propósito de conseguir pruebas de vida y de concretar la liberación de nuestros familiares", dice la carta escrita por los familiares de los secuestrados.
En primer lugar aparece como firmante Yolanda Pulecio, la madre de Betancourt. Además de ella, la carta fue firmada por otros 12 familiares de rehenes, algunos con cerca de una década en manos de las FARC.
En el comienzo de la misiva, los familiares agradecen las gestiones previas de Chávez y Córdoba, y afirman que éstas "iban a rendir los frutos esperados" por el "acuerdo humanitario", como se le llama al canje de 45 rehenes por unos 500 guerrilleros presos en Colombia.
La cancelación de los oficios de Chávez provocó una grave crisis entre Caracas y Bogotá, que podría empeorar si ambos gobiernos emprenden negociaciones paralelas con la guerrilla.
[Fuente: La Nación, Bs As, Arg, 06dic07]
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