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06dic07
Lula hablará con Uribe en la Argentina sobre los rehenes de las FARC
"Suplico al presidente Lula y al gobierno brasileño que intervenga para que lleguemos a un acuerdo humanitario". Los ruegos de Yolanda Pulecio, madre de Ingrid Betancourt, la dirigente política franco-colombiana secuestrada hace 6 años por las FARC, estremecieron al Palacio del Planalto (la casa de gobierno en Brasilia). La respuesta no se hizo esperar. A través de sus asesores más directos, el presidente brasileño dejó traslucir con los enormes cuidados que requiere el caso, que irá a tratar el tema en una reunión con su colega colombiano Alvaro Uribe el próximo lunes 10 en Buenos Aires. Es más: se dispone a ofrecer los "buenos oficios" de su país para lograr el canje de 45 rehenes por 500 guerrilleros.
Pero el gobierno brasileño decidió moverse con la máxima cautela. Marco Aurelio García, asesor internacional del presidente Lula da Silva, declaró en un comunicado oficial que cualquier acción brasileña se guiará por un principio indeclinable: un "estrictísimo" cumplimiento de los principios de no intervención en los asuntos internos de ese país.
Eso significa que no se dará un paso sin el aval de Uribe. Ayer por la tarde, en declaraciones a dos enviados de Clarín a Brasilia, el canciller Celso Amorim explicó: "Sigue vigente nuestra propuesta, planteada hace tiempo, de colocar cualquier lugar del territorio brasileño como escenario para las negociaciones humanitarias". El ministro añadió que eso requiere el apoyo de todos los actores del drama: los dirigentes de las FARC y el gobierno colombiano. "Sin eso, no hay ninguna tramitación posible", enfatizó. Cuando se le preguntó si Brasil estaría dispuesto a sentarse con dirigentes de la guerrilla colombiana, a la que Estados Unidos tacha de terrorista, Amorim respondió: "Para nosotros no es terrorista. Brasil se guía por los criterios de la ONU y ésta incluye dentro de esa categoría exclusivamente a Al Qaeda".
La mayor dificultad para la salida humanitaria es el propio presidente Uribe. Su Alto comisionado para la Paz, Luis Carlos Restrepo, adoptó ayer una postura inflexible: sentenció que Bogotá, después del fracaso de la intermediación del presidente Hugo Chávez, no permitirá nuevos mediadores ni facilitadores.
Sin embargo, un día antes Uribe había lanzado una propuesta al presidente francés Nicolás Sarkozy o a un "delegado suyo" para que éste mantuviera conversaciones directas con los líderes de las FARC en vista de conseguir la liberación de los rehenes. Del lado francés hubo un diplomático rechazo, que se expresó con la decisión de cancelar la visita del comisionado Restrepo a París, donde debía encontrarse con varios funcionarios de primera línea. El portavoz del presidente francés fue claro: "Francia no desea ser instrumentalizada".
Cualquier propuesta de ese tipo, después que Uribe interrumpiera en forma abrupta las gestiones de Chávez apoyada por Sarkozy, "exige un poco de reflexión, hay que tomar tiempo para reflexionar y ver cuál es la mejor estrategia. No tenemos derecho a equivocarnos", advirtió un colaborador del presidente francés. Pero la movilización internacional y las presiones sobre Uribe crecen a cada hora que pasa: el primer ministro francés Francois Fillon, quien asistirá en Buenos Aires a la asunción presidencial de Cristina Kirchner, anticipó su intención de reunirse con Lula y con Uribe.
La forma como actuó Uribe con Chávez produjo una profunda desazón entre los familiares de los rehenes. "Pido a los políticos, artistas y a los escritores que se movilicen en toda América Latina para ayudarnos a liberar a Ingrid y a los demás secuestrados", dijo Yolanda Pulecio.
[Fuente: Clarin, Bs As, Arg, 06dic07]
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