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24jun06
Las FARC abren la posibilidad de una negociación de paz.
Después de meses de intransigencia, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) -la guerrilla más antigua y más grande de América latina- dejaron ayer abierta por primera vez la posibilidad de iniciar negociaciones de paz con el gobierno del presidente Alvaro Uribe.
En una sorpresiva declaración, uno de los principales voceros de las FARC, Raúl Reyes, dijo que está dispuesto a negociar un esperado acuerdo humanitario para liberar a 62 rehenes en poder de la guerrilla, a cambio de la excarcelación de unos 500 rebeldes.
Esta postura implica un importante giro de las FARC, que en el pasado reciente rechazaron cualquier posibilidad de diálogo con el gobierno conservador de Uribe, al que han acusado de impulsar una "guerra total". La reelección de Uribe, en mayo pasado, con una victoria contundente, probablemente obligó a la guerrilla a revaluar su posición, según estimaron analistas.
"A las FARC les interesa el acuerdo humanitario y tiene toda la disponibilidad y la voluntad política para ello", dijo Reyes en una entrevista difundida por la cadena Telesur. "Pero eso requiere del gobierno una verdadera voluntad política, que empiece por darle garantías suficientes, sin trampas y sin engaños, que posibilite este intercambio", agregó el jefe guerrillero.
Reyes, cuyo verdadero nombre es Luis Eduardo Devia, puso como condición para una eventual negociación de paz que se ordene el retiro de las fuerzas armadas de dos departamentos selváticos donde el gobierno está implementando el llamado Plan Patriota, la mayor ofensiva contrainsurgente en la historia del país, que cuenta con el apoyo de Estados Unidos.
"La eventualidad de nuevos diálogos y la búsqueda de la paz, que es un clamor de la mayoría de los colombianos, tendría que partir de la desmilitarización de los departamentos de Caquetá y Putumayo, como mínimo", dijo. "Es Alvaro Uribe el que decidirá si continúa en la guerra o si busca el acercamiento con las FARC", agregó.
"Las FARC no aceptarán conversaciones debajo de la mesa, ni tampoco aceptarán conversar en el exterior y en ningún lugar de Colombia con este gobierno, mientras no haya zonas desmilitarizadas", advirtió.
El gobierno, que durante meses intentó asegurar la liberación de los rehenes como un primer paso antes de un eventual diálogo de paz, respondió ayer que está preparado para negociar con las FARC un intercambio humanitario, pero se mostró prudente ante el mensaje de Reyes.
"Lo primero es que hay que ser prudentes. Un proceso de estos no se puede manejar a través de los micrófonos", dijo el vicepresidente Francisco Santos, que reconoció que la nueva postura de las FARC representaba "un cambio importante".
"Vamos a analizar con mucho cuidado este pronunciamiento", agregó.
El funcionario señaló que el gobierno dejará en manos de su alto comisionado para la paz, Luis Carlos Restrepo, los contactos necesarios para hacer avanzar el tema.
Desmilitarización.
Aunque en el pasado Uribe se opuso al retiro de las fuerzas armadas de alguna zona del país, a fines de 2005 aceptó un plan propuesto por Francia, Suiza y España para desmilitarizar una zona de 180 kilómetros cuadrados en el municipio de Pradera, al sudoeste de Bogotá, para negociar un acuerdo humanitario con los rebeldes.
Las FARC respondieron en enero pasado a esta propuesta con una declaración tajante: "Con Uribe no habrá intercambio humanitario", dijeron.
Entre los rehenes que la guerrilla pretende intercambiar por rebeldes presos están la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt, tres contratistas estadounidenses, un ex ministro, un ex gobernador, cinco ex congresistas, 12 ex diputados y varios militares.
Desde su llegada al poder, en 2002, Uribe prometió derrotar a las FARC -que cuentan con entre 12.000 y 17.000 combatientes- y durante su primer mandato impulsó una agresiva campaña militar, que obligó a un repliegue estratégico de los rebeldes. Sin embargo, tras obtener un segundo mandato, y en respuesta a las demandas de los colombianos cansados de la violencia, Uribe dijo que su prioridad será lograr un acuerdo de paz que permita poner fin al conflicto interno, que ya lleva más de cuatro décadas y que se ha cobrado miles de vidas.
[Fuente: Agencias AP, Reuters, AFP y EFE, La Nación, Bs As, Arg, 24jun06]
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