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07sep08
Coincidencias desafortunadas
Entre más se conocen los detalles del nivel de infiltración del grupo de alias Don Mario en la Fiscalía de Medellín, más intolerable se le volverá el ejercicio del cargo al ministro de Justicia, don Fabio Valencia Cossio, por cuenta de las conductas de su hermano Guillermo León Valencia.
¿Que uno no es responsable de lo que hagan sus hermanos? Claro que no, salvo que esté ejerciendo un cargo público que tenga directa relación con el control de la delincuencia en el país.
Por algo similar se vio obligada a renunciar la ex ministra María Consuelo Araújo, quien entendió que no podía representar a Colombia en el exterior en tanto su hermano y su padre estuvieran encausados. No tenía ninguna presentación que un gobierno acusado —merecidamente— de tener vínculos con el paramilitarismo tuviera como Canciller a la Sra. Araújo, con su padre usando documentos falsos.
Qué frágil es la memoria de los políticos y qué irónico resulta que haya sido precisamente el entonces congresista don Fabio Valencia quien en los años ochenta le hubiera hecho un debate ético a un ministro por haber traído al país un vehículo en su condición de diplomático, carro que a la postre acabó en manos de una persona de dudosa reputación (reputación ni siquiera comparable con la de su hermano).
Tanta moralidad de entonces para saber que el gobierno americano está investigando a las personas del círculo de Don Mario, entre las que se encuentra el hermano de don Fabio.
Todos entendemos que los EE.UU. piden la extradición de quienes colaboran directa o indirectamente con el narcotráfico. Y hay que ver cómo se le llena la boca al Sr. Uribe cada vez que nos cuenta sobre los cientos de colombianos que han sido extraditados durante su mandato.
¿Acaso el Sr. Uribe y su Ministro de Justicia serán tan diligentes para extraditar a Guillermo León Valencia y a sus secuaces como lo han hecho con todos los demás? ¿Y por qué, como suelen hacerlo en otros casos, no le han pedido a los EE.UU. que lo soliciten en extradición?
Entiendo que la situación familiar para don Fabio es dolorosa y difícil, como lo fue la de los familiares de algunas personas que tuvieron vínculos de amistad con el Sr. Uribe en el pasado y que hoy están muertos (César Villegas, Pedro Juan Moreno) u otros que creyeron en el Sr. Uribe y hoy están encausados penalmente (sesenta congresistas, Jorge Noguera, Rito Alejo del Río, Salvador Arana, Luis Camilo Osorio), por sólo mencionar unos pocos. Por supuesto que el Sr. Uribe no tuvo nada que ver con estos casos. ¡Sólo son unas pocas coincidencias desafortunadas!
Nadie le puede pedir a don Fabio que renuncie, pues él no responde por la conducta de sus familiares. ¿Y qué tal que se vea obligado a firmar la extradición de su hermano, o a declararse impedido, lo cual también lo deja en una situación indefendible? ¡Otra coincidencia desafortunada!
No me gustaría estar en la posición de don Fabio, al menos, claro está, que tenga la absoluta certeza de que a su hermano no le va a pasar nada gracias a la gentileza del Fiscal General de la Nación, quien ha demostrado no quererse meterse con los personajes de las entrañas palaciegas, como ha quedado demostrado en varias oportunidades.
En este probable caso, pues que don Fabio siga tranquilo mientras los opositores del Gobierno se defienden de las bellaquerías que se urden en la "Casa de Nari".
[Fuente: Por Felipe Zuleta Lleras, El Espectador, Bogotá, 07sep08]
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