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01sep07
El presidente Chávez dice que Uribe avala una reunión con las FARC en Caracas
"Con el aval del presidente Uribe, recibiré a un emisario de las FARC en Venezuela". Así, sin vueltas, el presidente venezolano Hugo Chávez se refirió al primer paso que dará en su papel de mediador para lograr la liberación de medio centenar de rehenes que la guerrilla de las FARC tienen en su poder, entre ellos la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt. "Llegó la respuesta que esperaba de las FARC y soy optimista", recalcó durante la rueda de prensa conjunta con Alvaro Uribe, luego de reunirse más de 8 horas en la hacienda de Hatogrande, en las afueras de Bogotá.
En una conferencia de prensa que duró una hora y cuarenta minutos, Chávez se refirió al planteo que el domingo, a través de Clarín, el número dos de las FARC, Raúl Reyes, hizo sobre su propuesta de usar territorio venezolano para canjear los rehenes por alrededor de 400 guerrilleros presos. Reyes dijo entonces que daban la bienvenida a su mediación, que cualquier canje debía hacerse en Colombia, pero también que podrían reunirse en Venezuela para avanzar.
"Ellos han hecho una respuesta pública (en alusión a la entrevista en Clarín), pero anoche, en la madrugada, antes de venir para acá, recibí la respuesta directa de las FARC. Y soy muy optimista", dijo Chávez. Allí, tras dudar unos segundos, no pudo con se genio y reveló cuál sería el primer paso. "Recibiré a las FARC en Venezuela". "El mensaje que envié le llegó a Marulanda (jefe máximo de las FARC) y la respuesta viene de él", aseguró Chávez.
"El presidente Uribe ha visto con buenos ojos que reciba en Venezuela a un enviado de las FARC para hablar sobre este tema (el canje)", agregó.
Si bien Uribe volvió a descartar -no de manera directa- la posibilidad de despejar territorio como exijen las FARC para intercambiar rehenes por prisioneros, dijo que "el presidente Chávez se lleva alternativas, herramientas, para avanzar en este tema".
Al ser consultado sobre cómo podrá lograr que ambas partes cedan en sus posiciones, Chávez dijo que la transparencia y la claridad son la base para encontrar el camino. Hay que marchar "con pie de plomo y con transparencia", aseguró. "Y lo mismo haré con las FARC. Sabiendo la voluntad real, hasta dónde se puede llegar, buscando la fórmula, para buscar posibles salidas. Es en el diálogo y en las conversaciones en donde podemos ir construyendo".
Antes de entrar en el tema de los rehenes -Chávez se cuidó de no hablar de "secuestrados"- ambos presidentes hicieron un larguísimo repaso a todos los acuerdos que habían alcanzado. Quedó claro, al hablar de un regreso de Venezuela a la Comunidad Andina de Naciones, de oleoductos, petróleo, acuerdos en ganadería y comercio binacional, que la negociación por el tema del intercambio es parte de un pacto que va más allá del acuerdo humanitario.
Un toma y daca que, incluso, sirvió para que Chávez se comprometiera a destrabar las negociaciones que Bogotá lleva adelante con el ELN, la segunda guerrilla del país, en Cuba. En ese juego de gestos y de concesiones, Chávez indultó ayer a 41 paramilitares colombianos arrestados en 2006 y que habían sido acusados de participar de una conjura para derrocar a su gobierno.
Con una estridente camisa roja fuera del pantalón, distendido, y en un ambiente de campo, Chávez llegó ayer a Bogotá para reunirse con Uribe. La reunión entre ambos presidentes estaba pautada para que durara dos horas, luego almorzarían y hacia las 13.30 darían la rueda de prensa. Pero eran las seis de la tarde cuando terminaron las reuniones.
Fiel a su costumbre, apenas bajó del avión que tocó suelo bogotano a las 10 (12 de Argentina), Chávez abandonó el protocolo y abrazó efusivamente al canciller colombiano, Fernando Araújo, quien se fugó de las FARC el año pasado tras 5 años en cautiverio.
Chávez llegó a Colombia a partir de una gestión de la senadora opositora Piedad Córdoba, a quien Uribe designó como facilitadora para un acercamiento con las FARC. El miércoles, el bolivariano hablo con su colega francés Nicolas Sarkozy, quien le dio su apoyo a las gestiones, interesado en la suerte de Ingrid Betancourt, también ciudadana francesa. Uribe lo esperaba con traje gris y corbata azul en la hacienda de Hatogrande, a 50 km de Bogotá que a comienzos del siglo XIX primero perteneció a un cura español y luego al héroe de la independencia y ex presidente, el general Francisco de Paula Santander. Desde 1931 está en poder del Estado, que la adoptó como casa de descanso presidencial.
[Fuente: Por Pablo Biffi, Clarin, Bs As, Arg, 01sep07]
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