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17abr11
Rastro perdido de los primos Nule
El escándalo Nule desborda el carrusel de la contratación en Bogotá. Desentrañando sus orígenes, van apareciendo nuevos nombres.
“Cuidémonos de no salirnos de Bogotá, que sólo nos pregunten de Bogotá”. Este comentario atribuido a uno de los primos Nule y conservado en una grabación en poder de la justicia, evidencia la deliberada intención de Miguel, Guido y Manuel Nule de intentar que el escándalo no pruebe su dimensión nacional. Pero su entramado de 87 empresas hace agua y apunta a un verdadero tsunami de corrupción pública y privada con un origen regional: su círculo familiar, de amigos, socios y conocidos en Sincelejo.
Un proyecto que nació el 4 de octubre de 1994 en la Notaría Segunda de Sincelejo, cuando el exgobernador de Sucre Miguel Nule Amín acudió con sus tres hijos: Viviana, Miguel y Manuel Nule Velilla, quienes no pasaban de 25 años, para constituir con $30 millones la empresa Inversiones Santa Helena y dedicarse al negocio inmobiliario. Un año después, el 29 de diciembre de 1995, en la misma notaría, volvieron los mismos para cambiar la denominación de la empresa por MNV Construcciones Ltda.
La empresa quedó a cargo de Miguel y Manuel Nule, pero Miguel padre y Viviana dejaron de figurar en papeles, aunque no se apartaron del negocio. Meses después se sumó su primo Guido Nule Marino. En esa época, la guerrilla tenía azotado al departamento de Sucre y, entre otras acciones, asesinó al exgobernador Nelson Martelo y secuestró al ganadero Édwar Cobos, quien administraba la finca Las Melenas. La opción fue crear Cooperativas de Seguridad Rural (Convivir) para defenderse.
Una se llamó Nuevo Amanecer y la organizó el caballista antioqueño Javier Piedrahíta. Otra la inventó Héctor Julio Alfonso, el esposo de Enilce López, conocida como La Gata, y tomó el nombre de Esperanza Futura. Una tercera la fundó Víctor Guerra de La Espriella y se llamó Orden y Desarrollo. La guerrilla no cedió y entre múltiples blancos, Miguel Nule Amín sufrió su violencia. Primero le quemaron su finca Santa Helena y después detonaron un artefacto explosivo frente a su casa en Sincelejo.
Antes de emigrar hacia Brasil y sus hijos radicarse en Bogotá, en 1997, en una finca de su propiedad situada entre Sincelejo y Tolú llamada Las Canarias, con presencia de otros ganaderos de la región, nació la idea del ejército paramilitar que tomó el nombre de Bloque Héroes de los Montes de María. Como jefe asumió Édwar Cobos, ahora llamado Diego Vecino. En Sincelejo gobernaba Jairo Merlano y, a partir de 1998, llegó a la Gobernación de Sucre Érick Morris, años después condenado por la parapolítica.
Antes de emigrar hacia Bogotá, sin irse del todo, los jóvenes Miguel, Guido y Manuel Nule dejaron su propia historia. Primero extendiendo redes de gas domiciliario en Sucre, Córdoba y Bolívar. Después construyendo pequeñas carreteras, como la vía a Chalán, que hoy recuerda su gente porque “tampoco la terminaron”. Y con ellos su primer círculo de confianza de amigos y parientes, muchos de los cuales hoy siguen siendo personas claves para entender de qué manera se gestó su imperio económico.
Como Elba Estela Barrera, exsubgerenta del Banco Santander de Sincelejo, casada con Alfredo Olivares Velilla, familiar de los Nule. Una persona determinante en la organización, a tal punto que su nombre sigue apareciendo en los más recientes correos personales de los Nule cumpliendo un papel protagónico. Desde receptora de peticiones de pagos urgentes o revisora de comunicados de prensa, hasta millonaria acreedora o representante de Ponce de León y Asociados o de Ingenieros Consultores.
“No ha salido a flote, pero ella es la Pallomari de los Nule, la depositaria de sus secretos”, comentó una fuente. Al menos en la abundante documentación sobre el escándalo Nule que hoy circula por todas partes, hay dos pagarés fechados en octubre 30 de 2009 y mayo 5 de 2010, donde Elba Estela Barrera se compromete a pagarle a Miguel Nule Amín, el padre de Miguel y Manuel Nule, dos significativas cuentas. Una por $214 millones y la segunda por $1.785 millones. En giros al exterior también está su nombre.
Otros coterráneos empezaron como sus cercanos financistas o asesores y hoy figuran como sus más acérrimos acreedores o encartados. Como Carlos Gutiérrez, esposo de María Teresa Alcocer y concuñado del excandidato presidencial del Polo Gustavo Petro, a quien le deben millonarias sumas. O José González Padrón, quien pasó por el Fondo Nacional de Regalías y ahora afronta un proceso disciplinario en la Procuraduría, precisamente por contratos con los polémicos y encarcelados primos Nule.
También cabe mencionar al expresidente de la Asamblea de Córdoba y excandidato a la Gobernación del mismo departamento, Manuel Salvador Nule Rhenals, primo de Miguel, Guido y Manuel. Sin mayor exposición, él ha sido una de las personas más cercanas a los protagonistas del escándalo. En Estados Unidos estuvo a su lado durante las diligencias judiciales en el consulado de Miami. Hace una semana lo vieron acompañando a Miguel Nule Amín y su nombre aparece en varios frentes.
Por ejemplo, en un correo electrónico a Miguel Nule Velilla, fechado el 1̊ de julio de 2010, Nule Rhenals le dice que está preocupado por Serfinansa, pues no se ha pagado el crédito y lo tienen reportado en las centrales de riesgo. Que habló con Elba Estela Barrera y que ella le dice que tiene que pagar el crédito. Él sostiene que hay que aclarar las cosas porque hay algo turbio. Miguel Nule le responde que tiene razón, pero que vaya pagando las primeras cuotas, porque después va a haber un arreglo global.
Además, Miguel Nule le dijo que por ahora estaba fuera, esperando a que la Fiscalía lo llamara por lo de las grabaciones. Ante el liquidador de MNV S. A., en octubre de 2010, se presentó Manuel Salvador Nule para advertir que celebró un contrato de asesoría jurídica por $200 millones, luego cedió los derechos económicos a Serfinansas para garantizar una obligación suya por $70 millones, pero como MNV no le pagó, él decidió acudir al liquidador en calidad de acreedor, es decir, como afectado por sus primos.
Un enredo parecido al de las cercanas relaciones entre los Nule y el excongresista sucreño José Guerra de La Espriella. Su nombre y el de su padre José Guerra Tulena aparecen como acreedores de los Nule en el consorcio Bogotá-Fusa. Pero está claro que además de negocios, desde tiempo atrás sus familias son muy cercanas, compartieron viviendas en los exclusivos sectores La Ford y Venecia, y además se dice que José Guerra fue la llave que abrió la puerta a los Nule a grandes negocios en la era Uribe.
Pero el caso de José Guerra de La Espriella —condenado por el Proceso 8.000 en abril de 1998—, no es el único de esta familia. Su hermana Ivonne, representante por Sucre al Reinado de Belleza en Cartagena en 1978, también fue soporte de los Nule como proveedora de tiquetes aéreos a través de su firma Chico Tours. No obstante, ante el liquidador de MNV en la Superintendencia de Sociedades, hoy está reclamando que le paguen $79 millones que le adeudan por servicios no pagados en los años 2009 y 2010.
En un correo de marzo de 2010, enviado por Ivonne Guerra a Manuel, Miguel y Guido Nule, y también a Elba Estela Barrera, ella escribió: “Buenos días Elba, les recuerdo si me pueden hacer pagos de la deuda que tienen pendiente, es que ahora sí necesito urgente el pago, por favor”. Dos meses después agrega: “Buenas tardes, de acuerdo con nuestra conversación les hago llegar los saldos nuevamente de las cuentas del Grupo Nule (...) como ustedes bien saben las aerolíneas se pagan dos veces a la semana”.
Pero hoy está claro que los Nule le quedaron mal a todo el mundo, empezando por su gente de Sincelejo y por su propia familia. Asimismo, por el alcalde de Barranquilla, Alejandro Char Chaljub, cuñado de Guido Nule, encartado por sus deudas con la Dirección Nacional de Estupefacientes, entre otros negocios. O con Rina Mendoza, exesposa de Miguel Nule, quien también fue consciente en el momento de la crisis de que se les había venido la noche y no podían seguir aumentando los problemas.
Un correo del 1̊ de marzo a los tres primos Nule así lo testifica. En él les pidió que cada uno asumiera sus gastos de seguridad y pagara sus tarjetas de crédito. Que no se desangraran más las empresas, porque con el apellido ya bien maltratado, no había derecho a que se siguieran entregando cheques chimbos. Ella les advirtió que no pagarles a sus empleados era un delito, y que todos estaban en obligación de reducir gastos de clubes, tiquetes o representación. Que cada uno supiera cuánto se estaba gastando.
También salió en su auxilio su hermana, exsocia y abogada Viviana Nule. La prueba quedó consignada en los reportes de facturación que envió el hoy superintendente de Industria y Comercio, Juan Miguel de La Calle, por sus servicios prestados como asesor jurídico. En dichos documentos queda claro que Viviana Nule participó en reuniones para trazar estrategias y evitar el embargo de acciones de Kapital Energy, o en encuentros para discutir con el gerente del consorcio Bogotá-Fusa la aplicación de la ley de insolvencia empresarial.
Lo cierto es que los primos Miguel, Manuel y Guido Nule, sin dejar los negocios en su departamento, salieron un día de Sincelejo cuando gobernaba Érick Morris, y a la vuelta de cuatro años, cuando dejaba el mismo cargo Salvador Arana, ya eran potentados. Hoy pretenden saldar cuentas con la justicia con el escándalo del carrusel de la contratación en Bogotá, pero su defraudación es tan grande que arranca en Sucre, pasa por la Costa Atlántica, atraviesa Colombia y, además, tiene proyección internacional.
La prueba son sus millonarios giros al exterior, las deudas con tasas de usura que pueden configurar delito de captación de capitales, las mesas de dinero con que recaudaron operaciones financieras no autorizadas, las millonarias deudas a los bancos y compañías de leasing, los préstamos entre empresas para disimular sus finanzas y los bienes muebles e inmuebles o cuentas que les han identificado en Estados Unidos, Panamá, Ecuador, Guatemala o Venezuela. Un emporio que no puede ser de tres socios.
Como comentó un analista de este escándalo sin precedentes en la historia reciente de Colombia, “un esquema ilegal que podría comprometer a diversas autoridades en varias regiones del país, principalmente en la Costa Atlántica, pero también en otras zonas”. Pueden aparecer sorpresas y muchos nombres de otros expedientes o de algunos que han pasado de agache en recientes escándalos. Por ahora, además de Bogotá, vale la pena empezar por Sincelejo, donde tan sólo MNV S. A. dejó al menos seis cuentas bancarias pendientes.
Una familia con varios miembros en entredicho
El escándalo atraviesa en los últimos tiempos por la familia Guerra de La Espriella. José fue condenado por enriquecimiento ilícito en el Proceso 8.000. Su primo Víctor Guerra, otrora delegado del expresidente Uribe en la Corporación Autónoma de Sucre y creador de la Convivir Orden y Desarrollo, fue condenado por suscribir el Pacto de Ralito para refundar la patria. Su cuñado, Jorge Luis Feris Chadid, tuvo la misma suerte. El otro cuñado, Salomón Feris, fue jefe paramilitar con el alias de 08.
Asimismo, Miguel de La Espriella pagó condena por nexos con el paramilitarismo y la Corte Suprema de Justicia acaba de abrirle un nuevo proceso. Rodrigo Burgos de La Espriella también fue condenado por concierto para delinquir por la firma del Pacto de Ralito. Estos últimos representan a una dinastía de poder político y económico en el departamento de Córdoba. Junto a los citados Guerra se involucraron en las redes del paramilitarismo en la Costa y hoy pagan las consecuencias.
Políticos al servicio del paramilitarismo
El paramilitarismo llegó a Sucre a finales de los años 90 y permeó a su clase política. Sus exgobernadores Érick Morris Taboada, Salvador Arana Sus y Jorge Eliécer Anaya Hernández fueron condenados por la parapolítica. Varios alcaldes de Sincelejo, entre ellos Jorge Arturo Ospina y Ángel Villarreal.
De igual modo, han sido procesados alcaldes, diputados y concejales de los municipios de San Onofre, San Antonio de Palmitos, Tolú, Toluviejo, Coveñas, Sincé, Corozal, Colosó, Sampués, Morroa, Galeras y Sucre. Todos fueron permeados por la parapolítica y apoyaron al Bloque Héroes de los Montes de María.
El asesor político de Jorge 40, Carlos Mario García, alias Gonzalo, también sucreño, sostuvo que su directriz fue que el 10% de los contratos oficiales en el departamento de Sucre debían ser para proyectos supervisados o desarrollados por las autodefensas. ¿Cuánto se cumplió? La Fiscalía sigue investigando.
[Fuente: Por Norbey Quevedo H. María del Rosario Arrázola, El Espectador, Bogotá, 17abr11]
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