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07feb18
El accidentado aterrizaje de la Farc en la arena política
La mayoría de los colombianos conocen a los miembros del antiguo secretariado de las Farc, hoy partido político, solo a través de los medios de comunicación. Durante décadas vivieron en la clandestinidad y, tras la firma del Acuerdo empezaron a aparecer en escenarios públicos, como el Congreso; pero desde el primer momento encontraron opositores públicos.
En la Cámara de Representantes les prohibieron el ingreso el año pasado, y en varias comisiones del Congreso les negaron el uso de la palabra o interrumpieron sus discursos. El argumento era uno solo: dejaron las armas, pero hicieron entrega parcial de menores de edad y de las caletas, no se han sometido a la Justicia Especial de Paz (JEP), no han reparado a las víctimas ni han entregado las rutas del narcotráfico.
Incluso, en la recta final del fast track, estuvieron en riesgo las 10 curules asignadas por dos periodos (ocho años). Algunos sectores plantearon que no se podían posesionar hasta tanto no pasaran por la JEP, al final el compromiso del Gobierno sigue firme, pero mientras se sometan a la JEP y pierdan los beneficios sino cooperan.
Ayer el Consejo Nacional Electoral (CNE) ratificó las candidaturas de los aspirantes de la Farc al Congreso, pues habían sido demandadas por posibles inhabilidades.
Al ruedo político
Aunque desde septiembre del año pasado la Farc anunció su partido en la Plaza de Bolívar, en un gran acto en el que proyectó su logo sobre la Catedral Primada, solo la semana pasada presentó, de manera oficial, sus candidatos al Congreso y el aspirante presidencial, Rodrigo Londoño, Timochenko.
Tras este hecho político, sus integrantes salieron de Bogotá e iniciaron su correría política por diferentes ciudades del país, como todos los demás candidatos, y aunque ha habido casos en los que los saludan o felicitan por apostarle a la paz y la reconciliación, también los han abucheado, e incluso, han intentado lincharlos, como ocurrió el pasado viernes en Armenia (Quindío), con 'Timo'.
Esto lo obligó a cancelar otros actos públicos y recorridos en ese departamento, y a aplazar su viaje a Cúcuta (Norte de Santander), por razones de seguridad, y su posible visita a Medellín, donde han sido abucheados dirigentes políticos que apoyaron el Sí.
En junio del año pasado, un grupo de ciudadanos esperó a las fueras de un hotel, en la capital antioqueña, para rechazar la presencia de Felix Muñoz (Pastor Alape), en el foro 'La Iniciativa, Unión por la Paz', invitado por el expresidente Ernesto Samper.
Apenas dos días después del incidente en tierras cuyabras, Luciano Marín Arango (Iván Márquez), canceló un acto programado en el coliseo del barrio Ciudadela Habitacional Siglo XXI, de Florencia (Caquetá), ante las protestas de habitantes de la zona.
¿Un saboteo del uribismo?
Ante la seguidilla de actos bochornosos para el nuevo partido, que según el viceministro de Hacienda, Andrés Escobar Arango, recibirá del Estado en ocho años 232.082 millones de pesos, para sus sedes, publicidad y centro de pensamiento, Márquez responsabilizó al senador y candidato Ernesto Macías, del Centro Democrático, de incitar saboteos a las reuniones programadas por ellos.
Ante esta acusación, Macías le dijo a EL COLOMBIANO que el rechazo del pueblo a los cabecillas de esa organización criminal es una protesta ciudadana por la impunidad que les dieron. "No se requiere que alguien promueva esas manifestaciones, porque son espontáneas y nacen del sentimiento colectivo. Ahora vamos a salir a deberles".
En las campañas de los candidatos de la centro-derecha (Iván Duque, Marta Lucía Ramírez, Alejandro Ordóñez, Juan Carlos Pinzón), han aprovechado estos hechos para sumar réditos políticos, de cara a las elecciones, para cuestionar al gobierno de Juan Manuel Santos, deslegitimar a la Farc, justificar la propuesta de hacer ajustes al Acuerdo y prometer que no se repita la misma historia con el Eln.
¿Problemas de legitimidad?
Previendo las dificultades que se presentarían, EL COLOMBIANO le consultó, el año pasado, al senador de La U, Roy Barreras, quien fue plenipotenciario en La Habana, que si había alguna posibilidad de que la Farc postergara su arribo a la política hasta el 2019, mientras los ex guerrilleros pasaban por la JEP, pero manifestó que la promesa hecha a ese grupo fue que desde 2018 podría participar en política, incluso con candidato presidencial, independiente de la implementación.
Ante estas circunstancias, Pedro Jurado, director del programa de Ciencia Política de la U. de Medellín, afirmó que esa situación era previsible porque la incorporación de excombatientes a la vida política es un proceso difícil e involucra a toda la sociedad. Agregó que debe haber un marco legal y una disposición institucional pero, además, una sociedad con espacios de deliberación.
"Se necesita que los excombatientes generen confianza en quienes han sufrido por sus actos y la Farc ha dejado pasar oportunidades valiosas para ganarse su espacio. Es posible que tenga que restringir los lugares para sus actividades electorales. Su estrategia ha sido equivocada y ha subestimado a la población".
Jhon Fredy Bedoya, docente del Instituto de Estudios Políticos de la U. de Antioquia, precisó que el rechazo a la campaña de la Farc no se debe a que sea a destiempo o a que no se haya avanzado en su sometimiento a la JEP, sino a lo impopular que ha sido como grupo político.
Quien sí considera que hubo precipitud en la llegada de la Farc a la arena política es Rainiero Jiménez, docente del área de Cultura Política de la Universidad Nacional, sede Medellín, puesto que el Gobierno avaló la participación anticipada de este grupo, que apenas está en la etapa inicial de retorno a la vida civil.
"El desarrollar acciones en regiones que históricamente han sido de influencia subversiva es ir en contra de su sostenibilidad política y de reconocimiento social", precisó.
¿Podría pasar a mayores?
Lo ocurrido en Armenia, donde la seguridad tuvo que sacar corriendo a 'Timo' por la parte trasera de un centro comercial y la camioneta en que se movilizaba por poco es destruida, plantea un reto para las autoridades en los actos públicos que protagonizará la Farc.
Al respecto Jurado afirmó que es posible que las manifestaciones violentas de rechazo se intensifiquen y alteren el orden público en zonas urbanas, donde carecen de base.
Según Olmer Muñoz, docente de Ciencia Política de la U. Pontificia Bolivariana, esa campaña va a sufrir más inconvenientes porque hay poca fiabilidad en el hallazgo de la paz, por la narcotización y el ataque a población civil de ese grupo en las últimas dos décadas y porque los responsables de crímenes atroces no van a pagar un día de cárcel, ni van a reparar a las víctimas.
Solo con votos la Farc demostrarán si tienen opción de poder en el mediano plazo.
[Fuente: Por Óscar Andrés Sánchez Á., El Colombiano, Medellín, 07feb18]
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