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21jun09
Delitos de Lesa Humanidad: Espejo del conflicto colombiano
La forma como llamamos a las cosas o interpretamos los hechos se convierte en nuestra realidad, sin embargo en algunos momentos nuestro bagaje de conceptos se ve retado por nuevas realidades ante las cuales éste se muestra insuficiente para captarlas adecuadamente, obligándonos a construir nuevas definiciones y puntos de vista.
Uno de esos nuevos términos, que ha ido haciendo carrera en el mundo y recientemente en Colombia es el de delitos de lesa humanidad.
Las atrocidades de la Primera y Segunda Guerra Mundial, los sucesos en la guerra de los Balcanes y en África supusieron para toda la humanidad un momento de crisis. En primer lugar viendo qué tan bajo puede llegar en su conducta y en segundo lugar encontrando que con los términos y categorías jurídicas tradicionales no respondía adecuadamente al problema que se le planteaba. Tal debilidad conceptual se traducía en enormes dificultades a la hora de establecer unos efectos jurídicos que resultaran proporcionales e impidieran la percepción de impunidad que se produce cuando los motivos de sanción no corresponden a lo que la gente ve o entiende que sucedió.
En este contexto el concepto de delito de lesa humanidad surge como la forma de comprender y dar cuenta de esos fenómenos. Tales delitos, dice el tratado constitutivo de la Corte Penal Internacional, son aquellos que son cometidos como parte de una agresión o ataque, en contra de una población civil, respondiendo a la política de un Estado o de una organización. Entre tales delitos está el exterminio que es el homicidio a gran escala de miembros de un grupo.
Entre los efectos más notables de calificar un delito como de lesa humanidad están la posibilidad de ser juzgados por la Corte Penal Internacional y su carácter imprescriptible.
Las precarias confesiones de los jefes de los grupos ilegales de autodefensa han supuesto para Colombia un shock similar al que el Holocausto trajo a la humanidad. La respuesta estatal y social a tales hechos ha sido precaria, pues como lo muestran tesis recientes de expertos, como Laura Porras profesora de la Universidad de los Andes, la doctrina penal empleada por nuestras autoridades, ha invisibilizado la guerra eludiendo por completo lo que era notorio para los ciudadanos, especialmente en las áreas rurales:
Las conductas delictivas no son en Colombia excepcionales ni simplemente individuales: han sido permanentes y han estado en manos de los diferentes grupos u organizaciones en conflicto.
Al incorporar el concepto de delito de lesa humanidad en la estructuración de los casos que adelantan nuestras autoridades frente a exterminios como el de la Unión Patriótica o el Nuevo Liberalismo, se están dando pasos fundamentales para atender realmente los derechos de las víctimas, entre ellos la verdad y la justicia, que son indispensables para cualquier reconciliación exitosa.
[Fuente: Por Juan Manuel Galán, Vanguardia Liberal, Bucaramanga, 21jun09]
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