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Capítulo Séptimo
Las verdades ocultasEn el transcurso de esta investigación, nos hemos preguntado una y otra vez ¿Quiénes eran aquellos que habían ideado, programado y elaborado y ejecutado esta Operación?¿Quiénes habían elegido a estas 119 personas?, ¿cómo habían hecho llegar sus nombres a los periódicos argentinos y brasileros para que los publicaran?
¿Quiénes fueron los periodistas chilenos, que participaron en esta campaña de guerra psicológica? Ellos pusieron a disposición de la dictadura todas las armas de las comunicaciones y de las palabras para actuar en el transcurso del tiempo dictatorial sobre las emociones. A través de imágenes de terror, de peligros inminentes, de frases cargadas de contenidos desestructuradores invadieron la mente de las personas.
¿Quiénes alteraron la verdad, para crear para siempre parámetros ambivalentes en el pensar y en el actuar de algunos chilenos?
Al buscar más de 18 años después una explicación; al intentar rehacer esta historia; al adentrarnos en el conocimiento de sus personajes, en los engranajes de su accionar. Al intentaren suma. desmontar la mentira y llegar hasta las raíces del ocultamiento. desgraciadamente, es muy poco lo que hemos logrado.
Desde luego nunca hubo una respuesta oficial. No la hubo antes ni tampoco la hay hoy día. Nunca hubo proceso y nadie supo nada de lo que realmente había ocurrido. No se conoció a los responsables ni tampoco a los periodistas que elaboraron y escribieron en el curso de esta campaña.
El Colegio de Periodistas, a diferencia de otros Colegios Profesionales, nunca investigó ni sancionó a miembros de su organización que publicaron durante los 17 años de dictadura campañas mentirosas como el «Plan Z» , como esta que estamos estudiando y tantas otras más.
El Plan Z fue un plan que según la dictadura tenían los partidarios de la Unidad Popular para eliminar a civiles y militares contrarios a ellos. Todos los medios de comunicación lo reprodujeron con lujo de detalles. Principalmente «El Mercurio».
Este Plan Z fue el aval para justificar la represión, la tortura y la muerte de muchos chilenos. Todo fue una mentira. En 1993, en una entrevista publicada en el diario «La Nación», el ex Director de «El Mercurio», Arturo Fontaine Aldunate responde a la periodista Mónica González que lo entrevista: « No tengo ninguna prueba de que haya existido el Plan Z. En ese momento se daba como un hecho cierto. Para míes hoy una incógnita ». El periodista responde tranquilamente, y sin embargo, bajo el amparo de las noticias que su diario trasmitió cientos de chilenos fueron sacrificados.
La guerra psicológica consiguió así su objetivo: El silencio. El silencio de su violencia interiorizada. El olvido aparente de su presencia inmanente. Y ella, al igual que los crímenes y los desaparecimientos hasta el momento ha quedado impune.
En la búsqueda de la verdad, en el caso de esta Operación, es sin duda Mónica González, actualmente redactora del Diario «La Nación» la que más ha aportado. Igualmente, los juicios por los asesinatos de Orlando Letelier en Estados Unidos y del General Prats y su esposa en Argentina (1). los que nos han permitido conocer algunos de los engranajes y laberintos de las verdades ocultas.
Algunos indicios dejados y torpezas cometidas por ellos mismos permitieron desmontar partes de esta gran mentira.
En primer lugar, la falsedad de los periódicos en donde se hicieron las publicaciones de los 119 nombres. La revista «LEA» era un órgano fantasma de editores y responsables desconocidos, con un pie de imprenta imposible de identificar. Lo mismo sucedió con el diario «0'DIA». publicación ocasional editada esta vez sólo para entregar los últimos 59 nombres.
Al investigar más sobre estas publicaciones, el misterio no resultó infranqueable, ya que en esa época, como lo comprobaron los periodistas de la Agencia LATÍN, detrás de la imprenta argentina que editó y distribuyó la Revista «LEA» estaba la editorial Codex. Dicha editorial era propiedad del Estado argentino dependiente del Ministerio de Bienestar Social. El Ministro a cargo era José López Regga (2). asesor de Isabel Perón y miembro de la Triple A argentina.
En segundo lugar, hemos logrado saber que en la época en que se elaboró y ejecutó la Operación Colombo, ya existían dentro del organigrama de la DINA, un Departamento Exterior y un Departamento de Comunicaciones y Operaciones Psicológicas.
En lo que se refiere al primer Departamento está confirmado que el responsable de la DINA Exterior en esa época era el entonces Mayor de Ejército Raúl Eduardo Iturriaga Neumann, quién luego de pasar por Fort Gulick en Panamá, regresó de allí en calidad de instructor. En 1973 era Sub Director de la Escuela de Paracaidistas y posteriormente se integró a la DINA. En 1980 fue Comandante de la Guarnición de Putre; en 1983, Agregado Militaren Francia; en 1988. Comandante de la VI División de Ejército e Intendente de la 1 Región. En 1989 ascendió a Mayor General. En octubre de 1990 fue llamado a retiro.
Fue responsable de la ejecución de la Operación Colombo, que culminó con la publicación de las listas de los 119. Raúl Iturriaga usaba los nombres falsos de «Don Elías» y de «Luis Gutiérrez». El esta, además, involucrado en la ejecución y asesinato del General Carlos Prats y su esposa Sofía Cuthbert, ocurrido en Buenos Aires en septiembre de 1974. Está relacionado con la desaparición de chilenos en Argentina. También está mencionado como participante en el plan que culminó en la muerte de Orlando Letelier en Washington. En diciembre de 1975 fue nombrado Jefe de la Brigada Purén con asiento en la Villa Grimaldi. Algunos de los crímenes de esta Brigada se están investigando en los Tribunales.
En el Departamento Exterior, además de Raúl Iturriaga Neumann. trabajaban otras personas. Nos interesa, destacar aquí sólo a aquellos que sin duda estuvieron directamente involucrados en esta Operación, como el Mayor Cristoph Willike Floel, oficial de Ejército de la rama de Infantería. Promoción 1967. Para el 11 de septiembre de 1973 estaba destinado en el Regimiento Buin con el grado de Teniente. Integró la DINA desde 1974, y estuvo a cargo de una Brigada. Fue Jefe de la Red de la DINA en Buenos Aires, trabajando con Enrique Arancibia Clavel. Residía en Santiago y organizaba las acciones terroristas de la DINA en Argentina. En las cartas incautadas en 1978 a «Luis Felipe Alemparte» (Enrique Arancibia Clavel), se comprueba esta relación.
No estamos en condiciones de afirmar si el Departamento Exterior de la DINA en la época en que se ideó y ejecutó la publicación de la lista de los 119, estaba bajo las órdenes de Pedro Espinoza Bravo, actualmente acusado como responsable en el asesinato de Orlando Letelier junto a Manuel Contreras. Meses después de la creación de la DINA, Espinoza fue el Jefe de la Brigada Metropolitana y segundo hombre de la DINA. En todo caso Espinoza estaba a cargo de Villa Grimaldi cuando fueron sacaron desde allí los 12 prisioneros que luego aparecerían en la lista de los 119.
En cuanto al Departamento de Comunicaciones y Operaciones Psicológicas, podemos decir que en el Cuartel Central de la Dirección de Inteligencia Nacional, ubicado en la calle República, existía una sección en cuya puerta de entrada se leía su nombre. En su libro «Mi Verdad», Marcia Alejandra Merino Vega. dice:« La función de este departamento, hasta donde yo se, era realizar campañas destinadas a avalar la actuación de la DINA, así como a desinformar respecto de algunos casos. Esto lo hacían a través de los contactos con los diferentes medios de comunicación. Pienso que la publicación aparecida en Brasil y Argentina sobre las 119 personas desaparecidas fue labor de este departamento, aún cuando pueden haber actuado otras reparticiones de la DINA.
«Este Departamento estaba dirigido por el Oficial de Ejército Vianel Valdivieso, que por alguna razón creo tenía contactos en el diario «La Segunda»... En esa época, era funcionario de la DINA en el Canal 7 Roberto Araya.»
Vianel Valdivieso Cervantes, usaba el nombre de «Víctor». De profesión ingeniero militar o politécnico, pertenecía a la rama de Telecomunicaciones del Ejército. Desde la creación de la DINA formó parte de ella. Parad Golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973 estuvo a cargo de lo que actualmente se conoce como
«Operación Silencio», mediante la cual se acallaron todos los medios de comunicación del país. Al principio, aquellos cercanos al Gobierno de la Unidad Popular, algunos de los cuales fueron bombardeados, y luego todos los medios de comunicación quedaron a cargo del poder militar. Se sabe además que fue jefe de la Brigada de Inteligencia Electrónica y por tanto jefe directo de Michael Townley. Cuando Contreras sale de la DINA. en 1978, Vianel Valdivieso fue su socio directo en negocios particulares. También el gobierno militar lo nombró Director de ENTEL. Pasó a retiro en mayo de 1987.
En el Departamento de Comunicaciones y Operaciones Psicológicas, trabajaban ademas el psiquiatra Roberto Laihlacar y el psicólogo de apellido Basaure.
Este Departamento además de planificar campañas en favor de la dictadura. elaboraba panfletos y volantes para utilizarlos contra personas detenidas, haciéndoles creer que era su propio partido el que los amenazaba. También fueron capaces de reproducir ejemplares falsos de « El Rebelde», órgano periodístico del MIR, que en esa época se elaboraba en la clandestinidad, así como también de « El Siglo », diario histórico del Partido Comunista igualmente clandestino, con el fin de engañar y confundir al «enemigo».
A través de estas maniobras, lograban controlar, y manipular a los partidos políticos opositores a la dictadura y también crear desconcierto y sentimientos de inseguridad en sus propios partidarios.
En tercer lugar, creemos necesario señalar la conformación que en esa época tenían las sedes diplomáticas chilenas en los dos países donde publicaron las noticias sobre las muertes de los 119 chilenos y publicaron las listas.
El Embajador chileno en Argentina era Rene Rojas Galdames; el Encargado de Negocios, Javier Illanes; el Ministro Consejero. Carlos Guillermo Osorio Mardones (3); el Agregado Militar Luis Joaquín Ramírez Pineda, Hernán Rivera Calderón, Capitán de Navio y la Agregada de Prensa, la periodista Silvia Pinto.
En Brasil, el embajador en los años 1974 y 1975 era Hernán Cubillos (4), y el Agregado de Prensa, Gerardo Roa Caballero, a quien se le indica como el que confeccionó las listas de los 119 y realizó los contactos con el diario «0'DIA» de Curitiba para su posterior publicación. Roa fue, durante el gobierno del Presidente Aylwin, Jefe de Relaciones Publicas de la Intendencia de Santiago. (5)
En cuarto lugar, hemos logrado reunir antecedentes sobre cómo se habrían elaborado las listas propiamente tales.
En 1986 la periodista Mónica González quien había viajado a Buenos Aires en búsqueda de antecedentes sobre el asesinato del General Carlos Prats y su esposa, encontró los primeros indicios que condujeron a descubrir la Operación Colombo.
El 25 de noviembre de 1978 -según consta en el proceso que se realizaba en Argentina por el Caso Espionaje-, inspectores que se constituyeron en el domicilio de Arancibia Clavel encontraron allí carpetas en perfecto orden y agrupadas correlativamente, con antecedentes del trabajo que él realizaba para la DINA en el exterior. Además, se encontraron las copias de las cartas que él escribía desde Buenos Aires bajo el nombre falso de «Luis Felipe Alemparte Díaz». Arancibia había dejado las copias de lodos estos documentos.
Algunos de estos informes estaban escritos a mano y otros mecanografiados. Ellos se encuentran actualmente acumulados en el proceso por el asesinato del General Prats. Igualmente, se encuentra en el proceso toda la correspondencia que Raúl Iturriaga Neumann envío a Enrique Arancibia Clavel a Buenos Aires bajo los nombres falsos de «Luis Gutiérrez» y «Santiago Copihue».
Leyendo y analizando cuidadosamente esta tortuosa correspondencia hemos logrado reconstruir trozos de esta historia.
En una carta fechada el 18 de abril de 1975. Arancibia escribe a la DINA en Chile: « Mando material impreso en la prensa del país sobre el caso Colombo por coordinación federal . Va foto de UBAL BAHL posiblemente RIP (muerto). Las facturas que acompañan a Colombo se pagarán en el transcurso de la semana junto a 15 facturas argentinas».
Esta carta, en la que se habla de una muerte, está posiblemente ligada a la información del día 12 de abril, fecha en que fue encontrado el primer cadáver mutilado y que fue atribuido a David Silberman.
El 22 de abril de 1975, Arancibia Clavel informa a Iturriaga Neumann :
« Lamentablemente hasta el momento la publicidad sobre el caso COLOMBO ha sido casi nula», y agrega: « Recién mañana me entrevistaré con MARTÍN para saber exactamente qué es lo que pasó. En esta semana están prometidos los dos restantes que aparecerán con «15 criollos». Espero que la publicidad sea mayor. Mayores antecedentes les daré personalmente en Santiago a partir del 25 del presente...Martín me solicitó atención de fotografías para aproximadamente 7 personas, espero llevarlas conmigo».
Nos preguntamos ¿a qué dos restantes se refiere Arancibia?, ¿serán acaso los cadáveres que se prestaron para hacerlos aparecer como pertenecientes a Robothan y Guendelman o corresponden a las muertes de otros chilenos que por aquella época se habían refugiado en Argentina y que la DINA eliminó?
El 16 de mayo, Arancibia Clavel, vuelve a mandar una carta a Chile. En el encabezamiento se lee:
«Materia: Información General. Caso COLOMBO».
En la primera parte de ella. se refiere a la Triple A. organización con la cual se coordinó la DINA para realizar todas sus prácticas en Argentina: «El hombre que coordinó y organizó a estos elementos nacionalistas fue el Comisario General. Jefe de la Policía Federal ALBERTO VILLAR, lo secundó en esta tarea el Comisario ARENS, actual Jefe de Interpol Argentina».
En el párrafo siguiente Arancibia explica que «La Triple A. debe su nombre a las iniciales de sus tres jefes máximos. A= ALBERTO. A= ARENS y A=?». (No sabe el nombre del tercer hombre de la organización).
Luego relata: «...Villar es asesinado por el ERP...(Ejército Revolucionario del Pueblo)...y se tiene la presunción que el ideólogo de este asesinato es LÓPEZ REGA».
Es decir, devela allí los mismos métodos empleados por la dictadura chilena: atribuir los crímenes cometidos por ellos a partidos de izquierda.
En los párrafos que siguen surgen los personajes siniestros, perversos y criminales con los cuales trabajaron los chilenos partidarios de la dictadura. Así Arancibia Clavel sigue explicando : «Cuando Villar muere la organización se divide en tres partes: Una que sigue comandando ARENS y su ejecutor directo es el Comisario RAMÍREZ (a) «El Carnicero» especialista en quemados y ahogados (6). Otro que sigue a los gremialistas (Miguel) y a López Rega, este grupo sólo es mercenario y no tiene ninguna formación ideológica, actualmente es el grupo más peligroso ya que no sabe distinguir lo que hace, la mayoría son drogadictos y están completamente degenerados (7)....Por último, queda una fracción de auténticos nacionalistas que conforman el aparato de seguridad de la Milicia Nacional Justicialista. Este grupo es el conocido como Triple M (MMM), su denominación se deben a las iniciales de sus jetes. Sólo conocemos uno, Martín Siga Correa (M de Martín). Este grupo actuó en el caso Colombo, efectuando la primera etapa del trabajo en forma perfecta ».
« Con los últimos acontecimientos políticos, el grupo de Arens se ha decidido unir al grupo de Martín. Uno aporta el aparato logístico y otro la experiencia y fanatismo político »....
En el punto 3.2. de esta carta que se titula CASO COLOMBO. Arancibia informa:
« Las últimas alternativas de la segunda parte de este caso, tuvo la participación de VICENTE, quien me informó que INTERPOL Argentina envío todos los antecedentes como se habían solicitado el día viernes 9 de mayo por vía aérea, con esta información y previo consentimiento de COPIHUE SANTIAGO, el operativo publicidad comenzará utilizando los servicios de CARLOS MANUEL ACUÑA, Director de la Agencia Periodística PRENSA ARGENTINA y también periodista del diario LA NACIÓN de Buenos Aires. Prensa Argentina, es una agencia nacional que cubre con informaciones la mayoría de los diarios del interior. Se tiene contratado un servicio de recortes de diarios para este caso».
El 23 de mayo de 1975 Arancibia vuelve a escribir a Chile, su carta está nuevamente dirigida a Santiago Copihue, en ella se lee:
« Me ha llamado la atención el silencio con respecto a la « Publicidad » del caso « Colombo », desde hace una semana que no se tiene ninguna información de Ud. al respecto. Me interesa saber a la brevedad posible a qué determinación se llegó, para saber cómo manejarme con el periodista que me llama casi todos los días. Mañana obtendré todos los antecedentes que se mandaron a Santiago por intermedio de Interpol, las copias se las consiguió Vicente».
Ahora sabemos, por una carta manuscrita que se encuentra en el proceso del Caso Prats Firmada por Carmen Gutiérrez (ignoramos si este nombre es verdadero) agente de la DINA. que el nombre de Vicente es el que usaba el Oficial de Ejército Augusto P. Deichler Guzmán.
Deitchler Guzmán era Oficial de la rama de Caballería antes del Golpe Militar. En 1973 ya era miembro del Estado Mayor del Ejército y como tal, pasó a integrar la Dirección de la DINA. Después del Golpe Militar se desempeñó como Oficial de Inteligencia en Televisión Nacional de Chile. En la DINA se desempeñó como Jefe de Logística y también como miembro del Departamento Exterior. Aparece mencionado en el proceso del General Prats y su esposa. Cuando Manuel Contreras es llamado a retiro. Augusto Deichier «Vicente» lo reemplaza transitoriamente en la DINA.
En quinto lugar, hemos podido comprobar la forma en que las identidades y algunos antecedentes de estos 119 chilenos fueron enviados a Argentina.
Mientras se interrogaba en Argentina a Arancibia Clavel, él mismo confesó que « en su departamento se encontraba un sobre en cuyo interior había cinco cédulas de identidad ». La policía argentina las encontró. Ellas pertenecían a:
Francisco González Manríquez, detenido el 3 de octubre de 1974, de 27 años. Fue visto en José Domingo Cañas y 4 Alamos. Fue detenido junto a los hermanos Juan Carlos y Jorge Elías Andrónico Antequera, los que figuran en la Lista de los 119.
Amelia Brun Fernández, detenida el 4 de octubre de 1974, de 34 años, soltera, decoradora de interiores. Perteneciente al MIR. Estuvo detenida en José Domingo Cañas y 4 Alamos. En un testimonio dado por una ex presa política, Rosalía Martínez, se lee: «El 5 de octubre fuimos conducidas a 4 Alamos...Amelia quedó en la pieza de mujeres No. 4 y yo en la 2. Unos días después vimos como la sacaban con destino desconocido y nunca más supimos de ella».
Ambos detenidos desaparecidos hasta el día de hoy, no aparecen en la Lista de los 119.
Otro carnet encontrado pertenecía a :
Mario Fernando Peña Solari. quien aparece junto a su hermana Patricia en la Lista de los 119. Los dos fueron detenidos el 9 y 10 de diciembre de 1974. Fernando tenía 21 años, estudiaba Arquitectura en la Universidad de Chile. Nilda Patricia tenía 23 años. era soltera, al igual que su hermano y estudiaba Licenciatura en Biología en la misma universidad. Los dos pertenecían al MIR. Nilda fue conducida a la «Venda Sexi». Se encontraba embarazada: « sin embargo, a consecuencia de las torturas sufridas tuvo síntomas de pérdida; fue conducida a la Clínica Santa Lucía» (8). Los dos hermanos fueron «trasladados» con destino desconocido desde la «Venda Sexi» el 24 de diciembre de 1974.
El último carnet encontrado pertenece a:
Samuel Osvaldo Abarca Molina, (C.I. 6.346.849-5). De él se desconoce cualquier antecedente, incluso no es mencionado en el Informe de la Comisión de Verdad y Reconciliación.
Pero en el domicilio de Arancibia Clavel no sólo se encontraron estas cédulas de identidad. También se encontró un papel cuadriculado con una lista escrita a mano por ambos lados en la cual figuraban 32 nombres con sus dos apellidos y en un extremo techas que no guardan relación ni con sus detenciones ni con la última vez que fueron vistos. Estos nombres están agrupados bajo títulos que corresponden a pasos fronterizos. Los 32 nombres aparecen después en la Lista de los 119 (Ver Anexo 3).
Otra lista encontrada está escrita a máquina, en ella aparecen 21 nombres, 10 de los cuales figuran en la Lista de los 119 ( Ver Anexo 4 ).
En sexto lugar, hemos ahondado aún más en demostrar la imposibilidad de que estas 119 personas hayan podido en realidad encontrarse en diferentes partes del mundo; en Brasil, en México, en Venezuela y finalmente en Argentina.
Hemos ahondado en demostrar que ninguno de ellos formó parte de ningún ejército guerrillero ni perteneció a ningún grupo de chilenos organizados fuera del país para combatir a la dictadura. Todos ellos fueron detenidos y que ahora están desaparecidos, no sólo porque fueron vistos por otros prisioneros sino porque el mismo régimen dictatorial reconoció sus detenciones.
Así revisando atentamente todas las respuestas que las autoridades de esa época se vieron obligadas a dar a los familiares, a las iglesias, a diplomáticos que pedían explicaciones sobre ellos, hemos encontrado algunas respuestas oficiales que están referidas a personas que aparecen en la Lista de los 119. Mencionaremos sólo algunos de esos casos.
Arturo Barría Araneda: detenido el 28 de agosto de 1974. El Coronel Rhren Pulido, Jefe del Comando de Institutos Militares informó al día siguiente de su detención que el profesor Barría Araneda «pasa a disposición de DINA, en SENDET, organismo éste último al cual se envía en calidad de detenido por comprobarse su activa militancia en la ex UP ». En el mismo documento se señalan los motivos de la detención. El 29 de agosto de 1974 en un Oficio del Instituto Militar señalan que: « Arturo Barría Araneda junto a las demás personas que fueron detenidas con él, pasan a disposición de la DINA, en SENDET...».
Cecilia Castro Salvadores y Juan Carlos Rodríguez Araya: detenidos el 17 de noviembre de 1974. En el Oficio 6350 del Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile se informó a la Embajada de la República Federal de Alemania, el 8 de abril de 1975, que «ambos se encuentran detenidos en el Campamento de Tres Alamos por infracción a la Ley de Estado de Sitio».
Jacqueline Droully Yurich: detenida el 30 de octubre de 1974. En una carta de la Cruz Roja Internacional, en Ginebra, del 3 de febrero de 1975, señalan a su madre que: «Con referencia a su carta fechada el 23 de enero de 1975, tenemos el agrado de informarle que nuestros delegados han podido visitar el 20 de noviembre de 1974 a la Sra. Droully Jacqueline, detenida en la Cárcel de Tres Alamos. En lo que concierne al Sr. Marcelo Salinas Eytel hemos enviado una demanda de búsqueda a nuestra delegación en Santiago».
Héctor Garay Hermosilla: detenido el 8 de julio de 1974. El Gobierno de Chile a través del Ministro de Relaciones Exteriores, Vice Almirante Patricio Carvajal y del Subsecretario de Relaciones Exteriores, Coronel Enrique Valdés, informó a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, el 17 de enero de 1975 que: « Héctor Marcial Garay Hermosilla, se encuentra detenido en Santiago en virtud de las facultades que concede al Ejecutivo el Estado de Sitio contemplado en la Constitución Política Chilena de 1925 y actualmente vigente». Posteriormente con fecha 10 de diciembre de 1975 el Gobierno de Chile informó al mismo organismo que: «Héctor Garay Hermosilla no registra antecedentes».
Bárbara Uribe Tamblay y Edwin Van Yurick: detenidos el 10 de julio de 1974. En un Documento del Ministerio de Relaciones Exteriores a la Embajada de su Majestad Británica se señala que: «Este Ministerio puede informar que consultadas las autoridades chilenas competentes, han manifestado que las personas antes mencionadas se encuentran con arresto preventivo para su debida investigación y su estado de salud es perfectamente normal. Respecto a su paradero no ha sido dado a conocer aún». Fechada el 18 de agosto de 1974.
Más increíble y perverso aparece lo que el gobierno informa de:
Francisco Aedo Carrasco: detenido el 7 de septiembre de 1974. El Gobierno de Chile informó el 18 de febrero de 1976 a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos: « Al respecto puedo informar a Ud. que la situación del individuo mencionado en su nota. Francisco Aedo Carrasco, en libertad desde el 24 de julio de 1975». Ese mismo día su nombre aparecía como muerto en Salta en combate con fuerzas policiales argentinas.
Juan Rosendo Chacón Olivares: detenido el 15 de julio de 1974. El Primer Juzgado del Crimen de San Miguel en causa 47-735, por presunta desgracia de Juan Rosendo Chacón Olivares, decretó sobreseimiento temporal, « en mérito al parte Nº 329 del 22 de enero de 1975, que informa que Juan Rosendo se halla detenido en el Campamento de Prisioneros de Tres Alamos desde el 15 de julio de 1974».
El Ministro del Interior, General Raúl Benavides Escobar informó el 3 de abril de 1975. en Recurso de Amparo, Rol N° 803-74 de la Corte de Apelaciones de Santiago que « Se encuentra en libertad por orden del decreto exento N° 274 de este Ministerio».
Agustín Albano Fioraso Chau: detenido el 17 de junio de 1974. El Teniente Coronel de Carabineros. Don Jaime López Abarco. Jefe del Departamento Confidencial del Ministerio del Interior, informó el 27 de enero de 1975, que « la Prefectura General de Carabineros de Santiago ha informado por medio de su Oficio Reservado Nº 36 de fecha 14 de enero en curso, que su hijo fue detenido por sospechoso, por efectivos de esa repartición el día 17 de junio de 1974 alrededor de las 22:00 horas y puesteen libertad el día 18 de junio de 1974 a las 15:15 hrs., lo que consta en documentos registrados en la Novena Comisaría de Santiago».
En séptimo lugar, y por último, se sabe por testimonios de ex prisioneros que las torturas aplicadas contra algunos de ellos habrían hecho categóricamente imposible su salida del país, aún cuando hubiesen sido liberados.
Edwin Van Yurick Altamirano fue sometido a la «tortura de la camioneta». Un vehículo pasó sobre sus piernas ante la presencia y bajo las ordenes de Marcelo Moren Brito (9). A consecuencias de esta inimaginable tortura una de sus piernas heridas se gangrenó. El ex agente de la DINA, Samuel Fuenzalida Devia, en declaración jurada dada en 1975 ante la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas en Ginebra, Suiza relató todos los antecedentes antes menciona- dos. También en una declaración jurada realizada en Chile, en 1993, informó «que él lo ayudó con curaciones, y le hizo un zapato ». En su testimonio, agregó «que habría visto al doctor «Mortis» y que posteriormente había comprobado que a Edwin Van Yurick se le había amputado el pié en la misma Villa Grimaldi» y que luego de esta intervención quedó agónico.
Luis Guajardo Zamorano, sufrió igual tortura, sus piernas quedaron destrozadas. ¿Pudo él cruzar la Cordillera en forma clandestina?
Dos muchachos cayeron heridos al momento de ser detenidos: Ramón Isidro Pizarro Meniconi quien fue visto en un centro de detención apoyado en muletas. sin poder caminar. En tanto que, Mauricio Jorquera Cancino agonizó toda una noche en la casa de la calle Londres 38. Logró musitar su nombre a otra prisionera, que no lo olvida hasta hoy.
Estos son los trazos de verdad que hemos reunido en la búsqueda de los acontecimientos y de los actores de esta Operación. Es una reconstrucción inconclusa, como una armazón sin una estructura armónica y con un interior lleno de dudas y preguntas.
Los antecedentes reunidos no permiten restablecer el equilibrio de las vivencias, emociones y recuerdos vividos en esa época. La realidad sigue siendo ininteligible.
Así las emociones, las ansiedades, los miedos ligados a ese tiempo, aunque transfigurados por los años y ocultadas en este nuevo marco social, siguen ancladas en la interioridad del mundo psicológico, tanto individual como colectivo. Ellas forman parte, querámoslo o no del universo de nuestro aparato mental.
Notas:
1. Hemos tenido acceso a ambos procesos gracias a la abogada Fabiola Letelier en el primer caso, y a la abogada Pamela Pereira y a la Fundación de Ayuda de las Iglesias Cristianas, Fasic en el segundo
2. José López Regga. fundador de la Triple A. Fue detenido en Argentina durante el Gobierno
del Presidente Alfonsín. Murió posteriormente.
3. Osorio fue asesinado en Santiago en extrañas circunstancias. El conocía los antecedentes de la elaboración de pasaportes falsos que usaron los agentes que actuaron en el asesinato de Orlando Letelier.
4. Hernán Cubillos quedó a cargo de la Dirección del diario «El Mercurio» durante todo el
período de la Unidad Popular, cuando Agustín Edwards abandonó Chile para refugiarse en Estados Unidos luego de la elección de Salvador Allende.
5. Ver diario La Nación del 15.07.90.
6. Subrayado es nuestro
7. Subrayado es nuestro
8. Ver «Todas íbamos a Ser Reinas», Colección Verdad y Justicia. Tomo I.
9. Marcelo Moren Brito. Mayor de Ejército en el período DINA, quien en 1974 no tenía oficina ni en la casa de Londres 38 ni en la de José Domingo Cañas, pero operaba desde el mismo Cuartel Terranova más conocido como «Villa Grimaldi». Fue encargado de la Brigada Caupolicán de la DINA y conocido por los prisioneros políticos como «El Ronco». Ver libro «Mi Verdad» de Marcia Merino Vega.