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21oct05
El general Eduardo Aldunate se defiende de las acusaciones por derechos humanos.
Tranquilidad y pena dice haber sentido en estos días el vicecomandante de la Fuerza Multinacional de Naciones Unidas en Haití, general Eduardo Aldunate, porque las acusaciones que lo vincularon primero con la DINA, luego con la CNI y finalmente con el asesinato del diplomático español Carmelo Soria, no sólo han afectado su honra, sino también las de su familia, del Ejército y del país, sostiene desde Puerto Príncipe. Es que -a su juicio- en una sociedad moderna las acusaciones no se deben realizar a través de los medios de comunicación, sino en los tribunales, escenario que -en su caso- no se ha dado así.
El resto, explica a La Nación, me parece francamente una caza de brujas y una falta de respeto a la dignidad de las personas. Tan seguro afirma estar de su inocencia que si tuviese algo, le hubiese dicho al comandante en jefe del Ejército, al ministro de Defensa, que yo no era la persona adecuada (para viajar a Haití). Agrega que como general, como soldado, si yo tuviera algo por lo que responder, no tenga duda que lo estaría haciendo.
Por ello dice estar contento de que el juez Alejandro Madrid haya decidido citar a el ex agente de inteligencia Carlos Labarca -que lo involucró en la Brigada Mulchén que asesinó a Soria- para que aclare sus dichos, que deben haber sido el punto de partida.
-¿Cómo ha enfrentado las denuncias que lo vinculan con la DINA, la CNI y con la muerte del diplomático Carmelo Soria?
-Las he enfrentado con gran tranquilidad porque nunca he sido inculpado, ni en Chile ni en el extranjero, por temas de derechos humanos, pero también las he enfrentado con pena. Respeto profundamente el dolor de la señora Carmen Soria, pero yo también merezco un mínimo de respeto. Tengo una familia, un nombre, una posición en el Ejército representando a Chile en el concierto internacional y no me merezco que, por los diarios, se me calumnie de la forma que se ha hecho sin presentar prueba alguna.
-A su juicio, ¿por qué el ex agente Carlos Labarca lo relacionó en el asesinato de Soria?
-Fui mencionado en una declaración extrajudicial hace 13 años; cuatro jueces investigaron esa causa, pero ninguno me llamó a declarar, ningún juez me hizo responsable. A Carlos Labarca no lo recuerdo físicamente, puede que lo haya conocido o puede que no, pero nunca trabajé con él. Cuando leo esta noticia, no la tomé en serio, porque no estuve en la DINA ni en la Brigada Mulchén, así es que me dije esto va a caer por su propio peso, pero cuando comienzan a hacerse todas estas declaraciones, dije aquí hay algo que no está bien.
-¿Cómo enfrentará el revuelo que han causado las denuncias, considerando las peticiones de investigar?
-Tengo la más absoluta disposición de presentarme de inmediato, mañana si quieren, a los tribunales para responder sobre cualquier duda, pero no me parece acorde que se me calumnie de la forma en que se ha hecho. Pido respeto a mi dignidad.
-Si bien no estuvo en la DINA, ¿cuál fue exactamente su participación en la CNI?
-Desde julio a noviembre de 1978 estuve en una unidad de la CNI en que hacíamos dos cosas: entrenamiento militar y dar protección a autoridades que visitaban el país. Entre julio y noviembre, no participo en ninguna operación de inteligencia, porque no se hace ninguna en esa unidad. En diciembre de ese año, vuelvo al Ejército a la compañía de comando número 12 como comandante de un pelotón.
-La duda surge porque la CNI era un grupo operativo de represión directa más que una unidad de enseñanza de inteligencia.
-Llego a la CNI como oficial especialista en Fuerzas Especiales, y el tiempo que estuve ahí nos dedicamos a hacer instrucción militar y básicamente dar seguridad a personalidades. Qué hace esa pequeña unidad: actividades para secuestros de aviones, entrenamiento en cordillera, de tiro, pero ni una operación de inteligencia.
-En Diario Siete se mencionó que usted escribió textos, en publicaciones del Ejército, en que define a agentes de seguridad como gente patriota y honesta.
-Nadie puede estigmatizar a todo el mundo por haber estado en una organización, porque no todo el mundo es malo per se, por estar en una organización. No tengo nada reprochable en mi pasado. En una sociedad civilizada, lo que corresponde es que usted vaya con cargos e información concreta a los tribunales. El resto, me parece francamente una caza de brujas y una falta de respeto a la dignidad de las personas.
-A su juicio, ¿estas denuncias han complicado su mandato en Haití?
-He recibido un respaldo tremendo de todas las autoridades con que he tratado la situación, como los embajadores Juan Gabriel Valdés y Marcel Young. Si tuviese algo, le hubiese dicho al comandante en jefe del Ejército, al ministro de Defensa, que yo no era la persona adecuada.
-Tiene el respaldo del Gobierno y del Ejército, pero la ONU investigará las denuncias.
-Lo enfrentaré con la misma calma y la misma tranquilidad. Supongo que ellos van a actuar por los canales correspondientes y esta situación va a ser rápidamente aclarada.
-Además, existe un cuestionamiento en Chile, la Comisión de DDHH de la Cámara de Diputados intervendrá y el juez Alejandro Madrid pidió su hoja de vida.
-He manifestado mi disposición a ir, en cualquier minuto, a cualquier lugar, para demostrar (mi inocencia), pero díganme primero de qué me están acusando. Se me ha acusado de participante, de cómplice, de encubridor, de responsable de algo que nunca en los tribunales de justicia ha sido presentado como tal. Por eso, tengo mucha tranquilidad; la pena la llevo un poquito en el corazón, porque mi familia no se lo merece, el Ejército no se lo merece y el país tampoco.
[Fuente: Por Carolina Miranda, La Nación, Santiago de Chile, 21oct05]
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