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16ago17
Alberto Acosta a Evo sobre el TIPNIS: "No seamos ciegos y necios"
El expresidente de la Asamblea Constituyente y político de izquierda, Alberto Acosta, envió una carta al presidente Evo Morales en la que expresa su preocupación por la aprobación de la ley que quita la protección al TIPNIS y le pide que no sea ciego y necio para dar paso a la destrucción del territorio que alberga a tres pueblos indígenas.
"Hace seis años me dirigí a usted, y hoy lo hago por el mismo tema y en los mismos términos. Como hermano latinoamericano me preocupa lo que está sucediendo en el Territorio Indígena y Parque Isiboro Sécure (TIPNIS)" indica Acosta que en 2011 también envió otra nota al Presidente.
Cercano a los movimientos sociales y a la izquierda latinoamericana, el economista y político ecuatoriano expresa su preocupación del "refugio de vida" "sea perforado por una carretera y, peor aún, que la misma permita abrir la exploración y explotación petrolera (…) teniendo al lado del parque las concesiones hidrocarburíferas de Chispani y Rio Hondo".
Ecuador fue uno de los países que tomó como referencia el proceso constituyente de Bolivia para redactar su nueva Constitución y en ese contexto, Acosta le recuerda a Morales que el Estado plurinacional "proclamó y constitucionalizó los derechos de las naciones y de los pueblos indígenas".
"Lo hago pues usted ha difundido a nivel internacional la defensa de los derechos de la naturaleza, firmando las resoluciones de Tiquipaya donde abiertamente se consagran estos derechos y se exige defender a la Madre Tierra contra el capitalismo explotador, avasallador y extractivista. Lo hago también pues su gobierno puede ser protagonista en el contexto internacional y por supuesto en su país en defensa de la Madre Tierra, de lo contrario no habría la coherencia que se necesita para emprender esta noble tarea", señala un párrafo de la nota.
El gobierno de Morales organizó dos cumbres para la defensa de la Madre Tierra y aprobó los derechos de ésta, y promueve la defensa del medio ambiente en escenarios internacionales, pero en Bolivia es cuestionado por su modelo de desarrollo extractivista y nada amigable con la naturaleza.
"Señor Presidente, me preocupa las tensiones en la Amazonia boliviana causadas por la creciente actividad petrolera. Nosotros en Ecuador, por una dura experiencia acumulada en muchos años, sabemos muy bien las amenazas y riesgos que esto implica. Conocemos los impactos y costos de esta actividad, la cual provoca distorsiones económicas, destruye de la naturaleza y crea condiciones deplorables de salud y seguridad para los pueblos de nuestra Amazonia petrolerizada. Pueblos enteros, como los tetete y los sansahuari, desaparecieron por la actividad petrolera. Le hablo como conocedor directo de esta realidad, pues trabajé años en la empresa estatal petrolera, he sido gran parte mi vida profesional consultor de temas energéticos y petroleros, e incluso fui ministro de Energía y Minas, responsable de la actividad hidrocarburífera en mi país" advierte Acosta.
El ideólogo de la llamada "revolución ciudadana" de Rafael Correa le dice al Presidente que "tales destrozos y afectaciones impiden construir el sumak kawsay (vivir bien), por eso, en Ecuador, desde la sociedad civil se desarrolló la resistencia activa (como el juicio en contra de Chevron-Texaco) y la construcción de alternativas. Entre dichas alternativas está la propuesta de dejar el crudo en el subsuelo -Iniciativa Yasní-ITT- la cual, justo hoy hace cuatro años, fracasó pues el entonces presidente, Rafael Correa, no estuvo a la altura de las circunstancias y le falló al mundo", señala.
En otro párrafo le explica que "la actividad petrolera responde a un patrón hegemónico de dominación del capital transnacional, y usa varias estrategias para mimetizarse bajo urgencias nacionales. Ya en los hechos, tales actividades crean presiones que postergan las agendas nacionales e incorporan nuevos territorios para la extracción de recursos vitales para el capitalismo transnacional, mientras se pierden espacios para construir el sumak kawsay. En pocas palabras: el aumento de la actividad petrolera perpetúa la condición periférica y subordinada de nuestros pueblos".
"Es indispensable, señor Presidente, abrirnos a diálogos amplios y respetuosos que nos permitan transitar -en pluralidad y democracia- hacia un modelo postextractivista, centrado en la vida y no en las demandas del capital. Es urgente superar la dependencia a los combustibles fósiles y resguardar territorios libres de petróleo, como bases para construir el Buen Vivir. Planteo esto pues, como usted muy acertadamente afirmaba, "Vivir Bien es pensar no sólo en términos de ingreso per-cápita, sino de identidad cultural, de comunidad, de armonía entre nosotros y con nuestra Madre Tierra." Pero no solo se trata del Buen Vivir pues, señor Presidente, los graves efectos locales, nacionales y globales de la actividad petrolera -y extractivista en general- arriesgan a la existencia de toda la civilización: es una cuestión hasta de supervivencia", señala.
"La no explotación de los recursos del subsuelo de la región de la Amazonia, particularmente en el TIPNIS -territorio de los pueblos Chiman, Yuracaré y Moxeño- sería una señal histórica de su gobierno a favor de un cambio civilizatorio. Por eso, señor Presidente, no se debe dar paso a la destrucción y la presión a dicho territorio, como actualmente promueve la recientemente promulgada Ley 266. Rectificar la decisión tomada hablaría de su sensibilidad y sabiduría, señor Presidente" indica Acosta.
También indica que está convencido de que hay otras opciones para resolver los "graves problemas de nuestros pueblos". "Lo cierto es que con más extractivismo no superaremos los problemas estructurales, al contrario, los ahondaremos. La década pasada lo demuestra. No seamos ciegos y necios, señor Presidente", afirma.
En lo que parece una súplica para hacer ver el peligro que se cierne para el TIPNIS, el expresidente de la Asamblea Constituyente ecuatoriana recomienda a Morales que busque "otros caminos para construir democráticamente una sociedad más justa y equitativa, capaz de atender las demandas de toda la población boliviana sin caer en las viejas trampas del capital transnacional". Se lo digo desde una tierra donde, luego de más de cuatro décadas de extractivismo petrolero, aún no hemos alcanzado -ni alcanzaremos- a ese fantasma llamado 'desarrollo'", finaliza.
[Fuente: Página Siete, La Paz, 16ago17]
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