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29jul12
La consulta empieza con el primer sí asegurado
Oromomo dará el primer sí a la construcción de la carretera Villa Tunari-San Ignacio de Moxos. La vía no pasará por su comunidad, les quedará a un día o dos de viaje por río, pero los que viven en esta mancha de civilización en el borde del Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (Tipnis) dicen que la apertura de la vía será como comenzar a existir para el Estado boliviano. Oromomo dará el sí y por eso el Gobierno la eligió para comenzar la consulta sobre la carretera. Al mediodía de hoy habrá transmisión en directo de un acto al que, el ministro de Medioambiente, Felipe Quispe Quenta, define como simbólico.
"Esto es como el casco viejo de Santa Cruz comparado con las otras comunidades", dice Quispe Quenta. Lo mismo dice Lada Gutiérrez, una de las tres vecinas de Oromomo comisionadas para cocinar a los casi 100 visitantes, entre periodistas, técnicos, autoridades y veedores que se esperan para hoy en la población del Sécure.
"Aquí nos pica una raya y nos morimos como perros. Cuando el río está con agua tardamos cuatro días en llegar hasta el puente del Tijamuchí. Ahora, que es época seca, tardamos seis días", cuenta Lada.
Debe ser por eso que el profesor, el que sale en la propaganda del Gobierno, tiene una semana de atraso y los niños siguen en vacaciones de invierno. Al menos de eso se queja doña Erminda Cabia, una anciana de la comunidad.
El convencimiento del sí a la carretera es tal que los indígenas no quieren a nadie en su comunidad que se oponga a la carretera. Cuando la avioneta aterriza en la pista, hay una comisión de hombres que pregunta quién es el que llega. Si la comisión no la envía el Gobierno, comienza el interrogatorio. Los indígenas exigen que se haya coordinado con el presidente de la Subcentral Sécure y por ello se refieren a Carlos Fabricano, el paralelo de Emilio Nosa, el presidente del Sécure que participó de la novena marcha y que ha instalado una vigilia contra la consulta en Puerto San Lorenzo.
Adentro, la comunidad es un grupo de casas con techo de jatata y paredes de madera enfiladas alrededor de una cancha de fútbol. Alrededor de cada casa hay una huerta, compuesta por árboles de manga, palta, guayaba y toronja. Casi no hay adultos a la vista. Los que no están instalando algo para el acto están en sus chacos. Tampoco está el corregidor. Salió en comisión para traer a otros corregidores para que lo acompañen en la inauguración de la consulta. "Está abajo y va a volver en la noche", dice su esposa. 'Abajo', en Oromomo, significa que se ha ido hacia Areruta.
"Ellos vendrán pero se regresan el mismo día a sus comunidades", explica Cynthia Silva, coordinadora de la consulta del Ministerio de Obras Públicas. Señala que desde Oromomo partirán dos comisiones (una 'subirá' el Sécure y la otra 'bajará') y que no se espera la presencia del presidente, Evo Morales, ya que es un acto organizado por el Ministerio de Medio Ambiente. El de Obras Públicas estará en un acto similar en San Miguelito, en la zona cochabambina del Tipnis.
Se espera que lleguen tres observadores internacionales (Pedro Sassone, de Unasur, y Eduardo Enrique Reina y Urlrike Puccio de la OEA). A ellos se unirá el presidente del Tribunal Electoral Departamental de Beni. Estaban invitados los representantes del defensor del pueblo, Derechos Humanos, pero ninguna aceptó.
Mientras la fiesta se prepara en Oromomo, la resistencia se acuartela en Gundonovia. Ahí están los que participaron en la marcha. Han instalado sus campamentos al borde del río y dicen que las comunidades del bajo Sécure y del Ichoa están 'firmes' contra la consulta.
Un proceso difícil de acompañar
La dispersión de las 72 comunidades que serán consultadas en el Tipnis dificulta que una institución que no sea del Gobierno acompañe la consulta por la carretera Villa Tunari-San Ignacio de Moxos. "Nosotros no podemos hacerle la logística a los medios", explica Cynthia Silva, coordinadora del Ministerio de Obras Públicas. "Si van, van bajo su responsabilidad. Nosotros hemos sido entrenados en primeros auxilios y sobrevivencia", explica otra funcionaria gubernamental.
Transportarse a través del Tipnis no es tarea fácil. Solo se puede ir de comunidad en comunidad a través de los ríos y para ello se necesita combustible, un bien casi tan preciado como el oro en este pequeño universo aislado. Aun si se consigue combustible, se debe tener la anuencia de los corregidores para alquilar una lancha.
A ello se suma la ausencia casi absoluta de equipos de telecomunicaciones. En solo algunas poblaciones hay servicio de celular y en el resto hay que batallar con las radios UHF para comunicarse con el exterior. De esta forma, los únicos garantes de la transparencia del proceso serán los delegados del Tribunal Supremo Electoral, que ha destinado a 30 personas para acompañar el proceso.
No tienen autoridad para intervenir en las deliberaciones y solo deben limitarse a acompañar a las brigadas de los ministerios que realizan la consulta.
[Fuente: Por Pablo Ortiz, El Deber, Santa Cruz de la Sierra, 29jul12]
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