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03dic13
Contrabandistas de madera se multiplican y resisten controles a pura dinamita
El contrabando de madera crece de forma descomunal en Tarija, tanto que un sondeo revelador con comerciantes de madera permitió a El País conocer varias denuncias de compra de esta materia prima en el "mercado negro". Sin embargo, la tensión aumenta cuando los contrabandistas de madera se multiplican y se arman de dinamitas, como sucedió el fin de semana pasado, cuando se resistieron a los controles de la Autoridad de Fiscalización y Control de Bosques y Tierras (ABT).
Propietarios de barracas y aserraderos confirmaron que el precio de los muebles en el mercado tarijeño subió sobre todo porque se elevó el costo del traslado de madera desde el Chaco. Más aún, los dueños de los aserraderos revelaron que prefieren realizar las compras en el "mercado negro" y a mejores precios.
De esta manera, a pesar de los controles de la ABT, según los propietarios de algunos aserraderos, comprar madera de forma ilegal es una práctica que continúa realizándose mayormente en el Chaco, Entre Ríos, Chiquiacá, Bermejo y la región de San Juan del Oro.
La situación sale a la luz ahora con fuerza cuando la representación departamental de la ABT denunció ayer que familias dedicadas al comercio y explotación ilegal de madera intentaron evitar el control utilizando dinamitas.
Alberto Velásquez, de la ABT, dijo que los incidentes se registran desde el viernes pasado, en la comunidad de Quebrada Cajas (provincia Méndez), donde familias dedicadas al contrabando de madera que ya fueron identificadas, se resistieron al control, para lo que incluso estarían utilizando dinamita con el fin de cerrar el camino y evitar el ingreso de la ABT.
"Con el apoyo del Batallón Coronel Eustaquio Méndez se logró ingresar a esta área, se ha logrado identificar alrededor de cien mil pies tablares de maderas de alto valor comercial y en peligro de extinción, y en esta intervención se ha tenido bastante obstaculización, llegando al extremo de trancar los caminos a través de derrumbes provocados por explosión de dinamita", denunció.
Indicó que dichas familias habría bloqueado los ingresos a la zona para evitar el control que realiza la ABT, desde el pasado viernes 29 de noviembre en la zona. "En realidad, se sigue operando en la zona, es una gran cantidad de madera, aún no tenemos cuantificadas la superficie deforestada, pero estamos hablando de un área bastante extensa, en cuanto al número de árboles tenemos alrededor mil que podrían haber sido derribados", denunció.
Velásquez dijo que las familias están plenamente identificadas y que son conocidas por el comercio ilegal de madera, pero resaltó que por razones de investigación no se dará a conocer los nombres, empero, dijo que el caso ya fue remitido al Ministerio Público para que se inicie las acciones legales que correspondan.
"Son comercializadores, no habitan la zona pero utilizan a la gente que vive en el lugar y hacen que se involucre en esta actividad ilegal", indicó y agregó que se solicitó la cooperación del Ministerio Público y las Fuerzas Armadas para ingresar a la zona y reforzar la intervención.
"No se ha logrado detener a estas personas, hay gente que incluso ha querido rebasar a los militares, en todo el trayecto de la ruta se tiene clavos, piedras que impiden el ingreso, la situación es difícil en el lugar, pero como institución estamos en el deber de hacer cumplir las normas", enfatizó.
El funcionario solicitó la cooperación del Municipio y la Gobernación para trasladar la madera secuestrada, considerando la cantidad de la misma.
Tarija ocupa los primeros lugares en deforestación
En Bolivia, anualmente se deforesta más de 400.000 hectáreas de bosques entre los departamentos del oriente, Chuquisaca y Tarija, que tienen los mayores porcentajes.
Datos del aprovechamiento anual de árboles en el departamento registran cien mil árboles que son talados, sin embargo, se presume que la cantidad es mucho mayor con las talas clandestinas.
El mercado negro en Tarija y el transporte en burros
En anteriores oportunidades se informó que la madera es sacada de estos lugares en burros que cargan, cada uno de ellos, cerca de 150 kilos de madera en forma de tabloides. Los animales van dirigidos por contrabandistas que transportan la madera ilegal, burlando los controles forestales para vender la materia prima a los aserraderos de la ciudad o llevarla a otros departamentos e incluso países.
La madera es extraída de los bosques tarijeños y chuquisaqueños. Para esta tarea se emplean alrededor de dos mil burros, ya que traficar madera en vehículos es más riesgoso y siempre será mejor ir por senderos no controlados.
Sin embargo, más allá de esto, una situación lamentable es el estado de los animales y su sobreexplotación.
Los lugares identificados como zonas de explotación, donde se detectó el uso de estos animales para el tráfico ilegal de madera, están centrados en el límite que divide a Tarija con Chuquisaca, en la zona denominada Manzanales y Cajas. También las provincias O'Connor y Cercado, y las comunidades de San Josecito, El Tunal, Laderas y Cieneguillas.
Se calcula que el valor aproximado de cada tabla es de 200 bolivianos, dependiendo de la especie del árbol del que procede la madera. Las especies más cotizadas son el cedro, el urundel y el álamo.
Luego de que la madera es transportada hasta la carretera, la misma es descargada en vehículos y camuflada para ser transportada a la capital en frigoríficos, conteiner y vehículos de carga pesada. La madera se camufla en medio de maíz, hortalizas, ropa y otros.
La ilegalidad se asienta y contrabandistas se apoderan de las zonas
Un estudio de la ABT define "zonas críticas" del aprovechamiento ilegal de productos forestales, relacionados con desmontes vinculados a la habilitación de tierras agrícolas, contrabando de madera y presión de asentamientos ilegales. Sitios donde se requiere intensificar las actividades de fiscalización de la entidad.
En el departamento de Pando se encuentran Abuná y la zona Bolpebra (triple frontera de Bolivia-Perú-Brasil)-Filadelfia; entre Pando y La Paz, la región Ixiamas-Manurimi; en La Paz, Palos Blancos-Caranavi-La Asunta; entre La Paz y Beni se halla Yucumo; entre Beni y Cochabamba, la Reserva Forestal Choré, en Santa Cruz, la provincia Guarayos, la Reserva Forestal Bajo Paragua y San Miguel-San Rafael, y en Tarija San Juan del Oro y Quebrada Cajas.
La mayoría son tierras de nadie donde los funcionarios de la ABT no tenían pisada, pero que de a poco son retomadas con ayuda de los militares. Hay pueblos que dependen de este ilícito, "como San Miguel y San Rafael (en la Chiquitanía); en Guarayos existe una gran cantidad de aserraderos preponderantemente ilegales", señala un informe.
El tráfico de madera compromete a varios actores y cada uno desempeña un rol, que varía según la "zona crítica". En el primer eslabón están los taladores, los que extraen la madera (campesinos, indígenas, "piratas" que buscan áreas sin ningún control, menonitas o propietarios privados); luego están los intermediarios o los que transportan la mercadería a almacenes, aserraderos o barracas y carpinterías.
El departamento con más contravenciones es Santa Cruz con 1.182, seguido por Pando con 381; Tarija con 183; Cochabamba con 144; Beni con 120, La Paz con 94 y Chuquisaca con 71. En cuanto a los involucrados sobresalen los particulares con 1.731 de los 2.175 "procesos sancionadores instaurados". Las empresas forestales tienen 200; las comunidades campesinas 173; las comunidades indígenas 38 y las colonias menonitas figuran en el último escalón con 33.
La ley
Los artículos 346 y 348 de la Constitución Política determinan que los suelos, agua, aire, bosque y biodiversidad son recursos de carácter estratégico y de interés público. Asimismo, el manejo sustentable e integral de los bosques es clave en el nuevo modelo económico plural, que apuesta hacia una administración comunitaria de estos territorios, bajo una premisa ecológica y con sustento cultural.
[Fuente: El País, Tarija, 03dic13]
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