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02jul04
Reportaje a René Blattmann: "El Referéndum es una burla".
Para el ex ministro de Justicia, la consulta convocada para el 18 de este mes debería suspenderse. En su criterio, las preguntas no están claras y el gobierno de Mesa lo utiliza como instrumento de aclamación y no de decisión. Para él, la revisión de los contratos de las petroleras no afectará la seguridad jurídica.
- Cuando usted fue candidato presidencial en 2002, propuso las autonomías e incorporar el referéndum en la Constitución. ¿Cuál es su opinión sobre el Referéndum por el gas?
- El referéndum con el que soñaba estaba referido a la tolerancia y a la participación, pero no en la forma en la que ha sido convocado ahora por el gas. A escala universal, el referéndum ha sido incorporado en régimenes democráticos y de manera democrática porque los gobiernos quieren conocer la opinión de las personas. Las preguntas deben ser muy claras, como ocurrió en Uruguay, por ejemplo, cuando se les consultó a las personas si estaban de acuerdo o no con la privatización de las empresas estatales o como ocurrió en Suiza, donde se preguntó si querían formar parte de la Unión Europea, sí o no. En el caso del Referéndum por el gas, la consulta no es competitiva y hay una opción. Las preguntas están formuladas de tal manera que las personas se ven impedidas de decir no, y están dirigidas a buscar un resultado determinado.
- ¿Cree que las preguntas son dirigidas?
- En mi criterio, sí. Las preguntas están dirigidas a que se vote por el sí. Prueba de ello es que aparece el nombre de un ex gobernante que goza de la antipatía de la mayoría de la población. Cuando se pone el nombre de las personas, es porque se está buscando un efecto parecido al de ;la consulta convocada por el general (Augusto) Pinochet (ex presidente de Chile), que es conocido como uno de los referéndums más abultados de la historia, pero el nuestro es más todavía. En el fondo esto no es un referéndum, sino un plebiscito aclamatorio de una política o un personaje.
- En su criterio, ¿qué pretende el presidente Mesa; legitimar su mandato o la política energética del país?
- La verdad, no sé cuál es el deseo. Lo que debe entender es que el referéndum debe ser claro, que no sea inducido, y sencillo, peor aún más si estamos en un país con altos índices de analfabetismo. Creo que el gran error de la mayoría de los gobernantes en Bolivia es que cuando llegan al poder se consideran los iluminados y quieren imponer lo que ellos creen que es bueno, sin importarles lo que piensa el pueblo.
- ¿Qué puede pasar en Bolivia después del Referéndum por el gas?
- Con un referéndum se busca cerrar un debate sobre aspectos conflictivos, pero el pueblo tiene que decir sí o no. En este caso, las preguntas están confeccionadas de tal forma que hasta los mismos legisladores le dan diferentes interpretaciones. Algunos dicen que tal pregunta se refiere a la nacionalización (de los hidrocarburos y las empresas), otros dicen lo contrario. Esto significa que en un país tan pobre se está gastando una gran suma de dinero (Bs 30 millones) en un proceso aclamatorio. Esto no es bueno, porque no es el espíritu de un referéndum.
-¿Será necesario convocar a otro referéndum que defina los resultados de la consulta del 18 de julio?
- Creo que se logrará algo parecido a la Alemania nazi, donde después de tres referéndums se suspendió la medida y nunca más se realizó por temor a la manipulación. La gente perdió la confianza en el instrumento, porque se pretendió utilizar de una manera específica. No hay que olvidar que el origen histórico de la consulta fue la convulsión de octubre y el compromiso presidencial de convocar un referéndum.
- ¿Cree que se debe suspender la consulta?
-En este momento lo que se debe buscar es conocer lo que quiere la gente. Si uno tiene miedo a las respuestas de las personas y si considera que el proceso no es viable, lo mejor es no hacer la consulta. Me llama la atención que en un simulacro que se hizo hace poco tiempo en El Torno, la mayoría de la gente no sabía nada sobre el referéndum, incluso algunos preguntaban dónde estaban los candidatos de ADN, del MIR, del MNR, etc. Creo que esto es una burla, que se convocó un referéndum como mecanismo aclamatorio. Además, se rompieron las reglas de oro de la consulta. Primero, no se debe convocar un referéndum en época de convulsión o de polarización porque lo que se pretende es buscar la unión y no la desunión; segundo, no es bueno vincular a una persona porque eso no es un plesbicito, sino que el Gobierno quiere escuchar al país y no imponer una medida. Por lo general, es un elemento consulta y no un instrumento de aclamación.
-¿Cree necesario convocar un referéndum para modificar la Ley de Hidrocarburos y revisar algunos contratos de las empresas petroleras?
- Hay una conciencia generalizada de que hay leyes y normas que se deben corregir, así como nosotros enmendamos algunos errores en nuestra vida personal, más aún si se trata de normas y reglas que afectan a la colectividad en su conjunto. Si en un contrato hay una parte leonina y se firmó en un momento necesario, eso se puede cambiar. Es bueno tener claro que un contrato es para revisarlo. Es una coincidencia de voluntades, pero si una de las partes no va en esa dirección, habrá que modificarla y eso no tiene nada que ver con inseguridad jurídica porque en todas partes se revisan los convenios, incluso en los Estados Unidos.
- La inseguridad jurídica es uno de los argumentos que esgrimen algunos sectores que están en contra del Referéndum por el gas. ¿Tiene sustento esa posición?
- No hay por qué temer, sólo habrá nuevas reglas y no representa riesgos para los inversores. Eso ocurre, repito, hasta en los Estados Unidos; incluso en muchos casos se recurre a las acciones judiciales por incumplimiento de contrato, como sucedió con la Enron. Lo que me parece grave es que Bolivia firmase un contrato con una de las empresas más corruptas del mundo. No sé por qué siempre los líderes políticos tienen la tendencia de rodearse de cosas tan turbias y con empresas vinculadas con actos de corrupción. Lo que puedo decir es que los bolivianos no estamos contentos con la forma en la que se están utilizando los recursos energéticos y creo necesario que se escuche el clamor de la gente.
Ex presidenciable
René Blattmann Bauer nació en La Paz en 1948. Estudió derecho penal en Basilea (Suiza) y cursó su postgrado en Francia y Estados Unidos. Se dedicó a la cátedra y la investigación académica en la UMSA y la UCB. Fue ministro de Justicia en el primer gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada, desde donde elaboró leyes que, en parte, transformaron la justicia boliviana. En 1997 fue nominado como candidato presidencial por el MNR y renunció a la postulación a los pocos meses. Entre 1998 y 2000 formó parte de la misión de verificación de la ONU para la paz en Centroamérica. En julio de 2001, conformó el Movimiento Ciudadano por el Cambio, partido por el que se postuló a la presidencia de la República en las pasadas elecciones de 2002. Estuvo acompañado por el actual viceministro de Justicia, Carlos Alarcón.
[Fuente: El Deber, Santa Cruz de la Sierra, 02jul04]
Este documento ha sido publicado el 14jul04 por el Equipo Nizkor y Derechos Human Rights |