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01dic17
Evo Morales y la reelección
vo Morales , el presidente de Bolivia, encabeza la cada vez más autoritaria administración de su país. Gobierna Bolivia desde enero de 2006. Pero su notoria ambición de poder lo ha llevado a maniobrar de distintas maneras en procura de eternizarse como jefe de Estado, pese a que la Constitución de Bolivia establece expresamente que nadie puede gobernar el país por más de dos períodos seguidos. A eso cabe agregar que, en un referendo especial sobre la posibilidad de eliminar la prohibición constitucional de la reelección, realizado en 2016 el pueblo boliviano se pronunció mayoritariamente por mantener esa cláusula.
A Morales poco le importa aparentemente la opinión de su pueblo. Sólo lo guía el desmedido afán de poder, que comparte con su vicepresidente y mentor ideológico Álvaro García Linera.
Por ello recurrió al Tribunal Constitucional Plurinacional en busca de apoyo. Y, como esperaba, lo obtuvo por parte de un grupo de magistrados cuya independencia nunca pudo presumirse.
Para Morales, la alternancia no es un componente esencial de la democracia. Para él, la democracia supone su permanencia personal constante en la cima del poder de Bolivia. Se considera indispensable e insustituible. Esto, para la región, constituye una dura regresión y un rechazo clarísimo al andar en democracia.
Este despótico proceder debería generar el permanente rechazo de los demás países de nuestra región, que no pueden permanecer indiferentes frente al burdo intento de eternizarse en el gobierno de su país puesto en marcha por Morales.
[Fuente: La Nación, Editorial, Bs As, 01dic17]
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