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17jul16
O son muy inteligentes o nos creen muy cojudos
El político es un comediante, un actor que hace campaña o gobierna en "vivo y directo". Denis Diderot dice que un comediante no es el personaje, sino que interpreta al personaje, y lo interpreta tan bien que los demás lo toman por tal. La ilusión queda para el público y el comediante sabe muy bien que no es lo que fingió ser; es un actor trágico o cómico, según las circunstancias. Pero el comediante, a diferencia del político, sabe que fuera del teatro tiene otro papel; en cambio, el político cree de verdad que es el personaje a tal punto de padecer pseudología fantástica.
Entonces, inventa historias que resbalan de lo increíble a lo ridículo, como esa acusación de violación a un parapléjico que no tiene erecciones y ni puede arrodillarse para terminar en la clásica postura del misionero. En un desprecio a la inteligencia, presenta como único testigo a un ciego, como si ya hubiera llegado el día del juicio final. Y en un estrambótico desafío a la lógica, desconoce la prueba científica de un médico forense, que dice no hubo violación, y encarcela a Juan, sólo para desprestigiar la vigilia de los personas con discapacidad.
Mentir es un juego del lenguaje que requiere ser aprendido como cualquier otro, decía Ludwig Wittgenstein. Como a los cumpas masistas no les gusta aprender y se creen autosuficientes, toman la empresa textil más grande de Bolivia tras dejarla sin mercado; "invierten" 69 millones de dólares, comienzan sin deudas, fracasan y culpan al empresario que despojaron y, para registrar el ridículo más grande del mundo en el Guinness, lo acusan de enriquecimiento ilícito de particulares con afectación al Estado. "ĦAy tatitay, tatito", diría mi tía Carmela.
"La vida es una obra de teatro que no permite ensayos", escribió el gran Charles Chaplin. Cierto. Y hay malas obras y malos actores, como ese espía de la Policía que se hizo pillar con personas en sillas de ruedas, muletas y, para que "Inteligencia" no quede en ridículo, acusaron a las personas inteligentes que descubrieron al espía tonto de robo agravado, lesiones leves y graves. En lugar de premiarlos, los enjuician.
La experiencia te enseña a simular aquello que no es y disimular aquello que es. Una autoridad divorciada de la virtud de la inteligencia ni simula ni disimula, entonces, encarcela al chofer y a una mujer, en operativos con luz, cámara y acción, queriendo simular que hace justicia y disimular el tráfico de influencias para que el público, al que considera tonto, crea que la expareja del "elegido", del "que nace cada 150 años", se hizo millonaria de una noche a la mañana porque bajó una roca de un solo martillazo de las lomas de piedra de la Virgencita de Urkupiña.
También hay que comprender la política desde una teoría lúdica. Que tire la primera verdad aquel que no mintió alguna vez cuando la mentira es una conducta cotidiana de las personas para conseguir un objetivo. Pero hay que tener arte, aconsejaba el británico Jonathan Swift, porque hace falta más arte para convencer al pueblo de una verdad saludable que de una saludable mentira. Los cumpas masistas perdieron su arte cuando comenzaron a creer su propia mentira, esa referida al presidente vitalicio.
Hoy encarcelan al director que advirtió sobre una mafia en el Fondo Indígena, al que se opuso al asalto de nuestro dinero y no se llevó ni un peso, al que no quiso pagar aguinaldos ilegales y al que devolvió el dinero, pero no a la señora Nemesia Achacollo que permitió el robo monumental a la luz del día.
Encarcelan al que denunció, pero no a la que pintó de negro las caras de las ovejas para cobrar como si fueran ovejas cara negra.
Lo ridículo merece ser sancionado por la risa, diría el polaco Chaïm Perelman. Pero a ratos ya no dan ganas de reír, sino de llorar porque han sido capaces de acusar de terrorismo a Gary Prado Salmón, que arriesgó su vida en defensa de la Patria, que tanto levantan, y la democracia, que les dio el poder que hoy usan contra los que se jugaron por ella.
O son muy inteligentes o nos creen muy cojudos.
[Fuente: Por Andrés Vela, Página Siete, La Paz, 17jul16]
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