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03ene18
Carta abierta a la todavía Ministra de Salud
No tuve el placer de entrevistarla, aunque lo intenté varias veces, porque parece ser que usted ha acudido únicamente a entrevistas pactadas, donde nadie le haga preguntas incómodas.
Tampoco pude obtener información sobre la compra de vacunas contra el papiloma, porque en su ministerio acceder a información completa es imposible. Pero no es tan grave tampoco, porque en todos los ministerios es igual. Hoy en Bolivia no hay acceso a la información.
Pude constatar en primera persona el mal funcionamiento y prácticamente la inutilidad del programa de telemedicina, porque me introduje sin permiso en la sala de telemedicina del Hospital de Clínicas.
Pude ver cómo la llamada no entraba y cómo cuando tuvieron una única consulta en la mañana que yo estuve, el especialista consultado no podía asistir porque en el Hospital del Niño, de donde debía ir hasta el Hospital de Clínicas, la médica especialista estaba saturada de pacientes y no podía abandonar su consulta.
Le pido que renuncie. Su falta de formación, su arrogancia, su carencia de calidad humana, sus deficiencias comunicativas en el uso del lenguaje han agravado el paro médico, porque con usted no se puede dialogar y lo ha demostrado en todas esas entrevistas pactadas donde ha acudido a hacer el ridículo.
Es posible que no pierda el cargo por haber organizado en el campo ferial una dizque confederación de médicos, que sabemos que ha sido un teatro mal hecho, lleno de trepadores, oportunistas y de gente obligada. Pero parece que esa acción le ha gustado mucho al Presidente, porque es así como se trepa en el sindicalismo. Y eso ha considerado el Presidente que es digno de aplauso, porque es así como viene gobernando Evo Morales.
Le agradezco mucho por instalar en el léxico popular la palabra negligencia, porque esa palabra retrata muy bien el papel que usted ha cumplido en este drama sanitario que venimos sufriendo todos y todas. La negligencia es una palabra hoy imprescindible en Bolivia, y la necesitamos para autoevaluarnos como sociedad, pensar en la negligencia presidencial, en la negligencia ministerial, en la negligencia profesional de escribir un Código Penal lleno de errores y sin la discusión, y el consenso nacional necesarios.
La negligencia cometida en el Banco Unión, la negligencia cometida en la preselección de postulantes al Poder Judicial. En fin, la palabra negligencia parece ser que nos va a acompañar todo el año y ojalá nos haga pensar.
Se ampara en su condición de joven o de egresada en Cuba para autovictimizarse y quiere convencerse que su fracaso y su incapacidad de ser respetada por su propio gremio se debe a estos dos factores. No se mienta Ministra, usted no se ha ganado el respeto no por joven, sino por incapaz.
Este es el segundo escenario social de conflicto donde usted muestra sus condiciones. Recuerdo el conflicto con los y las discapacitadas, en el que fue usted y el ministro Quintana quienes condujeron mesas de diálogo infructuosas y frustrantes.
Haber egresado de Cuba y ser Ministra de Salud sin haber jamás ejercido como médica en Bolivia en un hospital público la convierte en un acto de negligencia gubernamental porque no conoce la realidad que pretende gestionar.
Nuestro sistema de salud es desastrozo, no garantiza salud para todos y todas, hay negligencia médica, hay autoritarismo médico, hay maltrato, misoginia y hasta racismo en los hospitales. Pero también hay compromiso, hay mística de médicos y médicas que trabajan en pésimas condiciones.
Hay mucha sapiencia, al punto que muchas veces lo mejor de nuestro sistema en desastre puede ser él o la médica con que te topes.
El sistema de salud en Bolivia está sobrecargado y mal administrado, hay corrupción, hay un mal manejo de medicamentos, hay falta de coordinación con las universidades del país, hay ausencia de atención en salud en las áreas rurales, y tampoco la medicina privada va mejor. Pero sabe qué Ministra: si hay un personaje incapaz de proponer soluciones es usted.
Por razones humanitarias Ministra, le pido, en nombre de todos y todas quienes hemos sufrido esta crisis sanitaria, que renuncie a su cargo y haga homologar su título, que busque un hospital donde realizar prácticas y estudiar una especialidad, y que empiece desde abajo, porque es allí donde se aprende y conoce.
María Galindo es miembro de Mujeres Creando
[Fuente: Por María Galindo, Página Siete, La Paz, 03ene18]
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