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21dic17
Diálogo se aleja aún más y la huelga no da tregua
Gobierno y médicos están más lejos de retomar el diálogo para superar la huelga que castiga a miles de personas, al lanzarse acusaciones y advertencias, y ante el anuncio del recrudecimiento de la protesta nacional que hoy cumple 29 días.
El Ejecutivo pidió a los médicos que levanten la protesta porque los enfermos están siendo afectados por los "caprichos y la falta de seriedad" de los dirigentes del sector. La ministra de Salud, Ariana Campero, propuso a los movilizados dialogar sobre la reglamentación del Decreto que crea la autoridad de control y fiscalización del sistema público de salud.
Los profesionales en medicina protestan en contra del Artículo 205 del Código del Sistema Penal, que, a su juicio, penaliza la labor médica, y contra un decreto que instituye una entidad para fiscalizar la labor médica en el sistema público.
El presidente en ejercicio, Álvaro García Linera, advirtió que ese artículo no se modificará, porque fue aprobado en consenso con la dirigencia médica previamente, y que en caso de producirse una renuncia masiva de galenos, el Gobierno está en condiciones de reemplazarlos.
"Están llevando a su movimiento al abismo. Son dirigentes que no quieren negociar (...) Estamos preparados para sustituirlos, en caso que lo hagan, pero les pido humildemente que no", expresó, al lamentar que el sector no haya accedido al pedido de la Iglesia Católica de abrir un paréntesis en la huelga y repudiar los hechos violentos del martes en la Sede de Gobierno.
En La Paz y luego en Sucre, el ministro de la Presidencia, René Martínez, afirmó que "el paro médico ya ha rebasado los límites de la tolerancia, es inadmisible que los intereses políticos que han radicalizado discursivamente pongan en riesgo la vida de varios enfermos que están a lo largo y ancho del país".
Ratificó que se aplicarán sanciones contra los galenos que no asistan a sus fuentes laborales.
Campero confirmó que se iniciaron procesos administrativos contra los movilizados que no asisten a sus fuentes de trabajo en varios sistemas de la seguridad social.
Por su parte, la Conferencia Episcopal de Bolivia (CEB), al lamentar que la huelga no se suspendiera, pidió al Gobierno no apostar al desgaste del conflicto.
"El diálogo hay que hacerlo por encima de las circunstancias. El Gobierno sabe muy bien que con presión o sin presión, el diálogo debe realizarse para buscar soluciones; el poner el pretexto de suspender las presiones para tener el diálogo es un sofisma, es simplemente no querer dialogar", señaló el presidente de la CEB, Ricardo Centellas, a El Deber.
Por su parte, los dirigentes en salud indicaron que no levantarán el paro e insistieron en su pedido de dialogar únicamente con el presidente Evo Morales y no con Campero.
El diálogo también se alejó con el viaje anoche del presidente Evo Morales a Brasil, para participar de una cumbre del MERCOSUR.
El presidente del Colegio Médico de Bolivia, Aníbal Cruz, afirmó que "a nivel nacional (se) ha determinado que se instruye no levantar las medidas de presión". Agregó que a pesar de la "difícil situación", continuarán con su protesta.
Señaló que la posibilidad de declarar una tregua en el paro -como habían solicitado los obispos católicos- fue puesta a consideración de todas las regionales y las bases respaldaron la continuidad de la huelga.
El paro sanitario también tuvo eco, por primera vez, fuera de las fronteras. Unos 50 médicos bolivianos que trabajan en hospitales de Buenos Aires (Argentina), llegaron al Consulado boliviano para protestar con pancartas en las que se podía leer leyendas como "Soy médico, no criminal", "No al Artículo 205" y otros.
En La Paz, la Sociedad Paceña de Ortopedia y Traumatología, a través de un video difundido en redes sociales por el Colegio Médico, anunció su "decisión unánime de no participar en el Dakar con ninguna atención" médica de sus especialistas cuando la carrera llegue a esa urbe.
La entidad espera que esa decisión sea "replicada a nivel nacional".
También en la Sede de Gobierno, ayer, un grupo no mayor a 200 estudiantes de Medicina cortó el tráfico y procedió a lanzar todo tipo de objetos y globos con pintura a la fachada del Ministerio de Salud. Unos 50 policías resistieron los embates hasta que el grado de violencia se hizo mayor, por lo que se valieron de agentes químicos para dispersar la movilización.
Primero rociaron gas pimienta y los estudiantes respondieron lanzando piedras; luego detonaron granadas de gas lacrimógeno, provocando la rápida huida de los muchachos, que se reagruparon pero luego escaparon al interior de la UMSA.
Ayer, en El Alto, también se movilizaron padres de niños enfermos con cáncer, para implorar por una rápida solución al conflicto.
[Fuente: Correo del Sur, Sucre, 21dic17]
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