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19feb09
Gas y tierras: Alto Parapetí, al rojo vivo
La zona agropecuaria del Alto Parapetí, en el rico departamento de Santa Cruz y donde se enclava uno de los más promisorios acopios de gas de Bolivia, se ha convertido en un polvorín en el que terratenientes se han parapetado en defensa de sus tierras y donde el Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA) planea ejecutar, incluso con ayuda de la fuerza pública, una orden de reversión al Estado de 40.000 hectáreas de tierras ociosas.
Convulso desde que el presidente indígena Evo Morales instrumentó su política de redistribución de tierras entre los pueblos indígenas y originarios, Alto Parapetí, donde se halla el yacimiento gasífero de Incahuasi, aloja al menos a cinco poderosas familias de terratenientes, entre ellos al acaudalado estadounidense Duston Larsen, que resisten el proceso de reversión tras varias pericias de las autoridades nacionales en los últimos tres años.
La administración Morales ha hecho llamados para que los afectados se avengan en paz a la ley.
Bajo la consigna "ni un metro atrás", el prefecto opositor de Santa Cruz, Rubén Costas, indeclinable opositor de las políticas reformistas de Morales, ha asumido la defensa de los afectados, se dice no más de un docena de hacendados, por el proceso de reversión de tierras en marcha.
En medio de llamados a la "desobediencia civil", Costas se ha convertido en la punta de lanza de la poderosa Federación de Ganaderos de Santa Cruz (Fegasacruz), uno de cuyos líderes, Guido Náyar, cercano al ex dictador y mandatario Hugo Banzer, se ha posesionado en el ultraconservador Comité Pro Santa Cruz, el bunker de la oposición boliviana.
La situación se ha tensado en extremo después que el gobierno de Morales anunciara, el pasado domingo, la reversión al Estado de 40.000 hectáreas en Alto Parapetí, escenario en 2007 y 2008, de escaramuzas entre autoridades del INRA el Viceministerio de Tierras y los hacendados.
"Lo que quieren (las autoridades nacionales) es revertir tierras, lo que quieren es traer gente" del occidente andino del país que expulsada de las tierras altas de Bolivia, removida por la pobreza y expulsada por una sequía los años ’80 en Los Andes, inmigró hacia zonas rurales del tórrido este y la Amazonia de Bolivia", protestó Costas.
El opositor presidió el miércoles último una caravana de propietarios que se trasladó desde Santa Cruz, a 900 km de La Paz, hasta Alto Parapetí.
Instalado en una testera y ante ganaderos y unos cuantos indios guaranís, el prefecto de Santa Cruz ha vuelto a aludir con epítetos a Morales, a quien en la crisis de setiembre último, mientras se gestaba un golpe de Estado denunciado por el mismísimo mandatario, trató de "cobarde" y "asesino"
Según Costas, la reversión de tierras en Parapetí, donde el gobierno constató que las posesiones privadas no cumplían con el precepto constitucional de la Función Económica Social y donde, además, se confirmó la existencia de "trabajo servidumbral", es decir esclavitud, no representa otra cosa que la implantación de un proyecto hegemónico por parte de Morales.
"Lo que quieren es posicionar un proyecto hegemónico, racista, un proyecto que quiere dividir este país o, por lo menos, lo que quiere es atropellarlo y lo que quiere es que nosotros nos dobleguemos", ha dicho Costas en un virulento discurso.
El director del INRA, Juan Carlos Rojas, herido en 2007 cuando trató de mensurar la propiedad de Larsen, ha advertido que "si es que se genera resistencia de manera violenta, nosotros vamos a acudir a lo que establece la ley, vamos a pedir el auxilio de la fuerza pública parta hacer nuestro trabajo y presentaremos las denuncias que corresponden".
Alto Parapetí, situado en el límite geográfico de los departamentos de Santa Cruz y Chuquisaca, en el sudeste boliviano, está, además, preñado de gas natural.
En el corazón de la convulsa zona controlada hace algunas décadas por hacendados se encuentra Incahuasi, un municipio donde se han hallado firmes indicios que hacen suponer la existencia de tanto gas como en los sureños yacimientos de San Antonio y San Alberto, desde donde Bolivia abastece la demanda energética de Argentina (7,7 millones de metros cúbicos/día) y Brasil (30 millones de metros cúbicos/día).
Un vocero de Fegasacruz ha planteado, como medio de oposición a la política de reformas de Morales, "la desobediencia civil" a la nueva carta política, que rige en todo el país desde el 7 de febrero pasado y que plantea un Estado Plurinacional.
"Es una forma de protestar pacíficamente contra una ley, contra un programa, contra aquellos gobiernos que violan los derechos individuales", postuló.
En Alto Parapetí, un hacendado, Juan Carlos Santiesteban, se dijo dispuesto a defender a capa y espada las tierras que posee en el lugar habitado desde tiempo inmemorial por indios guaranís.
"Ni un metro atrás en nuestras tierras productivas. Lo vamos a defender metro a metro Siempre tuvo a estos buitres acechándonos al departamento de Santa Cruz", advirtió el terrateniente.
La poderosa Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO), que agrupa a empresarios agropecuarios de Santa Cruz -la región más rica de Bolivia, donde 7 de cada 10 viven en situación de pobreza- se ha sumado a la cruzada de Costas.
El presidente de la CAO, Mauricio Roca, enunció que "que tanto los productores agrícolas, pequeños y medianos y migrantes todos estamos comprometidos con la defensa del Alto Parapetí.".
Apostrofó, asimismo, que "vamos a estar presentes cuantas veces sean necesarias. Si es necesario que nos vengamos todos en el momento que quieran hacer un desalojo amañado y forzado con la fuerza pública, aquí vamos a estar presentes para apoyarlos en todo caso".
En medio de discursos subidos de tono y por momentos cargados de epítetos, Rojas, del INRA, convocó a los agropecuarios a "abandonar a actitudes de confrontación".
"Reflexionen, el camino de la violencia no conduce a ningún lado", encareció.
La Asamblea del Pueblo Guaraní (APG), que organiza a los indígenas de las tierras bajas y de los contrafuertes de la cordillera de los Andes bolivianos, fustigó el tono amenazante de los discursos de los hacendados.
El líder de la APG, Wilson Chungaray, dijo que el mitin de Alto Parapetí "ha sido solamente un ‘show’ político".
Después del anuncio de reversión de tierras improductivas, "se suman los que ahora, entre comillas, dicen que no es el tema de la tierra (el nudo del problema) que es el tema de los recursos naturales", mantuvo el líder guaraní.
La nueva Constitución boliviana, que consagra la propiedad inalienable del Estado sobre los recursos naturales, sienta, asimismo, los Territorios Comunitarios Indígenas (TCO), uno de los cuales aterriza en Alto Parapetí.
La riqueza gasífera explorada en la zona fue también esgrimida por la Prefectura de Santa Cruz, uno de cuyos voceros, José Padilla, dijo que detrás de las reversiones y el reconocimiento de la TCI, existe un proyecto para reducir los ingresos, por regalías, de los departamentos productores.
Las haciendas, sujeto de reversión por improductividad, son "El Recreo", de1.935 hectáreas y cuya propiedad detentaba Aniceto Corcuy. También, "San Isidro" (3.790 has) en manos de Babil Chávez y "Huaraca" e "Itacay" (10.958 has) de Elvy Abett de Malpartida y Luis Eduardo Soriano Noriega.
Asimismo fueron revertidas a dominio del Estado los fundos "Buena Vista" e "Isiporenda" (4.477 hectáreas), de Julia Aguilera de Chávez y otros.
El proceso de saneamiento, a cargo del estatal Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA), también recayó sobre el estadounidense Duston Larsen Metenbrink, que ejercía propiedad sobre las haciendas "Caraparicito I y II (15.262 has en total), emplazadas ilegalmente sobre la "Reserva Privada del Patrimonio Natural", y "Yaguapoa", donde se constató el incumplimiento de la Función Económica y Social (FES), prescrita en la legislación agraria del país y refrendada en el nuevo texto constitucional.
El Estado ha revertido 40.000 hectáreas de manos de cinco familias terratenientes en Alto Parapetí, , confirmó el domingo el viceministro de Tierras, Alejandro Almaraz en declaraciones a la ABI.
"Alto Parapetí ha llegado a ser un caso muy sensible dentro del proceso agrario boliviano porque fue el punto geográfico, y de espacio social también, en el que la resistencia violenta y sediciosa del sector agropecuario impidió el proceso de saneamiento en una acción articulada a las acciones que pretendieron imponerle al país una versión de autonomía", por líderes civiles y autoridades de la Prefectura de Santa Cruz, refirió Almaraz.
Las tierras revertidas serán dotadas al pueblo guaraní, originario de la región del Chaco boliviano.
La administración Morales se ha propuesto dotar a pueblos indígenas de 20 millones de hectáreas, un quinto de la superficie productiva del país.
[Fuente: ABI, La Paz, 19feb09]
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