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13ago23
Narcotráfico, política y poder (o coca, poder y cocaína)
Vamos de lo general a lo particular. Parece ser cierto aquello de que, para que se aprenda, debe ser escrito o demostrado con sangre; en este caso, la sangre la puso el candidato presidencial ecuatoriano Fernando Villavicencio, periodista que se pasó años denunciando la relación poder y narcotráfico en Ecuador. Días antes había denunciado a un cártel mexicano, responsabilizándolo si "algo le pasaba". Y pasó, lo balearon y mataron a la salida de un mitin político. Todos los controles de seguridad fallaron.
Villavicencio denunciaba, reitero, la relación entre narcotráfico y política en su país; situación cada vez más común en América, desde México hasta Tierra del Fuego, donde el narco ha extendido sus acciones en busca de incrementar un poder que le permita acumular dinero y espacios o territorios.
Dinero y poder político, es la expresión de una especie de "capitalismo sin reglas", es decir de la ilegalidad que encuentra su base de lanzamiento y consolidación, en Estados que, coincidentemente, prohíjan la idea o el champurreo ese del Socialismo del Siglo XXI.
Hagamos una puntualización del fenómeno sigloveintiunero y cocaína o narcotráfico.
Ecuador se ha convertido, desde el gobierno de Rafael Correa, (miembro destacado de la banda "veintiunera") en un importante acopiador y exportador de cocaína, cuando, según la UNODC, los cultivos de coca en Ecuador representan sólo el 0,04% de la región. (https://www.ministeriodegobierno.gob.ec/unodc-cultivos-de-coca-en-ecuador-representan-el-004-de-la-region/).
Venezuela, desde Hugo Chávez, ha tomado importancia en el tráfico de cocaína, habiendo incursionado incluso en la siembra de coca, InSight Crime realizó una investigación, el año 2021, y logró establecer que "los cultivos de coca están echando raíces en los municipios zulianos de Jesús María Semprún, Catatumbo y Machiques de Perijá".
Por si alguien pretende distraer el foco de atención, recordemos que Nicolás Maduro es el sucesor de Chávez en el gobierno venezolano y que el comandante Chávez fue el ejecutor e impulsor, con sus petrodólares, del Socialismo del Siglo XXI; el cerebro político es Cuba. Igual, con 350 o 500 hectáreas de coca sembrada, Venezuela no figura entre los productores de hoja, aunque sus puertos estén entre los más importantes exportadores de cocaína.
El portal Diálogo Américas, publicó, el mes de abril del año 2021 que "casi el 24 por ciento de la producción mundial de cocaína transita por Venezuela, indica el informe Evaluación Nacional de la Amenaza de las Drogas 2020, de la Administración para el Control de Drogas de los EE. UU. "DEA".
Venezuela y Ecuador colindan con Colombia y Perú, los 2 productores más importantes de coca del mundo; el tercero es Bolivia; entre los 3 países pueden haber producido unas 2.074 toneladas de cocaína en 2021.
Detalle: desde 2011 hasta 2021, Colombia pasó a producir de 385 toneladas a 972. Perú fue desplazado del 1er lugar, pasando de 385 a 785 toneladas y, Bolivia pasó de 213 toneladas a 317 en 2021, de manera que el "capitalismo sin reglas", genera dinero y va tras del poder a toda costa y, tras de él fueron antes y van a seguir.
En mi libro "Coca, Territorio Poder y Cocaína" (Editorial El País, 2015-2016 2 Ediciones) logramos demostrar esta perversa relación entre coca, territorio y poder; el mismo fue lo que denunciamos desde antes, sobre todo desde lo que se venía haciendo desde el 2006.
Recuérdese que cuando Evo Morales, la figurita apreciada de Cuba y Venezuela logró la Presidencia en la elección del 2005, (se quedó en el poder ininterrumpidamente hasta el 2019) la producción de coca pasó de 25.400 hectáreas (antes de 2006) a 30.900 hectáreas el año 2006; en el 2014 logró bajarse a unas 25.000 hectáreas.
Para 2006, la coca "legal" estaba fijada en 10.200 hectáreas" y, en 2017, fue aumentada, porque así lo dispuso, el poder cocalero, a 20.400 has", pese a que UNODC (Naciones Unidas) había logrado demostrar que entre el 94 y 95% de la producción de la hoja de coca que se procesaba para cocaína en el oriente boliviano salía de Chapare, cuyos mercados legales apenas recibían el 5% de la producción de esa zona del país.
Felipe Cáceres el "zar antidrogas boliviano "había asegurado que "la demanda de hoja de droga es uno de los factores para que el 40% de la producción de coca en Bolivia no pase por los controles legales" y, responsabilizaba a los países consumidores a los que pedía "no echar la culpa" a los países productores de coca"; lo demás es conocido; sigue pasando lo mismo, aunque… hay otro presidente.
En efecto, Luis Arce Catacora está en problemas cada vez más graves por la situación de la "coca bendita" que no sólo no logra asentarse en las 22.400 has (cada año nos dan cuenta de unas 9 a 10.000 has erradicadas, de lo que podemos inferir que las siembras se mantienen en más de 30.000 ha, con el agravante de que hoy se producen 3 kg de cocaína con lo que antes se producía 1 kg; eficiencia de precursores, digamos… precursores que llegan a las fábricas sin que se detengan en los caminos.
Esto es coca, poder y cocaína; de otra manera no se logrará lo que se ha logrado: convertir a este país en centro de fabricación, tránsito y distribución de la "droga reina" por antonomasia. Por otra parte, los medios dan cuenta de, al menos 10 "capo-narcos" extranjeros que han hecho de este país su lugar de escondite y operaciones mafiosas.
El último conocido es Marset (hace un par de días entregaron a otro narco a Argentina, buscado hace 20 años; ¿casualidad?), que se convierte en la comidilla de todo tipo de especulación; todas con amplia posibilidad de acierto, si se considera que, teniendo radicatoria, vida social, deportiva y económica, cédula de identidad y pasaporte bolivianos, siguió con su negocio desde acá, "el suelo de su nueva "patria". Marset se benefició o compró protección en 2 gobiernos consecutivos (y hasta 3, si se quiere considerar la posibilidad de que el sistema de protección se haya mantenido en el transitorio).
El "narco vigente" llegó en gobierno de Morales, logró papeles y documentos y en el gobierno de Arce mantuvo sus líneas de distribución sin ningún impedimento hasta que Uruguay y Paraguay apretaron clavijas y el nombre y tema se hizo visible cuando, "una hora antes" del operativo de captura fue advertido de lo que vendría y … se fue.
Parece que nadie vigilaba la casa, nadie mantenía control sobre el lugar (en su desesperación por zafar, dicen que el prófugo "interceptó el dron que lo vigilaba) y el hombre se fue por la puerta y caminando con 2 bolsas de lo que se supone era dinero y de inmediato comenzaron a detener futbolistas, cocineras y otras personas que eran "palos blancos"… bah… lo de siempre. Paraguay y Uruguay no están contentos, aunque ahora coordinen.
Es un hecho, el gobierno de Bolivia hace e hizo todo mal con relación al tema puntual y peor aún al tema en general, se contabilizan 25 toneladas de cocaína enviadas en al menos en unos 2 meses y todas se encuentran cuando llegan a destino o salen de las fronteras; las que van a Chile y salen desde Santa Cruz y Chapare transitan entre 700 y 1500 Km en camiones y buses y pasan todos los controles y… salen igual, ¿alguien puede negar el encubrimiento?
¿Encubrimiento? Si, lo de Valle Sacta denunciado por el Cnel. Yerko Terán es una prueba, así haya quedado en nada, lo cierto es que el sr "Zar antidrogas", el cocalero Mamani nunca pudo explicar su participación en el tema; como no puede hacerlo el ministro del Castillo tampoco, aunque cruce acusaciones con Carlos Romero acerca de quién protege o protegió más.
Esto va muy mal para el país, para su destrozado prestigio en la materia. Así están las cosas, país, esto va a seguir.
[Fuente: Por Carlos Federico Valverde B, El Deber, Santa Cruz de la Sierra, 13ago23]
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