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19dic18


García Meza se fue sin baja de las FFAA


El último dictador Luis García Meza (1980-1981) falleció el 29 de abril de 2018 a los 86 años. Fue sentenciado en 1993 a 30 años de cárcel sin derecho a indulto, por su responsabilidad en las muertes de Marcelo Quiroga Santa Cruz y ocho dirigentes del MIR, en la calle Harrington, además de otros asesinatos en su gobierno de facto de algo más de un año. Estuvo 11 años en la cárcel de Chonchocoro y 12 en el Hospital de la Corporación de Seguro Social Militar (COSSMIL).

Según la Asociación de Familiares de Detenidos Desaparecidos y Mártires por la Libertad Nacional (Asofam), el militar que manejó el país con mano dura por más de un año, al incumplir su sentencia no pagó por sus delitos cometidos por sus innumerables violaciones a los derechos humanos. A esto se suma que el militar -que tuvo a un ministro del Interior (Luis Arce Gómez) que sentenciaba a la población caminar con el testamento bajo el brazo- nunca fue dado de baja de las Fuerzas Armadas, según su propio abogado, Franck Campero. Vivió los últimos 12 años en una habitación de COSSMIL, donde recibió las atenciones que se presta a un general de División del Ejército.

En su calidad de recluso, continuó cobrando su renta de vejez, que en el caso de los militares representa el mismo monto del sueldo que perciben cuando están activos. Como broche de oro, el fiscal Javier Flores informó en mayo que la investigación en contra del dictador por enriquecimiento ilícito había sido archivada.

 Las Fuerzas Armadas aseguraron que el exdictador fue dado de baja en 1982, sin ningún beneficio y que su prolongada internación en COSSMIL debía ser cancelada de manera particular. Sin embargo, el abogado del militar señaló que su cliente tenía el seguro y era atendido como un militar pasivo porque nunca fue dado da baja.

 “Todo se mantuvo porque él (García Meza) jamás ha sido dado de baja. Ha muerto como general porque después de que pasó a la reserva pasiva recién vino el juicio (por el golpe de Estado)”, dijo Campero. Entonces, el jurista contó a este diario que cuando fue internado en COSSMIL, recogió de Chonchocoro las pertenencias del exdictador. Desde 2013 García Meza no salió del hospital militar y nunca más volvió a estar en calidad de reo.

Antes de internarse en COSSMIL, su celda fue una de las mejores de Chonchocoro. En un operativo que se hizo en julio de 2013, se descubrió que García Meza tenía un espacio de detención más grande que el resto de los presos: contaba con parrillero, lavandería, gimnasio, baño privado y un dormitorio sólo para él.

Su exministro del Interior Luis Arce Gómez, quien continúa en Chonchocoro, no recibe atención médica en el hospital militar, justamente porque fue dado de baja, y en esa condición acude al Hospital de Clínicas de La Paz.

Después de la Revolución del 52, García Meza ya había burlado una baja del Colegio Militar. Fue cuando el MNR subió al poder y dio de baja del Colegio Militar a todos los cadetes que participaron en la Revolución por uso de armas contra el pueblo. Entre los cadetes castigados estaba García Meza. Pero al poco tiempo y por influencias de algunos familiares, fue reincorporado.

De acuerdo con algunos registros históricos, García Meza y Quiroga Santa Cruz habían sido compañeros en el colegio La Salle en La Paz.

La última dictadura

El 17 de julio de 1980 estalló el golpe de Estado contra el gobierno de Lidia Gueiler Tejada con un alzamiento militar en Trinidad y la toma del Palacio de Quemado en La Paz, días antes de que el expresidente Hernán Siles Zuazo tomara posesión del gobierno, después de haber ganado las elecciones presidenciales.

 Paralelamente, paramilitares asaltaron la sede de la Central Obrera Boliviana , donde se realizaba una reunión del Comité de Defensa de la Democracia. En esa toma fue asesinado Quiroga Santa Cruz, además de los dirigentes Carlos Flores y Justo Vega. Siguieron decenas de detenciones políticas, incluida la de Juan Lechín.

Y vino la renuncia de la Presidenta Gueiler. El 18 de julio, García Meza asumió la presidencia de Bolivia. Su gobierno de facto duró hasta el 4 de agosto de 1981, cuando fue derrocado por las mismas FFAA que lo llevaron al poder.

Acusan a García Meza de la ejecución de Gualberto Vega y lo señalan como responsable de las ocho muertes en la calle Harrington (dirigentes del MIR), de la tortura a cientos de presos, entre ellos Simón Reyes, Genaro Flores, Gladys Solón, el padre Julio Tumiri, Nila Heredia y Anita Urquieta. Lo único que no tuvo García Meza fue los honores de las FFAA después de su muerte.

[Fuente: Por Cándido Tancara, Página Siete, La Paz, 19dic18]

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