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30jul21
Senkata: Salen a la luz informes militares reveladores
Un informe reservado de las Fuerzas Armadas (FFAA) detalla un plan desplegado en 2019 para retirar combustible de la Planta de Senkata, cuando una muchedumbre estaba movilizada en el lugar, protestando por la salida de Evo Morales.
Página Siete Digital accedió a cuatro informes reservados: “OGO. Abreviado”, que detalla cómo se iba realizar el operativo, y está firmado por el excomandante de las FFAA, Sergio Orellana; además, el “Informe Operativo”, el “Informe CEO Andino” y el “Informe de un TTE”.
El 19 de noviembre de 2019, circularon videos en redes sociales mostrando a manifestantes que, al grito de “guerra civil”, intentaron tomar las instalaciones de la petrolera estatal; un muro del predio cayó.
El Informe "CEO Andino" explica que los enseres de la Policía fueron quemados con cinco motorizados de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos. Según ese documento, los manifestantes –unos 1.000– se robaron garrafas de gas, arrancaron la puerta metálica que luego usaron como escudo y otro grupo utilizó armas de fuego.
“Hago notar que durante esta operación, fuimos atacados con cachorros de dinamita lanzados tanto al personal, vehículos e instalaciones de GLP; asimismo se evidenció el empleo de armas de fuego calibre 9 mm, 22 mm y otras por parte de las personas civiles manifestantes”, detalla el escrito.
El informe de un uniformado a cargo de custodiar la Planta de Senkata especifica que fueron blanco de una arremetida por dos horas. Asegura que se organizó las operaciones de defensa y dispersión de los manifestantes, para lo cual hicieron el uso de balines de goma y gases lacrimógenos.
“Civiles al interior de la planta pretendían realizar saqueos y destruir las instalaciones de la planta, debido a que las esferas de gas y los depósitos de combustible se encuentra cerca a los muros de seguridad y personal de manifestantes empezó a atacar con dinamitas y piedras los sectores donde se encontraban estos. De no haber adoptado un sistema de defensa interno por parte del personal de cuadros y soldados, se hubiera lamentando una catástrofe de gran magnitud, donde hubiese afectado a toda la población de la ciudad de El Alto”, especifica el documento.
La declaración del general señalado como responsable del operativo
El diario El Deber, por su lado, accedió a una declaración del general Franko Suárez, apuntado como el responsable del operativo de retoma de la planta y diseñador del plan de transporte de cisternas de El Alto hasta el Colegio Militar en la zona Sur de La Paz.
Este acusado del caso Senkata dio detalles sobre el plan Sebastián Pagador, que tenía como anexo otro plan: Operación Carburantes.
Todos los departamentos debían elaborarlo y ejecutarlo de ser necesario, pero en la crisis, "se aplazaron porque Operaciones no cumplió con el abastecimiento, evacuación, transporte y mantenimiento; los de Inteligencia no tenían información sobre la situación del conflicto en la planta de Senkata y sus inmediaciones", sostuvo Suárez.
El regimiento 8 Ayacucho de Achacachi y el regimiento de satinadores 25 que tiene base en Challapata (Oruro), que ya habían sido movilizados el 16 de noviembre desde esa localidad, estuvieron a cargo de la movilización de vehículos ZFV-05.
“Toda nuestra operación se ejecutó en el interior de la planta de Senkata para reforzar y resguardar estas instalaciones”, relató el interrogado.
Suárez aclaró que él era el comandante de las operaciones, pero desde el Comando en Jefe de las FFAA le informaron que quien estaba a cargo era el coronel Julio Tamayo Rivera y le cedió el mando, pese a ser su inferior.
“Para la operación de seguridad y refuerzo de la planta de Senkata se llevó el siguiente armamento: escopetas 12 mayor americanas (tres unidades), fusiles Galil de industria israelí calibre 5.56 mm (nueve unidades) dotación que existe en algunas unidades del Ejército no siendo armamento de dotación individual para el personal militar”, detalló y añadió que, al término de la misión, se realizó un inventario para verificar qué tipo de munición se utilizó y su unidad reportó que no hicieron uso de este armamento, porque los fusiles Galil no están diseñados para disparar balas de fogueo.
Los que sí estaban armados eran los satinadores de Challapata: tenían 54 fusiles Galil y 12 ametralladores calibre 7.62 mm que iban en las torretas de los mecanizados, al igual siete vehículos blindados (ZFV) y 54 pistolas de dotación, calibre 9 mm de diferentes industrias.
Según su declaración, “en esa fecha (el 19 de noviembre) estuvo presente el ministro de Defensa, Luis Fernando López, quien al concluir los partes indicó, en la reunión virtual, que ya quería ver que se saquen los vehículos y camiones con combustible desde Senkata, porque la población se encontraba desabastecida de combustible y gas”.
Aquel día 11 personas murieron y casi medio centenar resultó herida.
[Fuente: Correo del Sur, Sucre, 30jul21]
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