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10may08


Larsen dice que le quitarán sus tierras sobre su cadáver


El ciudadano estadounidense Ronald Larsen (63), quien posee grandes extensiones de tierra en el oriente boliviano, aseguró que pasó "40 años en este país (Bolivia), trabajando la tierra en una forma honesta", por lo que "ellos (el Gobierno) se la llevarán sobre mi cadáver".

La Embajada de Bolivia en Estados Unidos tradujo un artículo publicado ayer en el New York Times en el que se retrata la vida de este hacendado. Según el Gobierno, este empresario posee 57.145 hectáreas (17 predios). A continuación transcribimos el artículo:

Desde el momento en que Ronald Larsen llevó su camioneta desde su nativa Montana en 1969 y compró una extensa hacienda ganadera, vivió una vida tranquila en el remoto sureste de Bolivia, viviendo de la agricultura del maíz, la cría de ganado y la acumulación de vastas tierras.

El patriarca de la familia, Ronald Larsen, ha chocado con los funcionarios bolivianos sobre las condiciones de trabajo de los indios guaraníes que él emplea (en su hacienda).

Pero ahora el señor Larsen, de 63 años, ha sido de repente empujado hacia la opinión pública en Bolivia, en medio de una batalla entre el presidente Evo Morales

—quien tiene previsto acabar con las grandes fincas rurales— y la élite de ricos de piel blanca en la parte oriental de Bolivia, por el proyecto de reforma de la tierra de Morales, asunto de fricción hasta el punto de discutir la secesión.

Después de enfrentamientos armados con funcionarios de reforma agraria en su rancho de este año, el señor Larsen dejó en claro de qué lado estaba, surgiendo como una figura rebelde reconocida en el departamento de Santa Cruz y resistida por el Gobierno de Morales, que quiere reducir sus vínculos con Estados Unidos.

"Yo pasé 40 años en este país, trabajando la tierra en una forma honesta", dijo Larsen, quien se asemejaba a Clint Eastwood con su degradada y característica forma. "Ellos se la llevarán sobre mi cadáver".

Los enfrentamientos de Larsen con el Gobierno central, con fusiles, vaqueros e indios guaraníes, podría sonar como algo salido del Viejo Oeste. De hecho, la batalla disputada en los pastizales y montañas ricas en gas de su hacienda, en medio de alegaciones de servidumbre forzosa de los trabajadores guaraníes en esta remota región, ejemplifican el este salvaje de Bolivia.

Las tensiones estallaron aquí un día de febrero, cuando Alejandro Almaraz, el viceministro de Tierras, llegó al amanecer a la entrada de la hacienda del señor Larsen en Caraparicito para llevar a cabo una inspección, un paso tomado por lo general antes de que el Gobierno expropie haciendas y las redistribuya entre los campesinos indígenas.

Ambas partes difieren en cuanto a lo que sucedió, pero todos están de acuerdo en que hubo violencia. "Yo no quería ningún problema con esta gente, por lo que disparé contra uno de sus neumáticos", dijo Larsen, citado el mes pasado por La Razón, diario principal del país.

El viceministro Almaraz dijo que fue secuestrado y retenido durante un día en la hacienda de Larsen, respondiendo al incidente con la identificación del ganadero americano y su hijo Duston en una denuncia penal por "sedición, robo y otros delitos."

Frente a un juicio legal sobre el enfrentamiento, Larsen reclama ahora que él no disparó contra los vehículos de Almaraz. "Los neumáticos fueron perforados con destornilladores afilados", dijo Larsen. "Si hubiera disparado a la gente ese día, habrían habido muertos y heridos".

Están en juego alrededor de 37.000 acres (sic) de la hacienda de Caraparicito, los cuales Larsen ha comprado en 1969 por 55.000 dólares, y otras propiedades de más de 104.000 hectáreas, según estimaciones del Gobierno. Larsen, quien como medida de protección ha transferido la propiedad de casi todas sus tierras a sus tres hijos, ciudadanos bolivianos, se negó a decir cuánta tierra posee su familia.

Con una conducta reservada, Larsen, un descendiente de inmigrantes daneses hacia el Medio Oeste, hizo parecer como si fuera la cosa más natural del mundo el haberse trasladado a Bolivia en la década de los 60, después de haberse aburrido del trabajo como director en una tienda de departamentos. "Un amigo mío en el Cuerpo de Paz me dijo que Bolivia era un buen lugar para invertir", contó.

Su estilo tranquilo contrasta con la de su hijo mayor, Duston, nacido en Bolivia, criado en Nebraska y educado en la Universidad Estatal de Montana. Aunque Larsen prefiere tener un perfil bajo en el hogar familiar en Santa Cruz de la Sierra, la capital del departamento, su hijo Duston (29 años) ha estado en el centro de atención desde que se trasladó aquí en el año 2004.

Pocos meses después de su llegada, ganó el concurso de belleza Mister Bolivia. Él compensó su acento americano-español en la final al gritar "¡Viva Bolivia!" ante los jueces estupefactos. Poco después actuó en una comedia de Bolivia sobre el tráfico de cocaína titulada ¿Quién mató a la llamita blanca?

Ahora Duston Larsen se centra en la vigilancia de las tierras familiares, casado con Claudia Azaeda, una presentadora de Tv y ex reina de belleza. Mostrado en los periódicos de caricaturas con una pistola colgada con el nombre "Señor Gringo Bolivia". Él es un símbolo en el enfrentamiento con Morales, un indio aymara, el primer presidente indígena de Bolivia, que ha fijado la reforma agraria como una prioridad máxima en sus esfuerzos para revertir siglos de subyugación de la mayoría indígena.

"Evo Morales es el símbolo de la ignorancia, ni siquiera ha terminado la escuela secundaria", dice Duston Larsen.

La nota sostiene que Larsen migró de su natal Montana en 1969 y compró una extensa hacienda ganadera. Vivió una vida tranquila en el remoto sureste de Bolivia y se dedicó a la agricultura del maíz, la cría de ganado y la acumulación de vastas tierras.

El patriarca de la familia, Ronald Larsen, añade la publicación, ha chocado con los funcionarios bolivianos sobre las condiciones de trabajo de los indios guaraníes que él emplea (en su hacienda).

Pero ahora Larsen, de 63 años, ha sido de repente empujado hacia la opinión pública en Bolivia, en medio de una batalla entre el presidente Evo Morales -que tiene previsto acabar con las grandes fincas rurales- y la élite de ricos de piel blanca en la parte oriental Bolivia, por el proyecto de reforma de la tierra de Morales, punto de fricción.

Después de enfrentamientos armados con funcionarios de reforma agraria en su rancho, Larsen dejó en claro de qué lado estaba, surgiendo como una figura rebelde reconocida en el departamento de Santa Cruz y resistida por el gobierno de Morales, que quiere reducir sus vínculos con los Estados Unidos.

Los enfrentamientos entre Larsen y el Gobierno central, con fusiles, vaqueros e indios guaraníes, podría sonar como algo salido del Viejo Oeste. De hecho, la batalla disputada en los pastizales y montañas ricas en gas de su hacienda, en medio de alegaciones de servidumbre forzosa de los trabajadores guaraníes en esta remota región, ejemplifican el Este salvaje de Bolivia.

Las tensiones estallaron un día de febrero, cuando Alejandro Almaraz, el Viceministro de Tierras, llegó al amanecer a la entrada de la hacienda de Larsen en Caraparicito para llevar a cabo una inspección, un paso tomado por lo general antes de que el Gobierno expropie haciendas y las redistribuya entre los campesinos indígenas.

Ambas partes difieren en cuanto a lo que sucedió, pero todos están de acuerdo en que hubo violencia. "Yo no quería ningún problema con esta gente, por lo que le disparé a uno de sus neumáticos," dijo Larsen, que fue citado el mes pasado un diario boliviano.

El Viceministro Almaraz dijo que fue secuestrado y mantenido durante un día en la hacienda de Larsen, respondiendo al incidente con la identificación del ganadero americano y su hijo Duston; en una denuncia penal por "sedición, robo y otros delitos."

Frente a un juicio legal sobre el enfrentamiento, Larsen asegura ahora que él no disparó contra los vehículos de Almaraz. "Los neumáticos fueron perforados con destornilladores afilados", dijo Larsen. "Si hubiera disparado a la gente ese día, hubiera habido muertos y heridos".

Están en juego, alrededor de 37.000 acres de la hacienda de Caraparicito, los cuales Larsen ha comprado en 1969 por $us55,000, y otras propiedades de más de 104,000 hectáreas, según estimaciones del Gobierno. Larsen, quien como medida de protección ha transferido la propiedad de casi todas sus tierras a sus tres hijos, que son los ciudadanos bolivianos, se negó a decir cuánta tierra posee su familia.

Con una conducta reservada, Larsen, un descendiente de inmigrantes daneses hacia el Medio Oeste, hizo parecer como si fuera la cosa más natural del mundo que haberse trasladado a Bolivia en la década de los 60, después de que haberse aburrido del trabajo como director en una tienda de departamentos. "Un amigo mío en el Cuerpo de Paz me dijo que Bolivia era un buen lugar para invertir", dijo.

Su estilo tranquilo contrasta con la de su hijo mayor, Duston, nacido en Bolivia, criado en Nebraska y educado en la Universidad Estatal de Montana. Aunque Larsen prefiere tener un perfil bajo en el hogar familiar en Santa Cruz, la capital del departamento, su hijo Duston, (29 años), ha estado en el centro de atención desde que se trasladó aquí en el año 2004.

Pocos meses después de su llegada, ganó el concurso de belleza de "Mr. Bolivia". Él compensó su acento americano-español en la final al gritar, "Viva Bolivia!" antes los jueces estupefactos. Poco después, actuó en una comedia de Bolivia sobre el tráfico de cocaína titulado "¿Quién mató a la Llamita Blanca?"

Ahora Duston Larsen se centra en la vigilancia de la tierra familiares, casado con Claudia Azaeda, una presentadora de TV y ex reina de belleza. Mostrado en los periódicos de caricaturas como una pistola colgada con el nombre "Señor Gringo Bolivia ". El es un símbolo en el enfrentamiento con el Sr Morales, un indio aimara, el primer presidente indígena de Bolivia que ha fijado la reforma agraria una prioridad máxima en sus esfuerzos para revertir siglos de subyugación de la mayoría indígena.

"Evo Morales es el símbolo de la ignorancia, ni siquiera ha terminado la escuela secundaria", dice Duston Larsen.

[Fuente: La Prensa, La Paz, Bol, 10may08]

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