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24jun15
Espacios para la justicia
La justicia es un servicio destinado a resolver de manera eficaz, confiable y en paz las controversias entre las personas y las instituciones. Por su naturaleza, es una atribución del Estado que debe garantizar su acceso y gratuidad, la actualización y pertinencia de las normas y, especialmente, la independencia, idoneidad e integridad de quienes tienen a su cargo administrarla tanto en los tribunales jerárquicos en Sucre, como en los más alejados juzgados del país.
La infraestructura para el funcionamiento de este servicio: ciudadelas, foros, palacios, juzgados, ambientes de atención al público, archivos, despachos, equipamiento, etc. no es precisamente lo más importante en el proceso de autocrítica institucional y proyección de una reforma estructural del sistema de justicia en el país. Este proceso debe comenzar con el propósito de examinar y romper los mitos y prácticas de la cultura jurídica imperante; abrir un diagnóstico comprensivo, plural, participativo y sólo sobre sus resultados diseñar un curso de acción completo y de consenso. Será imprescindible invertir la atención política, primero abordar los requerimientos de los ciudadanos y no ocuparse únicamente de la modalidad de elección de los magistrados en la cima del sistema.
Pero en realidad el ánimo de esta nota tiene que ver con una reacción a la noticia de la construcción de una Ciudadela Judicial en Sucre, programada para mayo de 2016 en proximidades de la zona de Qhora Qhora donde se habrían adquirido 52 hectáreas de tierras para ese propósito. La Gobernación de Chuquisaca, la Alcaldía de Sucre, el Gobierno central y el Consejo de la Magistratura tendrían un compromiso de impulsar las obras.
Las grandes infraestructuras para el servicio judicial han tenido una penosa trayectoria de la cual no parece haberse aprendido mucho. Las décadas de los 80 y 90 se caracterizaron por la construcción de los "Palacios" de las Cortes Superiores. Los ministros de la Corte Suprema de esas décadas se empeñaron en lograr que cada una de sus capitales cuente con un "Palacio" y los resultados fueron notablemente deficientes, diseños poco funcionales como Santa Cruz, insuficientes como Cochabamba y Tarija, sobredimensionados como en Cobija o improvisados como en La Paz o Sucre. En los años 2000, el entonces Consejo de la Judicatura promovió la construcción de un millonario "Foro Judicial" en los terrenos de la Estación del Ferrocarril, próxima al parque Bolívar, un proyecto de debatible viabilidad y aún inconcluso.
Durante mi mandato como Ministro y Presidente de la Corte Suprema expresé mis reparos frente a los proyectos de ciudadelas o grandes inversiones en edificaciones que no respondan a un plan integral de necesidades de infraestructura para el servicio judicial en todo el país y que correspondan a las necesidades objetivas de cada departamento, y las modalidades más funcionales para el acceso de la población.
Ya en 2004, la Corte Suprema presentó un diagnóstico del sistema Judicial que identificó el acceso al servicio como uno de los problemas más importantes, en casi dos tercios de los municipios del país no existía servicio judicial alguno. Los desafíos en materia de infraestructura para expandir el servicio judicial no estaban en Sucre ni en las grandes capitales, más bien en las zonas rurales y periurbanas y los diseños de infraestructura judicial debían tender a la desconcentración y funcionalidad de los juzgados.
Los proyectos de nuevas ciudadelas y grandes o pequeñas edificaciones no resolvieron la crisis del sistema judicial de entonces y tampoco servirán ahora en tanto no se cuente con los resultados de un diagnóstico sobre los alcances del servicio que requiere la población, la estructura orgánica del Órgano Judicial, y las modalidades de atención al público.
Los espacios para la justicia deben encontrarse en la voluntad política y ciudadana para que exista y se respete por encima de cualquier interés personal o partidario, la confiabilidad y certeza en ella será siempre más importante que la majestuosidad o la comodidad de los palacios o ciudadelas.
El autor es abogado, expresidente de la Corte Suprema de Justicia y de la República de Bolivia.
[Fuente: Por Eduardo Rodríguez Veltzé, Los Tiempos, Cochabamba, 24jun15]
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