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11oct18
Jhiery fue arropado por su familia y el apoyo de la gente
Tras dar sus primeros pasos fuera de la cárcel, llovieron los pétalos de rosas blancas sobre Jhiery Fernández Sumi; él, brazos en alto, sosteniendo una pequeña biblia de la versión Reina Valera, apenas logró abrirse paso entre la gente. Entonces se detuvo y quedó fundido en un abrazo con su madre y su hermana menor.
“Lo primero que quiero hacer es estar con mi familia, compartir con ellos un plato de comida, después de casi cuatro años de estar encerrado”, afirmó Jhiery mientras era acorralado por micrófonos y gritos de periodistas que pedían sus primeras declaraciones tras salir del penal de San Pedro a las 15:30.
“La flores (retama y pétalos de rosas blancas con azúcar) son para alejar a los malos fiscales, a los jueces y a la mala suerte”, afirmó Mari Segales, una de las tías y parte de los 50 familiares que llegaron de tres regiones del país para apoyar al médico.
Tres años, 10 meses y 25 días atrás, Jhiery también vestía de blanco a su salida del Tribunal donde una jueza determinó su detención preventiva, su abogado le cubrió el rostro, porque en ese momento era la imagen del supuesto violador, pero ayer, el médico salió del penal como inocente, absuelto por la misma opinión pública que en su momento aplaudió su encarcelamiento sin escuchar su versión.
“Yo siempre decía: ‘confío en la justicia pero no en los operadores’. Me han sentenciado a 20 años entre gallos y medianoche. Motivos, razones... desconozco, pero la Fiscalía ha obrado de mala manera, me ha mostrado como culpable, no ha mostrado la verdad”, dijo Jhiery.
El médico relató que en el penal de San Pedro deja muy buenos amigos, desde los internos que le preguntaban cuándo se iba, porque sabían que era inocente, hasta los policías que le comentaban que cuando escucharon las marchas en su favor que pasaban por el penal “teníamos ganas de abrir las puertas para que usted salga, porque usted está detenido injustamente”, relató antes de abordar el vehículo que lo llevó al pequeño departamento en la calle Graneros donde cumplirá la detención domiciliaria.
Ya en el lugar, de dos habitaciones, una cocina, un baño y una pequeña sala, el médico fue el primero en terminar su plato de sajta. “Hasta la cuchara y el plato casi me lo como, porque es un sabor diferente”, comentó ante el festejo de todos con risas en el primer día fuera del penal.
“Muchos me dicen que debería escribir mi historia, pero en realidad fue la lucha de mi mamá, porque ella ha ido a tocar todas las puertas habidas y por haber. Mi mamá es gordita, pero pese a eso ha caminado y ha luchado. Es su historia, no la mía. ¿Y qué es lo que he hecho yo? Estaba en el penal, simplemente eso. No podía hacer nada más”, relató el médico a Página Siete.
Contrario a las creencias de sus tías, en su departamento Jhiery afirmó que era cristiano: “Yo rezaba para que mis fiscales encuentren la verdad (…) cambiaron a esos fiscales y luego vinieron los otros fiscales (Edwin Blanco y Susana Boyán) y me encarcelaron”, aseguró.
“Ese señor Blanco, el momento de las audiencias no tenía el valor de mirarme a los ojos, (…) en la última audiencia, en el Tribunal, les dije, ‘sean valientes, reconozcan que se han equivocado’, pero parece que ellos ya no eran humanos”, lamentó Jhiery al ser consultado sobre lo que le diría a sus acusadores.
Anoche, pese al cansancio, su familia no lo dejó solo.
Las esposas de internos lloraron
Lizeth Segales, prima del médico Fernández, relató a su familia que los internos de San Pedro lo despidieron con un baldazo de agua para limpiarlo.
“Las esposas de los reos lloraban, le decían (a Jhiery): ‘ahora quién nos va a atender, usted es nuestro médico aquí, doctor de nuestras wawas”, relató Lizeth.
La familia llevó el clamor del médico
En su departamento, Jhiery agradeció a todos sus familiares por su apoyo incondicional.
“La vida ahí adentro no ha sido fácil, pero para ustedes, la lucha aquí afuera ha sido igual tremenda: marchando, gritando. Muchas gracias por llevar mi voz, yo no podía”, dijo a los presentes una vez que la Policía dejó el departamento.
El brindis de un padre agradecido
Félix Fernández, padre del galeno, brindó por su hijo y agradeció el apoyo de su familia.
“Muy agradecido a toda la familia íntegra. Hemos luchado por mi hijo, sabiendo que es inocente. Se dio el primer paso y ahora es completarlo hasta que salga libre de toda culpa”, dijo y levantó el vaso de gaseosa para la ocasión.
Cantan, ríen y piden cárcel
“Jhiery inocente, se hizo justicia”, “Guerrero a la cárcel”, son algunas de las frases que los familiares y amigos del médico gritaron en puertas del penal al verlo salir vestido de blanco.
Entre risas y carcajadas, volvieron a cantar tonadas, pidiendo cárcel para Susana Boyán, Edwin Blanco, César Cocarico y la exjueza Patricia Pacajes.
[Fuente: Por Anabel Vaca y Carlos Quisbert, Página Siete, La Paz, 11oct18]
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