14jul04

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De la solidaridad internacional.

Por Vezna Marinkovic U.

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Considerando que Bolivia ocupa el primer lugar en los índices de pobreza de América del Sur, que sufre grandes penurias, que ha sido escenario de protestas, movilizaciones, disturbios y revueltas "reprimidas con enorme dureza" en el tristemente célebre gobierno de Gonzalo Sanchez de Lozada, una Resolución del Parlamento Europeo reiteraba, hace algún tiempo, el apoyo y la condolencia al pueblo de Bolivia.

Asimismo, tomaba nota de la primera declaración del Presidente Carlos Mesa Gisbert, de su compromiso de gobernar con un espíritu de diálogo, organizando un referéndum sobre la cuestión energética y elecciones anticipadas, así como de democratizar el sistema político para que sea más participativo, manifestando su esperanza de que se encuentre un consenso con el fin de que los recursos naturales, fundamentalmente los recursos energéticos, contribuyan a su desarrollo y al bienestar de sus habitantes.

A varios meses de aquella solidaria declaración, en el marco de la XIII Cumbre Iberoamericana de Presidentes y Jefes de Estado, que se realizo en Santa Cruz de la Sierra, cuando sugirieron a sus miembros"tomar posición en el seno de las instituciones financieras internacionales", para resolver los problemas de Bolivia, la Unión Europea parece alejada de nuestras preocupaciones fundamentales justo cuando estamos a escasos días de realizar un controvertido Referéndum sobre el destino del gas y cuando uno de sus países miembros, España, es parte del grupo de empresas petroleras que vienen poniendo en jaque los intereses del Estado boliviano.

Pareciera, en este marco, que las declaraciones de la comunidad de naciones, pasada la euforia del momento, quedan en simples aspavientos de la burocracia internacional en tanto los conflictos continúan, se agudizan y toman cuerpo en una América Latina "al rojo vivo" gracias a las determinaciones de los Organismos Internacionales que solapadamente nos plantean soluciones por la vía del suicidio como aquella de imponer el "pacto fiscal", luego de medidas de corte democrático como el Referéndum y la Asamblea Constituyente. Sostienen, amablemente, que el Estado necesita plata y que este debe ser obtenido necesariamente por la vía de los impuestos, como única posibilidad, en un país que se desangra por el saqueo de sus recursos naturales regalándonos, a cambio, una "democracia virtual".

Y como muestra de esto que digo, ahí esta nuestro controvertido Referéndum: presentado como un mecanismo democrático de consulta para reeditar y consolidar el esquema de los que gobiernan el país: las transnacionales del petróleo. Era previsible, en estas condiciones, que los berrinches de quienes criticamos el Referéndum de Mesa, no tuvieran éxito en lograr un cambio de intencionalidad. Una vez mas se doblego la voluntad popular pero no se gano la guerra que empezara después del Referéndum cuando el gobierno, en su próximo paso, intente cercar al parlamento para hacer aprobar su ley de hidrocarburos y proceder, con nuevos sofismas, a la exportación de gas, en calidad de materia prima. Tanto gasto de recursos y energía para terminar en lo mismo y, tanto discurso y melodrama de los "países amigos" para corroborar, una vez mas, nuestra soledad en el concierto de naciones.

[Fuente: Bolpress.com, Bolivia, 14jul04]

DDHH en Bolivia

Este documento ha sido publicado el 14jul04 por el Equipo Nizkor y Derechos Human Rights