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22abr21
Gas: sin producción, sin mercados y con contratos en revisión
En 2021 el precio del gas natural en los mercados internacionales ha subido un promedio del 21 por ciento, una buena noticia que no impacta directamente en los cálculos de ingresos departamentales, puesto que la fórmula de cálculo nacional depende del precio promedio del barril West Texas Intermediate (WTI) que cotiza en Nueva York, pero que de alguna manera da cuenta de la recuperación del sector muy ligado a la actividad económica mundial, que en 2020 sufrió un fuerte retroceso por la pandemia del Covid-19.
En 2020 el barril WTI llegó a cotizar en negativo por un asunto más vinculado a la logística que a la demanda, aunque igualmente estaba ligado. Los almacenes, reservas estratégicas de los países más poderosos del mundo, estaban a máxima capacidad y la baja demanda provocó el desastre. Con todo, el barril logró recuperarse y situarse en el orden de los 50-60 dólares que viene cotizando desde que emprendió la lenta recuperación de la última gran crisis, la de 2016.
En Bolivia, los datos de producción del sector vuelven a manejarse con excesiva reserva y demora, si bien el Instituto Nacional de Estadística (INE) ofrece los datos de venta en volumen y precio del gas natural de forma conjunta cada mes.
El último dato corresponde al mes de febrero, en el que Bolivia comercializó 691.427 toneladas métricas de gas por un valor de 138,2 millones de dólares, dando en promedio un precio de 199 dólares por tonelada. En sí ya representa un descenso respecto al valor y volumen comercializado a los mercados referentes de Brasil y Argentina en el mes de enero, en el que se vendieron 853.806 toneladas por 171,7 millones de dólares, haciendo un total de 201 dólares la tonelada.
En el mismo mes de febrero de 2020, Bolivia vendió un total de 655.000 toneladas por un valor de 188 millones de dólares, lo que en promedio significa un valor de 286 dólares por tonelada.
En 2019, por ejemplo y según los datos del INE, se vendieron 814.000 toneladas por 260 millones de dólares, dejando un precio de 319 dólares por tonelada.
Los precios, sin embargo, están lejos de los que se conseguían en la época del boom del gas, comprendida entre 2010 y 2014 especialmente.
En febrero de 2014 Bolivia vendió a sus mercados un total de 1,1 toneladas de gas natural por valor de 500 millones de dólares, lo que hace un promedio de 464 dólares por tonelada. El volumen de venta mensual se mantuvo por encima del millón de toneladas prácticamente hasta 2017, cuando los mercados empezaron a cerrarse.
El volumen de venta de febrero de 2021 no se conocía desde febrero de 2010, cuando se vendieron 630.000 toneladas por un total de 194 millones de dólares, haciendo en promedio 309 dólares por tonelada.
Campos en deterioro
La bajada de los volúmenes de gas comercializados por Bolivia responde a una problemática de dos direcciones. Por un lado, la producción en los campos nacionales continúa a la baja, y por otro, los mercados abiertos demandan cada vez menos gas, y tanto a Brasil como a Argentina se les ha concedido una rebaja en las nominaciones en las adendas firmadas.
El campo que más evidencia el declive del negocio gasífero en el país es el de San Alberto, en los montes de Caraparí, y en menor medida Sábalo - San Antonio, donde todavía se han incorporado algunos pozos exitosos que frenan la caída general. San Alberto fue descubierto en la gestión de Jaime Paz Zamora (1989 - 1993) y no tardó en convertirse en el campo estrella sobre el que se depositaron todas las esperanzas. Gas que, decían, llegaba hasta el cinturón industrial de Sao Paolo. Sin embargo, de los 18 millones de metros cúbicos récord que llegó a producir en la edad de oro (2010 - 2012) ahora apenas supera los dos millones de metros cúbicos diarios.
Actualmente es el megacampo Margarita el que soporta la mayor parte de la producción que se envía a la Argentina, mientras que el resto de campos tarijeños aportan marginalmente. A nivel nacional, el megacampo Incahuasi ha tomado la posta desde Santa Cruz para completar los diferentes contratos y garantizar la provisión nacional.
El récord de producción nacional se alcanzó en noviembre de 2016, cuando el país llegó a los 60 millones de metros cúbicos, desde entonces ha ido declinando su capacidad y también ajustándose a los contratos de exportación, cada vez a la baja. Actualmente los datos de producción ofrecidos por el Ministerio de Hidrocarburos no están actualizados, pero en 2020 se promediaron los 45 millones de metros cúbicos.
En los últimos años, además, ha habido dos fracasos sonoros en cuanto a la perforación de campos gasíferos en Tarija. El primero fue en Boyuy, donde Repsol intentó perforar un pozo de gran magnitud en el área Caipipendi, donde se ubica el megacampo Margarita y que era una de las grandes esperanzas para sustituirlo, el segundo el Jaguar X6 en el área de Huacareta, paralela a Caipipendi pero al oeste de Entre Ríos.
Los primeros informes empezaron a desaconsejar continuar con la perforación en Boyuy, pero el empeño de YPFB y particularmente el Ministerio de Hidrocarburos llevó a perforar "el pozo más profundo del mundo", pero absolutamente improductivo, así que la gran promesa electoral de 2019 se convirtió en chapuza y, hasta hoy, no se ha aclarado quién ha pagado por el mismo, ya que continuar fue un riesgo asumido por el Ministerio contra la voluntad de Repsol.
En el caso del Jaguar, el pozo se empezó a perforar con la oposición de los habitantes de O´Connor y Arce, que exigían un cambio en el reparto de regalías respecto a la Ley vigente que contempla el 45% de cualquier producción para el Gran Chaco. Con todo, Shell logró ponerse en marcha con el objetivo de entregar a finales de 2018, pero como siempre, la información empezó a dosificarse. En 2020, ya bajo tuición del ministro Víctor Hugo Zamora, se supo que Shell abandonó el Jaguar X6, sin éxito, en la zona sur del bloque - la que corresponde a Tarija - y se desplazó hacia el norte de la misma formación, ya en territorio de Chuquisaca.
Los contratos fallidos
Bolivia tiene vigentes dos grandes contratos de provisión de gas, uno con Brasil desde 1999 recientemente ampliado y otro con Argentina, vigente hasta 2027. Ambos contratos tienen características diferentes, aunque se calculaban sus precios referenciados al barril WTI, y contempla penalizaciones en el caso de no entregar los volúmenes requeridos, así como un mínimo de gas que se debía comprar diariamente.
Este último aspecto es el que se ha ido eliminando en los últimos años con renegociaciones por parte de los ejecutivos del Ministerio, que, en general, han reportado daño al Estado por las concesiones realizadas.
Es el caso del contrato con Brasil, que hasta febrero de 2020 tenía la obligación de comprar un mínimo de 24 millones de metros cúbicos de gas y un máximo de 30,5, pero cuyas condiciones fueron renegociadas por Zamora.
La nueva adenda rebajó la obligatoriedad de compra hasta los 15 millones de metros cúbicos, aliviando así a Petrobras, muy comprometido con la situación del sector en Brasil. Además, Zamora eliminó la cláusula que responsabilizaba a Brasil del pago del transporte de gas, firmada de mutuo acuerdo en los 90. Actualmente, Zamora es buscado por la Justicia y se le endilga un daño de más de 500 millones de dólares al Estado.
Cabe recordar que el contrato con Brasil estaba estimado a un plazo de 20 años, hasta 1999, pero que a su conclusión se verificó que quedaban por entregar aproximadamente 1,7 Trillones de pies cúbicos, por lo que se daba por sentada la continuidad.
En el caso de Argentina, el contrato fue modificado a principios de 2019 y por dos años - se negocia actualmente las condiciones -, y en el mismo sentido, el entonces ministro Luis Alberto Sánchez concedió una rebaja de volúmenes obligatorios de compra además de una nueva fórmula de cálculo ligada al GNL para los volúmenes que excedieran el mínimo de 14 millones de metros cúbicos en invierno. Hasta la fecha no se ha reportado el impacto de estos cambios.
Cabe recordar que tanto Brasil como Argentina multaron a Bolivia en el año 2019 por el incumplimiento de los contratos en vigor.
[Fuente: El País, Tarija, 22abr21]
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