Información | ||
Derechos | Equipo Nizkor
|
19mar17
El Ejército de Liberación Nacional revela su historia de medio siglo
Este 23 de marzo se cumplen 50 años del primer combate del Che y el ELN en Bolivia; ocho meses después el guerrillero argentino sería ultimado por el Ejército. Esa campaña, la de Ñancahuazú, y la de Teoponte son las acciones más conocidas de "los elenos"; sin embargo, la organización tiene una larga historia que llega hasta nuestros días y ahora se ordena por primera vez en el libro Ejército de Liberación Nacional (ELN): documentos y escritos 1966-1992.
La obra -que será presentada el 30 de marzo por el Centro de Investigaciones Sociales (CIS) de la Vicepresidencia- publica valiosos documentos, muchos de ellos inéditos, elaborados por la organización a lo largo de tres décadas. Y hace más: presenta un ensayo histórico realizado por tres actuales "elenos": Boris Ríos, Héctor Urdaeta y Javier Larraín.
El proceso, que los autores definen como "el mandato de recuperar una historia vilipendiada, olvidada y negada", conllevó varios retos. "Las condiciones de lucha de la organización han hecho que muchos archivos se pierdan; otros documentos estaban incompletos o en mal estado. Había sobrevivido un archivo básico del ELN y sobre ése hemos podido reconstituir la historia con ayuda de entrevistas a compañeros", explica Urdaeta, sociólogo de la Universidad de San Simón y uno de los autores.
Hubo otra dificultad mayor: la la "compartimentación" que siempre practicaron los "elenos": "Algunos militantes, por seguridad, nunca supieron quiénes fueron sus compañeros, las actividades de otras células o por qué se decidieron determinadas acciones. Muchos que tienen memoria de los 60 ahora callan, se han impuesto olvidar".
El ELN nació el 23 de marzo de 1967 con el primer combate de la guerrilla de Ñancahuazú, encabezada por el Che, contra el Ejército boliviano. Un año antes, Guevara había ingresado al país con una identidad falsa y un propósito claro: "organizar la lucha y generar las condiciones necesarias para una revolución en el continente americano".
El Comandante dejó una lógica de enseñanzas y procesos que tienen tal influencia que marcan a generaciones. Evidentemente cada vez se vuelve una imagen -comercial en algunos casos- pero para nosotros están muy presentes sus enseñanzas que fueron directas en una primera etapa. El Che exige un pensamiento dinámico y análisis continuo; por eso los discursos del ELN fueron y son así", asegura Urdaeta.
La guerrilla de Ñancahuazú se llevó a cabo entre el 7 de noviembre de 1966 y el 8 de octubre de 1967 y, como se sabe, terminó con la muerte de Guevara y de la mayoría de quienes lo acompañaban. "Ni la muerte del Che ni la derrota militar que ello significó acabaron con el instrumento revolucionario que creó. El grupo de sobrevivientes, aún en plena acción en el monte y totalmente disminuidos, juró continuar su lucha", sostienen los autores.
Tras el rescate de los sobrevivientes de la primera guerrilla, la nueva dirección del ELN recayó en Inti Peredo, uno de los combatientes de Ñancahuazú. Inti trabajó en la reconstitución de la militancia y sacó varios manifiestos, entre ellos Volveremos a las montañas. "El 68, pese a los percances, se dio inicio al estudio de la eventual zona de operaciones guerrillera, Teoponte".
El 9 de septiembre de 1969, Inti fue abatido después de ser emboscado en la casa de la calle Santa Cruz, donde se resguardaba. "El parte oficial de la dictadura señaló su muerte en combate esa madrugada pero, en horas de la noche, las fuerzas represivas depositaron su cadáver en una celda del centro de detención de Achocalla, donde una compañera de la organización guerrillera lo reconoció y se encargó de limpiar su cuerpo aún caliente, con evidentes señales de tortura", revela el libro.
Después de la muerte de Inti, el ELN entró en desbande pero se conformó. Tras una frustrada dirección de Rodolfo Saldaña, asumió el mando Osvaldo Chato Peredo con el mandato de organizar la guerrilla de Teoponte.
"El 18 de julio de 1970 la novel columna guerrillera guevarista se aprestó a salir de forma encubierta, a través de un programa de alfabetización, rumbo a los Yungas, la cifra de jóvenes universitarios "alfabetizadores", en realidad futuros guerrilleros, ascendió a 67 -relata el ensayo introductorio del libro-. Las condiciones les fueron adversas y sólo duró tres meses".
El saldo de la guerrilla hecho público por el ELN fueron 58 combatientes muertos; según la lista del Ejército fueron 53 . Entre ellos, Néstor Paz Zamora, quien falleció en el monte por inanición.
El ELN jugó un papel de resistencia fundamental durante las dictaduras. "La prueba de que ni Ñancahuazú ni Teoponte fueron fracasos es la lucha organizada de los 'elenos' contra los regímenes militares", evalúa Urdaeta y resalta que doña Domitila Chungara -y todas, menos una, de las mujeres mineras que propiciaron la caída de Banzer con su huelga de hambre el 77 fueron "elenas".
Perseguidos y exilados, los "elenos" aún se articularon primero mediante la Junta de Coordinación Revolucionaria (JCR) del Cono Sur y después en el Partido Revolucionario de los Trabajadores de Bolivia (PRT-B). Ahora el ELN es parte del Movimiento Guevarista. "Nunca ha cesado la lucha, es hora de reconstruir la historia", reitera Urdaeta.
[Fuente: Por Liliana Carrillo, Página Siete, La Paz, 19mar17]
This document has been published on 20Mar17 by the Equipo Nizkor and Derechos Human Rights. In accordance with Title 17 U.S.C. Section 107, this material is distributed without profit to those who have expressed a prior interest in receiving the included information for research and educational purposes. |