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11sep08


Se agrava la crisis política en Bolivia y el gobierno declara persona “non grata” al embajador de los Estados Unidos


La grave crisis política en Bolivia alcanzó ayer un nuevo pico de tensión luego de que el presidente Evo Morales ordenó la expulsión del embajador norteamericano por "conspirar contra la democracia" y buscar "la división de Bolivia", al cabo de una jornada marcada por nuevos choques en las regiones opositoras y ataques contra infraestructuras energéticas que pusieron en riesgo las exportaciones de gas a Brasil y la Argentina.

"Sin miedo al imperio, hoy declaro al señor [embajador de Estados Unidos Philip] Goldberg persona no grata. Pido a nuestro canciller de la república [..] enviar hoy al embajador [un mensaje] haciendo conocer la decisión del gobierno nacional, de su presidente, para que urgentemente retorne a su país", anunció Morales en un acto público en el palacio presidencial de La Paz.

"El que conspira contra la democracia, y sobre todo el que busca la división de Bolivia, es el embajador de Estados Unidos", agregó el mandatario, al acusar al diplomático de promover los disturbios en las regiones opositoras, que rechazan el proyecto constitucional que el oficialismo pretende hacer aprobar en un referéndum en enero.

A fines de agosto, la cancillería boliviana ya había protestado por la reunión pública que mantuvo Goldberg con el prefecto de la región de Santa Cruz, Rubén Costas, cabeza visible de la oposición. Le exigió en ese momento evitar este tipo de encuentros en momentos en que Bolivia vive una fuerte crisis política.

El gobierno también dijo en las últimas horas que el líder del comité cívico de Santa Cruz, Branko Marinkovic, había alentado los disturbios en la ciudad de Santa Cruz anteayer, luego de regresar de Estados Unidos.

Este agravamiento de la crisis se produjo el mismo día en que la compañía estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) denunció un "atentado terrorista" perpetrado por "grupos paramilitares y fascistas" contra un gasoducto, que provocó una disminución del 10 por ciento de las exportaciones a Brasil.

El ataque ocurrió ayer por la madrugada en el poblado gasífero de Yacuiba, cerca de la frontera con la Argentina, y provocó daños en un ducto que se extiende hasta la zona de Río Grande, en el departamento de Santa Cruz, antes de conectarse con otras líneas de bombeo a Brasil.

"La pérdida en exportaciones significa, económicamente, la pérdida de más de ocho millones de dólares por día", informó el presidente de la petrolera boliviana, quien culpó a "prefectos y [dirigentes] cívicos" opositores por el atentado.

No obstante, el Ministerio de Minas y Energía de Brasil dijo que no había registrado problemas con el suministro del gas desde Bolivia, que alcanza en condiciones normales los 31 millones de metros cúbicos por día.

El incidente se suma a la toma por parte de grupos civiles rebeldes del campo de gas Vuelta Grande, en el departamento de Chuquisaca, operado por la compañía Chaco, filial de la argentina Panamerican Energy, que según versiones no confirmadas también habría interrumpido la producción de 2,3 millones de metros cúbicos, destinados a la Argentina y Brasil.

El ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, dijo que los atentados se vinculan con la ocupación de otros yacimientos y que las acciones opositoras forman parte de un plan para perpetrar un golpe de Estado civil. "Estamos en el umbral de un golpe atípico contra el orden institucional desde las prefecturas y los comités cívicos, y en el que ya no se necesitan tanques", declaró.

En este contexto, Quintana anunció "mayor cobertura y presencia de unidades militares" en los yacimientos de hidrocarburos y pidió a la fiscalía que "ordene la detención de los autores" de la ocupación de entidades estatales que tuvieron lugar ayer y anteayer en regiones opositoras.

Graves disturbios

Los ataques contra las instalaciones petrolíferas ocurrieron en el marco de una ola de fuertes protestas opositoras en cinco de los nueve departamentos del país que se oponen a la nueva Constitución oficialista, de corte indígena y estatista, y que exigen la devolución de fondos públicos, provenientes de un impuesto petrolero.

Un día después de los graves disturbios que tuvieron lugar en la ciudad de Santa Cruz, la violencia política se trasladó ayer a Tarija, donde grupos opositores tomaron el aeropuerto.

En tanto, otros grupos intentaban tomar las instalaciones gubernamentales de Impuestos y de Reforma Agraria, en una dinámica parecida a la ocurrida anteayer en la ciudad de Santa Cruz, donde fueron saqueadas oficinas gubernamentales en un día de enfrentamientos que dejaron por lo menos 50 heridos.

En respuesta a la ofensiva opositora, campesinos cocaleros e indígenas cercaron la ciudad de Santa Cruz con la instalación de un piquete en la ruta que une Santa Cruz de la Sierra con Cochabamba, en un claro gesto de apoyo a Morales, quien hace un mes fue ratificado con más del 67% de los votos en un referéndum

[Fuente: Agencias AP, AFP, EFE, ANSA y Reuters en La Nación, Bs As, Arg, 11sep08]


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