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18jul20


Mira cómo presentan en The Guardian el fenómeno boliviano del "dióxido de cloro"


En Bolivia, desde de que el dióxido de cloro se anunciara como una solución para aliviar los males del coronavirus y la voz comenzara a correr como reguero de pólvora, muchas personas se dieron modos para conseguir el producto y otras para ofrecerlo.

Todo esto en medio de defensores y detractores del químico, que en vez de generar certidumbre provocó más dudas en la población. Pese a esto, ante la desesperación de conseguir una cura contra el coronavirus (algo que la comunidad científica ya aclaró que aún no existe), muchos consumen el dióxido de cloro. Incluso con la complicidad de autoridades políticas que antes de recabar informes de médicos especializados, se están dejando llevar por el rumor.

A continuación les ofrecemos una nota del periódico The Guardian de Gran Bretaña sobre el dióxido de cloro en Bolivia.

Repercusión internacional

Todas las mañanas se forman largas filas en una de las ciudades bolivianas más afectadas por la pandemia de coronavirus mientras la gente desesperada espera para comprar pequeñas botellas de dióxido de cloro, un agente blanqueador tóxico que ha sido falsamente promocionado como una cura para covid-19 y una miríada de otras enfermedades.

La prisa en la ciudad de Cochabamba para comprar un desinfectante que se sabe que causa daño a quienes lo ingieren se produce incluso después de que el Ministerio de Salud de Bolivia advirtió sobre sus peligros y dijo que al menos cinco personas habían sido envenenadas después de tomar dióxido de cloro en La Paz.

"El ministerio de salud no puede arriesgarse a recomendar algo que no tenga una base científica", dijo Miguel Ángel Delgado, un alto funcionario del ministerio.

Sin embargo, el Congreso de Bolivia, controlado por la oposición, está promoviendo el uso de dióxido de cloro. La semana pasada, el Senado aprobó un proyecto de ley que autoriza en la emergencia "fabricación, comercialización, suministro y uso de solución de dióxido de cloro para la prevención y el tratamiento del coronavirus".

El proyecto de ley requeriría la aprobación de la presidenta interina, Jeanine Áñez, quien está en cuarentena después de dar positivo por coronavirus. Se ha enfrentado con legisladores de la oposición leales a Evo Morales, el ex líder que se vio obligado a renunciar el año pasado después de una disputada elección.

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Muchos residentes temerosos en Cochabamba, donde el apoyo de la oposición es fuerte, están probando el dióxido de cloro. Cochabamba ha informado sobre 440 muertes por Covid-19, o una cuarta parte del número total de muertes reportadas en Bolivia. Se cree que la cifra real es mayor.

"Tengo miedo. Tengo que intentarlo", dijo Andrés Poma, un maestro de 34 años que es escéptico de que los servicios de salud asediados puedan ayudarlo si se enferma. "¿Que voy a hacer? ¿Esperar a morir en la puerta del hospital o en la puerta de mi casa?

La gobernadora de Cochabamba, Esther Soria, dijo que apoya un plan para una ley estatal que autorice el uso de dióxido de cloro y medicina tradicional para tratar el covid-19. El alcalde de Cochabamba, José María Leyes, dijo que favorece la distribución gratuita del agente blanqueador para tratar a los pacientes.

Viejas creencias

Pero Fernando Rengel, presidente de la Asociación Científica de Cochabamba, dijo que existen viejas creencias de que la sustancia tóxica es "milagrosa" y cura el cáncer, el SIDA, la malaria y otras enfermedades, "pero no hay ningún estudio científico que demuestre que cura cualquier enfermedad". .

El dióxido de cloro es una de una serie de curas falsas que se han promovido, a menudo por grupos marginales en línea, desde que comenzó la pandemia.

En abril, un juez federal en el sur de Florida ordenó a un grupo con sede en Colombia, la Iglesia de Salud y Curación Genesis II, que dejara de vender un producto relacionado, Miracle Mineral Solution, en los Estados Unidos. Los fiscales dijeron que Genesis comercializó la solución como un tratamiento para covid-19, autismo y otras dolencias.

En abril, Donald Trump reflexionó sobre si los desinfectantes podrían inyectarse o ingerirse para luchar contra el covid-19, lo que provocó un intenso retroceso de los médicos y otros funcionarios de salud.

[Fuente: Correo del Sur, Sucre, 18jul20]

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