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09sep22


Violencia y heridos en toma del mercado paralelo de la coca y a vista de la Policía


Violencia, vandalismo e incluso una requisa de civiles a un hospital fueron parte de los hechos vividos ayer en la toma y quema del mercado ilegal de la facción de cocaleros del MAS, dirigida por Arnold Alanes. Los afiliados a la Asociación Departamental de Productores de Coca (Adepcoca) pasaron de una emotiva marcha de más de 35.000 socios, al saqueo del edificio de Alanes, que dejó al menos 25 heridos y que finalmente terminó en celebración con sicus y tambores.

Los desmanes provocados al mercado de Alanes se dieron a vista y paciencia de centenares de policías, que en un inicio fueron rebasados y luego se apostaron en las esquinas, como espectadores. Sólo el personal de Bomberos, ante la demanda de los dirigentes, se movilizó para apagar el incendio provocado en el edificio y salvar la vida de tres niños y dos mujeres, que estuvieron a punto de morir asfixiadas por el humo.

"¡Adepcoca se respeta, carajo!", "¡Sí se pudo!", "Ministro incapaz, ¿por qué no te vas?", fueron algunas de las consignas que los cocaleros de los Yungas corearon ayer en puertas del mercado de Alanes, abierto con apoyo del Gobierno y que hasta ayer tenía resguardo policial. En medio del humo por la quema y saqueo de los objetos en su interior, ante la sorpresa de los socios de Adepoca se halló gran cantidad de dinamita, un rifle, municiones y hasta un cañón artesanal.

De la marcha al saqueo

La marcha de Adepcoca partió el domingo del municipio de Chulumani y llegó a La Paz el miércoles a la zona de Urujara. Fue desde ese punto que ayer la movilización partió a las 10:30. Acompañados de grupos autóctonos con canciones de aliento, la jornada de los cocaleros comenzó con la emoción del reencuentro y la unión de su sector. Todos bajaron hasta la calle 1 de la zona Villa El Carmen, con la consigna de cerrar definitivamente el mercado de Alanes.

A las 12:35 la cola de la marcha de los cocaleros de Adepcoca aún estaba en Urujara y quienes lideraban la movilización ya habían llegado a puertas del mercado de Alanes. Emocionadas, al centro de la marcha las mujeres de la Regional Irupana entonaban un coro inventado por ellas.

"Chai, chai, chai los Yungas están llegando, a cerrar tu gallinero y llevarnos tu cabeza", corearon las cocaleras. La dirigente Getsabé T. explicó a Página Siete que a inicios de este año Alanes se autodenominó "chai, que es dañino, una especie de perro salvaje que en las noches ataca a las gallinas. Por eso le decimos chai y ese mercado ilegal es su gallinero. Ahora lo sacaremos de su nido y lo cerraremos", expresó.

Minutos después de llegar, la columna rebasó a los policías que resguardaban el mercado de Alanes y comenzó la celebración. Los pocos gases lacrimógenos lanzados por los policías quedaron opacados por las decenas de detonaciones de dinamita que primero fueron atribuidas sólo a socios de Adepcoca, pero luego se verificó que también provinieron de los cocaleros de Alanes.

Los policías no intervinieron ante los desmanes ni ante las terribles golpizas que recibieron los del sector del MAS. Fue así que 11 de los allegados de Alanes, nueve varones y dos mujeres, fueron vejados, semidesnudos. Luego de horas de retención y agresiones, se les obligó a marchar por la avenida Ramiro Castillo, manejando el cañón artesanal encontrado en ese edificio, junto con el cual se los entregó a la Policía.

Unas horas antes, los cocaleros de Adepcoca, en el afán de desalojar todo lo que había en el mercado, provocaron un incendio y en el proceso del saqueo agredieron a todos los periodistas, a los que se les impidió grabar. En medio de la confusión y la violencia de los manifestantes, en la calle apareció Leydi, una joven madre que pidió auxilio para rescatar a sus dos niñas que estaban asfixiándose en el segundo piso del mercado.

Fue la reacción veloz de los dirigentes de Adepcoca que convocaron a los Bomberos y minutos más tarde se logró el rescate de tres niñas y dos mujeres que lograron soportar los efectos del humo. Sin embargo, luego de que los bomberos se retiraran el vandalismo continuó y Leydi se enteró horas después de que todo su departamento fue saqueado y sus pertenencias quemadas.

La joven, que también es cocalera, explicó que tomó el departamento dos meses antes de que Alanes convirtiera el lugar en mercado. Leydi sólo lloró en las puertas del mercado, impotente ante la pérdida de todas sus pertenencias.

Los socios de Adepcoca mantienen una vigilia en el edificio, que anoche fue entregado simbólicamente a los vecinos, quienes definieron convertir el lugar en un colegio para la zona.

[Fuente: Por Carlos Quispert, Página Siete, La Paz, 09sep22]

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